Antzerkigintza

Hernani

Drama romántico debido a Victor Marie Hugo, líder del romanticismo europeo a mediados del siglo XIX.

Estudiante en Madrid durante la ocupación francesa y reinado efímero de José Bonaparte. Fugitivo a Francia, se detuvo en Hernani, Guipúzcoa, con la columna francesa en retirada.

"Tal impresión le produjo el nombre de dicho pueblo, las casas solariegas de las Provincias Vascongadas, las peñas de los castillos de Santa Bárbara, de Burunza y de Oriamendi, la tumba del gran capitán Juan de Urbieta -el que hizo prisionero a Francisco I en Pavía-; los diferentes encuentros con los tercios y Miqueletes de los generales Jáuregui, Álava y Mina; las conversaciones con los prisioneros vascongados que llevaban a Bayona, etc., etc., que todo aquello fue el primitivo origen de obras como Hernani y Ruy Blas". (Revista Euskal Erria, 1881, t. II, pp. 204-205).

Hernani se estrenó en París, en 1829, levantando una tremenda polémica entre clásicos y románticos. Fue obra de repertorio en los teatros europeos de aquel tiempo y le valió a Victor Hugo la jefatura del movimiento romántico. El drama en cinco actos se desarrolla en Zaragoza y montañas de Aragón. Para los vascos Hernani no fue sino un nombre de su País. Para el gran escritor francés una eufonía inspiradora de todo un drama heroico, cuyo protagonista, hijo de un noble en desgracia, conspira para asesinar al emperador Carlos V ante la tumba de Carlomagno. Los avatares de la vida llevan a Hernani, en su vida de bandido, al enfrentamiento personal con el emperador del que sale recuperando la nobleza perdida injustamente. El final es al estilo de Romeo y Julieta. Ni siquiera Carlos V, ante la tumba de Carlomagno, alude a la rota de Roncesvalles. Carlos espera su proclamación de emperador ante el sepulcro de Carlomagno. Filosofa. Las piedras, el polvo, no le responden.

"¿Y este es el sepulcro de Carlomagno? ¿Es todo tan poco en el mundo que viene a parar a esto?... Ambicionar un imperio, para ver luego el polvo que queda de un emperador. ¡Hacer ruido en el mundo, elevar muy alto el edificio imperial, para que quede luego reducido a estas piedras; y el título y la fama universal, para dejar nada más algunas letras que deletreen los niños."