Conte

Otamendi, José Luis

Azpeitia, 1959.

José Luis Otamendi nació en Azpeitia en 1959, donde reside. Es un poeta de largo recorrido, autor de siete poemarios; solo ocasionalmente ha realizado alguna incursión en otros géneros, por lo que un volumen suyo de relatos y un ensayo casi pueden considerarse excepciones.

Si debiéramos clasificar los siete poemarios que Otamendi ha publicado entre 1980 y 2007, su producción desde 1980 hasta 1990 podría conformar un grupo; una segunda etapa la constituiría Lur bat zure minari de 1995, e incluiríamos Erlojuen mekanika, de 2007, en una tercera etapa. La crítica que ha analizado la obra de Otamendi coincide al señalar la brecha entre Egunsenti biluzia y Poza eta gero, por un lado, y Lur bat zure minari, por otro (Kortazar, 1997; Aranbarri, 1998; Izagirre, 2000). Asimismo, en 1998 Otamendi volvió a publicar sus libros comprendidos entre 1980 y 1990 en un solo volumen bajo el título de Bakarrik bahago neguan, en la editorial Pamiela y acompañada de una esclarecedora introducción de Iñigo Aranbarri; volumen que contribuyó a marcar la distancia estética entre sus dos épocas creativas.

Otamendi publicó su primer libro con el inicio de la década de 1980, Egunsenti biluzia, en Ustela, con ilustraciones de Iñaki Aiestaran. Según explica Iñigo Aranbarri (op cit.), el poeta azpeitiarra en su libro inaugural busca el ritmo y la sonoridad, "la perfección sonora". La primera poesía de Otamendi es ingenua, habla del amor del que carece, para lo que se vale de imágenes poéticas y tiende a un surrealismo afable. El segundo libro del autor, Azken undinaren kaira (Ustela, 1983), sigue la misma senda, aunque estructural y formalmente cuenta con alguna curiosidad; la primera mitad de libro está formada por un grupo de poemas, pero la segunda parte consiste en una breve pieza teatral, "Hiru gau". El libro está ilustrado por Carlos Martínez Gorriaran. Iñigo Aranbarri sostiene que los poemas de este volumen cuentan con una mayor unidad interna que el anterior. Puede decirse que Otamendi, en este libro, se aventura a construir una geografía interior de tintes melancólicos, un espacio para el amor, que busca la belleza por medio de imágenes.

Además de en libros, Otamendi también publicó tanto poemas suyos como traducciones durante los 80 en publicaciones literarias, principalmente en la revista Susa. Después de crearse la editorial de mismo nombre a partir de la citada revista, Otamendi se convirtió en uno de los principales referentes de su colección de poesía, donde publicó ya Zainetan murrailak en 1987 y sus libros posteriores. Según afirma Otamendi, en su tercer libro se mantienen los mismos marcos de referencias de los poemarios anteriores (el amor, el mar, la muerte...), pero con una forma distinta de expresión. Aranbarri sostiene que Otamendi se encuentra más libre de sus primeras obsesiones formales, aunque la tendencia que había mostrado anteriormente hacia los paralelismos y las repeticiones ahora aparezca aumentada y refinada. Otamendi vuelve a recurrir al amor como tema principal, aunque con un tono más amargo, más desengañado y escéptico. No obstante, el amor vuelve a aparecer como único refugio ante la angustia por el tiempo.

Otamendi era consciente que estaba agotando un camino cuando publicó Poza eta gero (Susa, 1990), en el que muestra interés por emprender la búsqueda de la colectividad, insinuando la senda que tomaría más tarde en su próxima obra, Lur bat zure minari. En palabras de Aranbarri, en su obra de 1990 el poeta ha cambiado: "Aquel poeta que le escribía al amor con humildad naif ahora es un escritor que traza con aparente soltura los principales temas del existencialismo por medio de un expresionismo preciosista." (Aranbarri, op. cit.). Otamendi empieza a componer poemas de mayor cadencia, de ritmos más pausados. La acumulación de imágenes es más cruda que en sus tres libros anteriores. El amor vuelve a ser el protagonista, pero desde una perspectiva que cada vez lo relaciona más con el dolor y el erotismo. Otamendi divide su libro en tres partes: en la primera, el protagonismo es para la alegría; en la segunda, se representa la crudeza del mundo; la tercera funciona como síntesis y expresa que la alegría ha de ser creada y fomentada por cada cual.

Según afirma Aranbarri, en Poza eta gero aparecen sugeridas las tendencias que desarrollaría una vez cerrada esta etapa: practicar una poesía entre la sugestión y el discurso, y el acercamiento a la colectivización, que, entre otras, serían las características de Lur bat zure minari, esto es, del segundo ciclo poético de Otamendi. El quinto libro del autor posee gran unidad semántica y temática: el yo poético se mueve constantemente entre la tierra y un "tú", con lo que la tierra y el amor se erigen en el principal campo semántico.

