Artículo principal: Estados Unidos de América.
Jai Alai
Los frontones de la costa Este, utilizados para el juego de cesta punta, atrajeron a cientos de pelotaris vascos desde la década de 1920. En los EEUU el juego de "jai alai" o cesta punta no se generalizó hasta que se convirtió en un juego profesional donde las apuestas fueron uno de sus mayores acicates. Las primeras exhibiciones de dicho juego se produjeron en las décadas de 1910 y 1920. En la Feria Mundial de St. Louis (Missouri), existía un frontón donde se jugaron partidos de cesta punta.
La cesta punta se popularizó como un juego profesional, cuando en los años 1930 el juego de apuestas se legalizó en Florida. A mediados de 1920 se construyó un gigantesco frontón en Miami. El "jai alai" se convirtió en un gran negocio. Durante las décadas de 1950 y 1960 se construyeron otros nueve frontones en Florida. Más aún, Connecticut también legalizó las apuestas y tres frontones profesionales fueron construidos a principios de 1970. Éstos fueron seguidos por un nuevo frontón que fue construido en Newport (Rhode Island) donde también se legalizó el juego de apuestas. El MGM Grand Hotel abrió un frontón en Reno entre 1978 y 1980 y otro en Las Vegas entre 1973 y 1983.
A pesar de que, debido a las apuestas, las empresas de jai alai tuvieron grandes beneficios, las condiciones de los pelotaris no eran demasiado buenas; esto les llevó a la creación de un sindicato de pelotaris en 1988, tras un intento fallido en 1975. Tras una huelga general que duró tres años, vino el reconocimiento del sindicato y sus demandas profesionales por parte de los dueños de los frontones, pero el daño causado al juego de "jai alai" fue irreparable. Desde entonces el interés que los grandes apostadores habían mostrado en el juego se desvaneció, haciendo que muchos pelotaris abandonaran las canchas y regresaran a Vasconia.
La pequeña comunidad vasca se resintió por ello. Desde entonces cuatro frontones de "jai alai" cerraron, debido a la competencia de las apuestas del estado, a la presencia de casinos, así como a la escasez de escuelas de preparación de futuros pelotaris. No había comunidad vasca en el sentido que la gente se conociera y reuniera. A comienzos del siglo XXI, había gente de origen vasco repartida en estos estados, pero no organizaba actividades culturales en conjunto, ni celebraba cenas o bailes. Cuando terminó la época del inmigrante deportista, terminaron las actividades sociales y culturales de esas familias que regresaron a Vasconia.