Primer largometraje cinematográfico argumental realizado por euskaldunes en Euskadi sobre tema vasco. Se realizó en la capital alavesa en 1918.
Fue una simpática aventura de unos amigos, encabezados por el pintor y decorador Isaac Díez. Uno de los supervivientes de aquella experiencia, Teófilo Mingueza, recuerda que interpretó a un aldeano, pero no puede recordar ahora la línea argumental. Se sabe que Isaac Díez, creador luego de la Baraja Vasca, además de dirigir la película interpretó en ella un doble papel de casero y de señorito. El papel femenino fue interpretado por Asunción Muñoz y el resto del reparto estaba integrado por conocidas figuras vitorianas entre las que destacaban por la importancia de su papel Manolo Sánchez, Saturnino Urbina y Obdulio López de Uralde. Para acompañamiento musical de sus imágenes escribió una rapsodia con motivos vascos el popular músico y célebre organista Enrique Arámburu.
Este documento importantísimo se rodó en su mayor parte en la calle de la Estación -actualmente Dato con inclusión de escenas en el Café Universal -hoy desaparecido- con alguna escena hasta en el interior. También sirvieron de escenario el Palacio Bendaña, los jardines y el interior del Palacio Augusti -hoy Museo Provincial- filmándose hasta un baile del Casino. Todo este material no llegó a estrenarse por falta de dinero para los últimos toques. El operador catalán, Sr. Marcos, quiso entonces destruir todo lo hecho. Pero el Sr. Mingueza consiguió que, con intención de rematarla, le cediera los planos donde él aparecía solamente. El resto lo destruyó el operador y, con los años, también el Sr. Mingueza ha perdido el material que quedó en sus manos.