Duque de Wasconia, Pérez de Urbel sospecha que Sancho Guillermo pasó su infancia en Navarra, y acaso en el monasterio de San Millán. Por este tiempo muere su padre, dejando heredero a su hermano Bernardo, el primogénito; pero Bernardo muere a su vez, sin dejar sucesión, a fines de 1009. Entonces el gobierno de Gascuña viene a las manos de este joven, hijo de una infanta navarra y formado además en el reino de Navarra. La habilidad de Sancho el Mayor aprovechará estos lazos de parentesco y de alianza para convertir el estado amigo en estado feudatario. Poco es lo que sabemos de Sancho Guillermo, conde, marqués y duque de Gascuña. Sucede a su hermano Bernardo el 25 de diciembre de 1009. Hacia 1022 funda la abadía de San Pedro de Generés, y en 1028, rodeado de sus obispos y vizcondes, confirma las donaciones que sus antepasados habían hecho al monasterio de Saint-Sever, llamándose príncipe y duque de toda Gascuña.
Esta expresión podría ser para el investigador como una tenue luz orientadora, sobre todo si la unimos a la que usará más tarde Sancho el Mayor: in cuncta Guasconia regnante. Sancho quería ser duque de todos los gascones, pero en esta aspiración encontraba no pocas dificultades, sobre todo por parte de los condes de Tolosa, en cuyo territorio eran numerosos los pobladores de estirpe euskérica. Los condados de Agen y de Astarac, así como los de Coserans y Comminges, fueron durante mucho tiempo un motivo de litigio entre los duques gascones y los condes tolosanos. En la segunda mitad del siglo XI Tolosa realiza sus aspiraciones sobre aquellos territorios; por el momento, frente a los apetitos de sus rivales, Sancho Guillermo podía llamarse príncipe de toda Gascuña, y esto le dará motivo a Sancho el Mayor para decir que dominaba en toda la tierra de Gascuña.
Esta plenitud de dominio sobre los gascones fue, al parecer, la empresa que unió a los dos soberanos con un vínculo nuevo, por el cual el caudillo transpirenaico se convertía en vasallo del rey de Pamplona. Sancho Garcés se convierte en el protector de su primo, favorece sus aspiraciones, le ayuda con sus armas y consigue realizar sus propósitos, conquistando tierras que ya anteriormente estaban en litigio y que seguirán estándolo en los lustros siguientes. Y gracias a este apoyo se realiza la unidad gascona, aquella integridad que machaconamente insinúan las escrituras. Ref. Pérez de Urbel, Sancho el Mayor. Madrid, 1950.