Udalak

ARANGUREN

Urbanismo y construcciones civiles

Situado en una posición elevada, desde la que se domina el valle, Aranguren se emplaza en un punto desde el que se puede mantener contacto visual con otros lugares como Laquidain o Góngora, al tiempo que podía mantener señales visuales con el antiguo castillo real de Irulegui. En la actualidad, un nuevo núcleo de viviendas ha surgido al otro lado de la carretera, en posición mucho más baja, compuesto por chalets de nueva factura.

A la entrada del pueblo encontramos un caserón de planta rectangular, con tres alturas y tejado a cuatro vertientes. La portada original del edificio se sitúa en un lateral contiguo al de la entrada actual. Presenta fachada de piedra de desigual calidad, parcialmente enlucida, que acusa aparejos diversos. Reaprovecha un antiguo portalón gótico de antigüedad segura, con nueve dovelas de desigual formato, que llevan la rosca moldurada con una media caña. El resto de vanos son modernos. Se adosa a este edificio un torreón medieval de planta cuadrada, edificado en sillarejo y mampostería. Remata en alto con una serie de ménsulas de piedra y varias impostas, que parecen destinadas a sostener un cadalso de madera de finalidad defensiva. Seguramente este torreón es el núcleo original del caserón adjunto, aunque hayan desaparecido las alas residenciales que justificarían la presencia de la puerta gótica antes reseñada. Se trata, en suma, de una reliquia de la arquitectura medieval que merece ser conservada.

En el mismo entorno se encuentran casas de factura moderna, que han reaprovechado materiales antiguos pero que se alejan del modelo tradicional por la mayor riqueza de volúmenes y por el tratamiento de los vanos, que son más y mayores. Dos casas adosadas muestran diferente tratamiento de muros, pues en uno de los casos van enlucidos, con cadenas de sillar en esquinas y vanos, mientras que en el otro caso se deja ver una mampostería también con cadenas de sillar. Los vanos son rectos, a excepción de una de las puertas, de medio punto. Otra casa presenta un aspecto remozado, pero deja ver un paño de sillería mejor trabajado, seguramente más antiguo, en el que se abre una ventana geminada toscamente desfigurada a golpe de martillo. La ventana, que ha perdido el parteluz central, tenía dos arquillos apuntados de filiación gótica. Sigue una casa de mampostería con enmarques de ladrillo, de aspecto no demasiado antiguo.

Cerca ya de la iglesia encontramos casas también muy renovadas, aunque aprovechan elementos como un portalón de medio punto con trece dovelas largas. En un extremo del pueblo hay un caserón de gran formato, en la actualidad abandonado y en proceso de ruina. Se trata de un bloque de desarrollo horizontal, cuadrangular en planta, y con dos alturas más tejado en pabellón. Los muros iban enlucidos, dejando ver cadenas de sillar y con un amplio paño en sillar en el entorno de la puerta. Los vanos son rectos, aunque la puerta se abría mediante un medio punto con trece dovelas largas, cuya rosca va moldurada. Cambiando de dirección nos encontramos una fuente alargada, con depósito central cuadrangular que enmarca un arco de descarga de medio punto. Dos largos abrevaderos se disponen simétricamente a cada lado, y en el extremo de uno de ellos hay un lavadero de piedra abierto por uno de sus frentes, con tejadillo simple sobre estructura de madera.

Más adelante se levanta el antiguo palacio de Aranguren, que es una casa-torre de origen medieval, de las que protagonizaron las guerras de banderizos en los últimos años de independencia del reino. En la actualidad presenta un buen estado de conservación, aunque se aprecia que intervenciones anteriores han alterado algunos aspectos como el tratamiento de los vanos. Presenta una planta en "L", con un semipatio abierto entre las dos alas. Los muros son de piedra, con un aparejo menudo que varía desde el sillarejo de la torre a la mampostería concertada de las alas auxiliares. En altura presenta un aspecto escalonado, con tejados a doble vertiente que individualizan tres unidades, torre y dos edificios anejos. Los vanos son cuadrados, pero la puerta de acceso es un recio portalón apuntado con quince dovelas larguísimas, que pertenecen a los últimos años del gótico, tal vez de fines del XV o principios del XVI, relacionable tal vez con la escuela de Urroz. En la clave, un escudete representa las armas del palacio de Aranguren, que se recogen en el Libro de Armería del Reino de Navarra ( L.A.R.N. nº 237). La torre presenta saeteras pareadas, así como el ala anexa, que repite tratamiento de muros y vanos.