En sus anteriores libros, Otamendi había construido una geografía a medida para el amor; en cambio, la geografía de estos poemas no es un espacio lírico-amoroso, sino un territorio contradictorio que no rehúye los ecos de la realidad socio-política. La tierra adquiere una multitud de significados en las dos partes en que se divide el libro: en la primera, titulada Polderrak, se nos habla acerca de una tierra inestable, resbaladiza, acerca de buscar alguna seguridad en un terreno dudoso; en la segunda parte, Almitza, la tierra adquiere una significación más amarga y se impone la semántica bélica, representando una tierra en guerra. La poesía se abre hacia lo colectivo, citando varios referentes sociales. El poeta mantiene una relación contradictoria con lo colectivo, ya que a la vez forma parte del mismo y se mantiene al margen. El amor continúa siendo un tema principal, pero ahora ya aparece vinculado estrechamente al dolor, de manera indivisible.

Otamendi, en este libro, hace uso de versos más largos, de más pausada cadencia, y a menudo recurre a imágenes violentas. Izagirre afirma que el poeta de Azpeitia habría desarrollado un "expresionismo violento". Además de las imágenes, Otamendi también da muestras de mayor discursividad, conduciendo sus reflexiones principalmente por medio de contradicciones y paradojas.

Tras la publicación en 1995 de Lur bat zure minari, Otamendi estuvo un tiempo sin publicar ningún otro libro de poesía, doce años concretamente. En el ínterin, apareció el único libro suyo de relatos hasta la fecha, Euri kontuak (Susa 1999); de todas maneras, ya contaba con alguna narración publicada en revistas literarias. El libro recoge veinte narraciones breves, situadas casi todas en parajes cercanos al propio autor, Azpeitia y Urola Costa. El autor busca la credibilidad en sus historias de corte cotidiano, pequeñas historias en voz menor. Muchos cuentos se basan en las pequeñas sacudidas que de tanto en tanto produce el dolor en un contexto de hastío y tranquilidad. Los temas, por su parte, son variados: a menudo se inclinan hacia la política, otras analizan las relaciones familiares o exploran las miserias dentro de la vida en pareja.

Durante los largos años en que no publicó poesía, Otamendi buscó distintas vías de escape para su vena poética, colaborando desde 1998 en algunos espectáculos con varios escritores, músicos y artistas. En ese año, junto a los escritores Koldo Izagirre e Iñigo Aranbarri, el grupo musical Bide Ertzean y el dibujante Mattin, participó en el espectáculo Dana lanbrotute ikustot, que se realizó a raíz de los veinte años pasados en la cárcel por Mitxel Sarasketa. En 2000, junto con Iñigo Aranbarri y Bide Ertzean, participó en el espectáculo Ibiltarixanak, que proponía un repaso a la poesía del siglo XX a partir de la metáfora de un pueblo en marcha. La conexión entre el grupo Bide Ertzean, creado por los hermanos Ubeda a finales de los 90, y Otamendi fue estrecha desde un principio, y fruto de dicha relación fue el disco de pop, Zure minari, que la banda grabó en 1999, basado completamente en textos de Otamendi.

Tal como ha confesado el autor, aquellos recitales y su colaboración con los músicos influyó en su manera de entender la poesía y en su creación poética venidera.

Erlojuen mekanikak (Susa, 2007) no supone un corte abrupto con Lur bat zure minari, pero es evidente el deseo de romper el aislamiento, de alejarse de la individualidad y los temas de siempre, abriendo paso a una poesía más narrativa, más conceptual, más sencilla y más generosa con el lector, aunque lo paradójico, la dialéctica entre lo anhelado y lo imposible, entre la realidad y el deseo se mantiene intacta, tal como anuncian las primeras líneas que abren el libro: "gu munduarenak gara/ baina mundua ez da gurea." ("nosotros le pertenecemos al mundo / pero el mundo no nos pertenece"). Comparado con el anterior, son poemas que tienen más carga autobiográfica, que se acercan a la reflexión desde la pequeñez del yo. No falta el contenido político, sobre todo en la parte final. Por otra parte, cabe reseñar que Otamendi publicó en 2001 una plaquette, titulado Poema politikoak en la editorial Susa.

Además del libro de cuentos Euri kontuak, la segunda obra de Otamendi fuera del género poético es Loiolarik ez balitz (Uztarria kultur elkartea, 2005), escrito en colaboración con Iñigo Aranbarri. Ambos autores se acercan a la historia de la literatura vasca, partiendo desde Loiola y su entorno. Hacen un repaso de nuestra literatura por medio de los autores han escrito en Loiola, los textos que se han escrito sobre ella de una manera más o menos directa.

Otamendi en los últimos años ha dictado varias conferencias sobre literatura: sobre las vanguardias históricas, sobre Maiakovski o sobre la literatura carcelaria, entre otros temas.

También ha preparado una antología en castellano de relatos en euskera (Desde aquí. Antología del cuento vasco actual, Hiru, 1996).