Concept

Silbote

Silbote es el instrumento musical también conocido (aunque en mucha menor medida) como txistu handia, es decir, el bajo del txistu. La banda clásica de txistularis está formada por cuatro músicos: dos txistus (primero y segundo), silbote y atabal/percusión. Normalmente está afinado una quinta por debajo del txistu, y al ser su tamaño mayor que el de aquél, no se puede tocar con una sola mano. A diferencia de lo que ocurre con el txistu, la técnica de ejecución exige aquí la utilización de las dos manos, y por tanto el mismo intérprete no puede tocar a la vez el tamboril.

Las primeras referencias escritas pertenecen a principios del siglo XIX, y aparecen en el documento conocido como papeles Humboldt. Al parecer, Wilhelm von Humboldt pidió en torno a 1802 referencias sobre música vasca y un autor anónimo -se piensa que Juan Antonio Moguel- le envió un manuscrito bajo el nombre De la Música en el País Vascongado, junto a algunos ejemplos musicales. A juzgar por las explicaciones que allí se dan, el autor conocía muy bien el txistu y su entorno, así como las características de la música erudita, y nos proporciona por tanto opiniones muy interesantes sobre este tema.

En ese manuscrito se menciona que los txistus (afinados en sol), para hacer polifonía, utilizaban otro silvo mayor, en tono de capilla (en do, por tanto, una quinta más baja que el txistu), haciendo éste la segunda voz. Seguramente quería decir que hacía una segunda voz totalmente independiente, ya que el segundo txistu no realizaba más que terceras, como el príncipe Dembovski (1841:509) afirmará unos años más tarde. Por si fuera poco, en estos papeles, entre otras partituras, encontramos una con el nombre de Silbote, que constituye en este momento la primera aparición escrita de este término. Hela aquí:

La partitura es cuando menos curiosa: en estos papeles Humboldt el silbote aparece tal y como nos ha llegado por la tradición, es decir, realizando el papel de bajo. Pero algunas características de este ejemplo (mordentes, figuraciones muy rápidas) y su aire general nos hacen pensar en una pieza para instrumento solista o al menos principal, y además presenta un gran parecido con los minuetos para txistu del siglo XVIII. Con todo, su tesitura, registro y tono no pueden ser más adecuados para su interpretación por un silbote o un txistu.

El padre Donostia (1952:264), por otro lado, menciona dos referencias de Bilbao, una de 1828 -el músico silbote cobró 600 rs., cifra por otra parte nada desdeñable- y otra de 1829, donde se pagaron 240 reales al silvate. A mediados del siglo XIX tenemos otra mención, la antes comentada del Príncipe Carlos Dembovski. En 1840, en efecto, cuando describe lo que vio en Azcoitia, menciona que en los días más señalados se unía a los dos txistularis habituales el silbato, una flauta de sonido bajo, y otro tambor, seguramente el atabal. A pesar de todo, la utilización del silbote no debía de ser muy habitual, y en ese sentido es bastante significativo que los autores que más escribieron sobre la danza y el txistu -como Iztueta o Larramendi- no lo mencionaran, ni siquiera en el Diccionario de Larramendi.

El término silbote, por lo que parece, viene del castellano, y es el aumentativo de silbo. En esta época, en efecto -fines del siglo XVIII y principios del XIX- impulsado por la moda bucólica existente entre las clases altas y la influencia ilustrada, se realizó un considerable esfuerzo en el ámbito del txistu por acercarse al mundo de la música erudita. Como consecuencia de ello, se intentaron cambiar tanto el nombre del propio instrumento como el de sus intérpretes tomando términos en castellano. Si hasta entonces se utilizaban nombres como danbolin, txuntxunero y otros similares, en vascuence y relacionados con el tambor, los intérpretes de txistu prefirieron el de silbo, en castellano y utilizando otro relativo a un aerófono, sin duda de mayor consideración social. En este proceso se debe insertar, sin muchas dudas, la creación del silbote, ya que servía para ampliar la polifonía y seguir mejor el modelo de la música erudita (Sánchez Ekiza 2000).