Kontzeptua

Várdulos

Las investigaciones en el campo protohistórico dentro del territorio generalmente asignado a los várdulos se han desarrollado de forma importante en las tres últimas décadas conociéndose en la actualidad dentro de la delimitación del territorio de Gipuzkoa diez poblados fortificados, un yacimiento en terreno llano a nivel del mar en el casco urbano de Zarautz, así como esporádicas ocupaciones de cuevas y un hábitat estacional de montaña entre otros. Destaca por su importancia la intervención arqueológica en más de la mitad de los yacimientos conocidos lo que ha permitido disponer de abundantes datos para el conocimiento de estas poblaciones.

La organización del hábitat presenta una forma de tipo concentrado en todos los casos, si bien estos asentamientos convivirían con otros de tipo disperso como las granjas o caseríos. Todos los descubiertos hasta la fecha se sitúan sobre montes de considerable altura con una posición estratégica y un elevado control visual, estando vertebrados en torno a los cauces de los principales ríos de esta zona.

Por lo que se refiere a la ordenación del espacio interior de los poblados ésta viene marcada por condicionantes como el tipo de relieve elegido, la forma de las viviendas y las actividades económicas a las que se dedique el grupo. Así, por ejemplo, algunas casas del recinto de Intxur (Albiztur-Tolosa) se construyeron sobre una suave ladera muy próxima a la cumbre horizontal del monte, situado a más de 700 m. de altitud, de manera semirrupestre y protegidas del viento del noroeste.

Los sistemas defensivos son una parte importante de estos enclaves dedicándose a los mismos notables esfuerzos: la muralla de Intxur se levanta apoyada sobre una base previamente preparada con bloques de considerable tamaño y con una anchura entre su muro exterior e interior de 2,50 m. alcanzando un desarrollo superior a los 1500 m. Dos fosos construidos en los extremos del recinto llegan a tener una profundidad de hasta 4 m. Salvo en el caso del poblado de Santiagomendi (Astigarraga) en el que no se han localizado hasta la fecha sus estructuras defensivas, el resto de los poblados en altura presentan murallas que, aunque con una variada tipología, en lo fundamental se asemejan entre sí.

Las viviendas levantadas en estos recintos presentan en el caso de Intxur planta rectangular alcanzando su superficie los 66 m2, apreciándose en su interior una diferenciación de espacios: zona central con el hogar, zona de zócalos y asientos, y zona de almacenamiento. Los materiales constructivos de estas viviendas de Intxur, así como las de Basagain (Anoeta) se basan en el primero de los casos en el adobe, la madera y elementos de hierro, y en el segundo en el zarzo, la madera y el hierro.

El empleo durante este tiempo de nuevas tecnologías afecta a diferentes tipos de materiales; distintas formas de trabajar permitirán transformar progresivamente el medio natural y satisfacer a estas poblaciones de nuevos objetos cada vez más eficaces.

La utilización de la piedra para la fabricación de herramientas está documentada en la totalidad de los yacimientos excavados, principalmente a partir de cantos de río. Los molinos, tanto barquiformes como circulares, están presentes en poblados como Intxur, Basagain o Munoaundi (Azpeitia-Azkoitia). Otra serie de piezas como alisadores o percutores son también frecuentes en todos estos enclaves, escaseando sin embargo las piezas fabricadas en sílex.

La cerámica es el elemento más frecuente en este tipo de asentamientos y presenta formas, dimensiones y decoraciones muy variadas; a partir de la Segunda Edad del Hierro se produce una novedad tecnológica importante como es la utilización del torno para la producción cerámica, representada principalmente en los yacimientos de Basagain y Munoaundi.

La madera está presente de una u otra forma en todos los recintos, tanto en los hogares como en las diversas construcciones. Piezas de madera trabajadas con huellas de cuñas y agujeros de clavos se documentan en Intxur principalmente; restos de entablamentos carbonizados se han hallado en lugares como Basagain y Munoaundi.

Por lo que se refiere a la actividad metalúrgica, los objetos fabricados en bronce consistentes principalmente en piezas de adorno se recogen en muchos de los asentamientos: fíbulas en Basagain y Munoaundi, pesa en Munoaundi, etc. Sin embargo es la introducción de la metalurgia del hierro en torno a la segunda mitad del primer milenio anterior a nuestra Era la innovación más significativa, fabricándose gran cantidad de herramientas y aperos de labranza, así como armas y otros objetos. Piezas como la hoz de Intxur, la reja de arado de Basagain, las puntas de lanza de Basagain y Munoaundi y otros objetos, documentan la generalización de esta nueva tecnología metalúrgica. La utilización de la plata para la acuñación de monedas, como la hallada en Basagain, es otro campo de esta actividad metalúrgica.

El empleo de tejidos (lana, lino, esparto) aunque presente en este momento no ha podido ser documentado en los yacimientos de este territorio debido a la difícil conservación de estas materias primas.

Los cambios en lo referente a la supervivencia son en este momento fundamentales, al igual que en el resto de los territorios. El desarrollo de la actividad agrícola, principalmente de tipo cerealista, está siempre presente en los yacimientos. Los primeros resultados obtenidos en el poblado de Intxur así lo confirman tras el hallazgo de gran variedad de cereales como distintas variedades de trigo, avena y cebada, además de leguminosas como el guisante y el haba, documentándose incluso la existencia de rotaciones entre cultivos de cereales y leguminosas. En el poblado de Basagain se han recuperado especies cultivadas destacando entre ellas, por su volumen, el mijo. Estos cultivos, posibles gracias a la deforestación de los terrenos próximos a los poblados, serán la base fundamental de la alimentación de sus gentes. La masiva práctica de la agricultura se ha documentado también a través de hallazgos como molinos para triturar grano, hoces y arados o vasijas de grandes dimensiones llenas de cereal como las encontradas en la despensa de una de las viviendas de Intxur.

La ganadería, masivamente presente en este período, apenas ha sido documentada salvo en los poblados de Basagain y Buruntza (Andoain) en los que están presentes tres de las especias más frecuentes como la vaca, la oveja/cabra y el cerdo. También existe constancia de la práctica de la ganadería en zonas de montaña durante los períodos estivales, como es el caso de la zona de Urbia, dentro de la sierra de Aizkorri.

Las actividades cinegéticas y de recolección, complementarias en la alimentación de estas poblaciones, están en parte representadas; si bien no se han recogido restos de animales salvajes cazados, sí son abundantes en los poblados excavados los hallazgos de frutos como la bellota y la avellana.

En la actividad comercial destacan por los datos aportados dos yacimientos: el poblado de Basagain y el de Munoaundi; el primero con piezas como el brazalete de vidrio de origen transpirenaico, una serie de cuentas de collar así mismo de vidrio, probablemente importadas y un denario de plata de la ceca baskunes, y el segundo con la pesa de bronce. Ambos son claros ejemplos de lo que significaría la actividad comercial, en algunos casos a larga distancia.

De entre los objetos que se pudieran considerar como artísticos destacan las estelas y piedras decoradas recientemente descubiertas en Basagain.

Por lo que se refiere al mundo funerario, dentro del territorio considerado de los várdulos, tan solo conocemos el monumento denominado "cromlech pirenaico" que se extiende hacia el este a partir del río Leizaran y que incluye 36 conjuntos con un total de 139 círculos, desconociéndose hasta la fecha la tipología de los enterramientos asociados a los poblados descubiertos.