Músico vasco, organista y compositor, nacido en Balmaseda (Bizkaia) en 1914 y muerto en San Sebastián, donde radicó muy joven, el 3 de enero de 1990.
Marcada la vocación por la figura de su padre Luis Urteaga Iturrioz, en 1934 marcha a París, donde estudia órgano con M. Dupré. Animado por el relanzamiento de la actividad coral que se vivía por aquellos años, funda en San Sebastián en 1940 la Schola Cantorum, tras la gran acogida que tuvo su iniciativa de crear coros que cantasen en las misas de Santa María. Su actividad en el campo de la música coral no se limitó a la dirección, ya que continuó profundizando en el estudio de obras musicales y la preparación de repertorios, logrando así una gran calidad en la dirección, no sólo "a capella", sino también con orquesta y solista. Así, fue director de los coros Easo, Donosti Ereski y entre 1955 y 1957 del Coro Nacional de la República Dominicana.
Se dedicó asimismo a perfeccionar con sus arreglos numerosas canciones vascas y motetes, siendo estos y las misas en euskera y la Misa de los corsarios vascos sus logros más importantes en este campo. Esta tarea la realizó en colaboración con la diócesis guipuzcoana y la iglesia de San Juan de Luz. Por otro lado, la actividad musical de Urteaga fue también significativa como organista. En 1940 fue designado organista de Santa María. Desde entonces se caracterizó por sus acompañamientos del gregoriano y cantos religiosos corales, como los ofertorios que constituyeron una novedad en las misas mayores de la citada iglesia. También ejerció como organista durante la época que vivió en San Juan de Luz. Destacó asimismo como pedagogo musical desde el Conservatorio de San Sebastián. Ejerció como crítico musical en Deia.
Su vinculación con Iparralde se mantuvo hasta fechas muy recientes, por su colaboración en las jornadas musicales de verano y su continua presencia en el monasterio de Belloc trabajando en los archivos de música gregoriana. En 1977 recibió la Medalla de la villa de Saint Jean de Luz. Todas estas características hacen de la figura de Urteaga un personaje clave en la historia musical de nuestra tierra. Su labor supuso un importante avance en el campo de la música religiosa, a la que dedicó toda su vida. El 2 de abril de 1989 se rindió un homenaje a este gran músico donostiarra. En este acto intervinieron las corales que él dirigiera, Donosti Ereski y Easo, y la que él fundara, Schola. El homenaje se celebró en el Teatro Victoria Eugenia, con asistencia del propio Urteaga, que recibió el agasajo y recuerdos de distintas entidades musicales y oficiales.