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CENTRO EMPRESARIAL DE VIZCAYA

El Centro Empresarial de Vizcaya (CEV) fue fruto, en 1981, de una iniciativa de Gonzalo Artiach, un industrial vinculado a los sectores de la alimentación y de electrodomésticos, para revitalizar el histórico Centro Industrial de Vizcaya, cuya inscripción en el Registro seguía vigente, al que cambió el nombre, como expresión de su voluntad de integrar en él al comercio y a actividades no estrictamente industriales, y cuya herencia recogía: encarnaría, así, la continuidad entre el asociacionismo patronal, diversificado, anterior a la guerra civil, y el nuevo modelo de organización patronal, unitario (aunque hubo de superar una fase de divisiones internas), surgido en el último cuarto del siglo XX.

Poco después, pero en el mismo año 1981, se integró en el CEV un sector empresarial que se escindió de la Confederación General de Empresarios de Vizcaya (CGEV). La escisión fue liderada por su Federación del Metal (que reclamaba una representación en los órganos de la CGEV superior a la que los Estatutos paritarios de 1981 le otorgaban y proporcional a su peso del 60'4%, según aducía, en el conjunto de la industria vizcaína) y por sus sucesivos presidentes, Juan Antonio Arcelay y Ángel Humarán. Y se produjo al amparo de la proclividad hacia el nacionalismo moderado de buena parte del empresariado y del deseo del nacionalismo vasco de jugar su propia baza en el terreno organizativo patronal (frente al sector "duro" de la CGEV, representado por su presidente, Luis Olarra, candidato por Unión Foral, en las elecciones generales de 1979, e integrante, después, de Alianza Popular).

En los años siguientes, el CEV reforzó su posición en el panorama asociativo empresarial de Bizkaia por varios factores. El Gobierno Vasco le otorgó, provisionalmente, en 1982, tres puestos de los siete asignados al empresariado en el Consejo de Relaciones Laborales, creado ese mismo año por el Parlamento Vasco (y que, por acuerdo de las organizaciones de Gipuzkoa y Álava, correspondían a Bizkaia). Profesionalizó sus estructuras directivas y gestoras, nombrando a técnicos especializados para sus cargos de este carácter. Se incorporó, en 1983, a diferencia de la CGEV, a la Confederación Empresarial Vasca (Confebask). Y paralelamente a todo ello, engrosó su afiliación, en detrimento de la CGEV, con sectores como los de la construcción, actividades portuarias, artes gráficas, automoción o parte del químico.

En el marco de la negociaciones para la constitución de la Confederación Empresarial Vasca (Confebask) y del primer diálogo de la "patronal" vasca para su incorporación a la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), se evidenció un acercamiento entre el CEV y la CGEV que desembocaría en la fusión de ambas entidades, en 1984, en el Centro Industrial y Mercantil de Vizcaya.

  • 100 años de historia de la Confederación Empresarial de Bizkaia, 1899-1999, 328 págs., Bilbao, CEBEK, 1999.
  • UNZUETA, Patxo: "Reportaje. Las patronales vascas, a punto de culminar su unificación", El País, 21 febrero 1983.

Ignacio ARANA PÉREZ (2008)