Cerca de este palacio se levantan varias casas más, de carácter más sencillo y popular, aunque hay también un caserón rectangular con dos alturas, muros enlucidos con las sabidas excepciones, vanos rectos y tejado a dos aguas con limas en los extremos.

Ermitas

Pérez Ollo menciona las de Santa Catalina y Santa Cruz. Nos recuerda que en 1796 el obispo visitador Igual de Soria mandaba enterrar la imagen titular de Santa Cruz, y que ordenaba además adecentar las ermitas, o de lo contrario demolerlas.

Parroquia de San Vicente mártir

La antigua fábrica medieval de la primera mitad del XIII fue muy alterada en el siglo XIX, aunque se respetó su aspecto exterior y se reaprovecharon buen número de elementos y materiales.

Consta de una planta rectangular y de nave única, dividida en cuatro tramos iguales, de los que uno hace las veces de cabecera recta. La sacristía se adosa a esta cabecera por el lado de la Epístola, aprovechando su volumen externo para apoyar un pórtico que cobija la puerta de acceso. Por el lado norte se aprecia el cuerpo prismático de la escalera de acceso al coro y a la torre, que a la sazón se eleva sobre el primer tramo de la nave. Los muros son de sillería, con bloques de tamaño mediano y algo irregular, y van enlucidos al interior, con una imitación del despiece de sillares. Se abren en ellos un total de tres ventanas, dos en la cabecera y una a los pies, de medio punto y con derrame exterior. Se adornan con guardapolvo que, en el caso de la ventana de los pies, lleva decoración moldurada. A los pies se levanta un coro alto de obra. Se cubre este espacio con una bóveda de cañón apuntada, articulada por fajones igualmente apuntados y de sección cuadrada, que apean sobre ménsulas lisas encastradas en el muro. La sacristía recibe también una bóveda de cañón.

Al exterior, como va dicho, la torre se levanta sobre el tramo de los pies. Lleva planta rectangular y constituye un volumen prismático rematado por los huecos rectangulares para las campanas y un tejado a cuatro aguas. El pórtico es de obra, alineado con el cuerpo que alberga la sacristía, con tres arcos de medio punto en ladrillo abiertos en el muro enlucido. La puerta propiamente dicha, de estilo gótico, consta de un arco apuntado, cuyo abocinamiento se salva mediante cuatro arquivoltas aboceladas, que apean en otras tantas columnas por cada lado, rematadas con molduras a modo de capitel. Carece de tímpano, y un guardalluvias recorre su trasdós.

En el interior, el presbiterio muestra el retablo mayor, obra moderna datable dentro del siglo XX. Consta de banco, dos cuerpos de tres calles y ático. Se articula mediante columnas jónicas y corintias, y entre la imaginería, moderna, destaca la Santísima Trinidad del frontón, así como un Crucificado que debe ser original y que pertenece al siglo XVI. El sagrario es del siglo XVII. Cerca nos encontramos el retablo de San Francisco Javier, moderno también.

En el lado del Evangelio se encuentra el retablo del Crucificado, neoclásico del XVIII, que alberga un Cristo de la misma época. La pila bautismal se encuentra en el bajo coro, y es un ejemplar medieval que consta de basa trapezoidal, fuste troncopiramidal decorado con crucecitas, círculos y arquerías, y taza semiesférica sin decoración.

En la sacristía se custodia un Crucificado barroco, una Santa Bárbara de bulto del mismo estilo, procedente de la antigua ermita homónima, y diversas piezas de orfebrería.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)