Dirigente socialista nacido en Toledo en 1860, emigrado a Bilbao en 1885. Obrero metalúrgico, creó y dirigió «personalmente» durante más de 30 años la organización socialista de Vizcaya. Fueron años de esfuerzo para crear una infraestructura institucional (política y sindical) y consolidación del movimiento obrero, especialmente en la zona minera. De temperamento fuerte, austero y radical, imprimió al movimiento estas características más o menos hasta 1910, fecha en que cambiaron la dirección y las actitudes en el seno del partido.
En 1886, junto a Solano, Alonso, Carretero, Varela y otros, crea la primera Agrupación Socialista de Bilbao, y la Federación Local de Sociedades Obreras, entidades política y sindical respectivamente, muy vinculadas entre sí. Seguidamente estos primeros militantes comienzan la actividad propagandística por toda la provincia. Desde 1890 se empiezan a deslindar dos tendencias en el seno de la Agrupación bilbaína: moderada y radical, encabezada ésta por Perezagua y que agrupaba a Varela, Cenón Ruiz y otros. Fue un líder radical e intransigente en los conflictos mineros de 1890-1892. Durante los años de la crisis industrial (1891-1910) fue candidato electo en las elecciones municipales de Bilbao de 1891 y en las generales de 1891 a 1910. De 1898 a 1899 permaneció exiliado en Francia y a la vuelta salió elegido concejal de Bilbao en las elecciones de 1901. Se mostró nuevamente intransigente y duro en los conflictos de 1903.
Ideológicamente fue siempre contrario a la aproximación electoral con los republicanos, tendencia que se iba afirmando en el partido por esos años encabezada por Prieto. Tras la huelga de 1910, comienza el proceso de distanciamiento del partido al acentuarse la tendencia moderada y conjuncionista al frente de Prieto que lucha por arrebatarle el control del movimiento obrero. En 1913-1915 rompe con la dirección del partido afirmándose en sus ideas radicales en favor de un partido obrerista y sindicalista. En 1914 se convirtió en dirigente de la Federación Minera. Al año siguiente es expulsado del comité local de la Agrupación, reintegrándose en 1919, pero fue temporal y en 1921 encabezaba la escisión comunista del partido, Partido Comunista de Vizcaya con medio millar de afiliados.
Desde este momento toda su coexistencia va a resultar imposible y también su expansión por seguir las masas obreras a los socialistas. Murió como un viejo militante convencido de sus ideas y regentando una taberna en Bilbao, al año 1935. Alejandro Manzanares, que le hizo un polémico reportaje, le describe así:
"Su figura parecía arrancada de las viejas estampas de la Revolución francesa...Tenía algo de personaje mítico, de patriarca bíblico, de santón, de tribuno de barricada...Todo a la vez...Su voz tonante, al servicio de una justa causa, enardecía a las masas...Llevaba siempre puesta su inconfundible blusa azul, que le comunicaba un aspecto de sencilla majestad...En toda la zona de las Encartaciones su nombre era querido y pronunciado con fervor...Cuando hablaba en los mítines, juntamente con otro no menos destacado camarada suyo el impetuoso Seisdedos, sus arengas conmovían a las multitudes allí congregadas, que les escuchaban en medio de un profundo silencio religioso".