Antigua institución navarra de beneficencia. Se distinguían dos conceptos; el de Padre de huérfanos y el de huérfanos. Aquél era un cargo cuya función era la de atender a los pobres y desamparados procurándoles un trabajo. Por huérfanos, a estos efectos se entendía, toda persona carente de medios de vida, no importa cuál fuere su situación familiar. Antes de que se legislara por las Cortes fue una institución municipal y debió existir desde antiguo en algunos municipios y villas, como sucedió en Tudela donde existió hasta 1804. Eran sus atribuciones dar asilo a mujeres embarazadas y desvalidas, asegurar los expósitos y remitirlos al hospital general de Zaragoza. Podían despachar libramientos contra los fondos públicos, sin expresar el objeto, llevando cuenta reservada (Arch. lib. 47 ns. 17 y 18). La insignia del padre de huérfanos era una vara negra. Tenía asiento en el ayuntamiento después del presidente, en los actos y funciones públicas. En Navarra, aparte de Tudela, se crea oficialmente el cargo por ley de 1576. Las leyes l y 2 lib. 5 tít. 25 de la Novis. Recop. habían acordado sobre esto diferentes providencias y para su ejecución crearon el título de "Padre de Huérfanos". Sucesivamente insistieron en el remedio del mal las leyes 46 de los años 1743 y 1744: la 40 de 1757; y la 16 de 1780 y 1781. La 36 de 1794 radicó el oficio de Padre de Huérfanos en el Superintendente de escuelas y finalmente la 79 de 1817 y 1818, dejó sin efecto como ineficaces todas las referidas leyes sobre mendigos quedando extinguido de consiguiente el dicho oficio de Padre de Huérfanos. Se trató siempre de distinguir netamente a los pobres o necesitados de los vagos o vagabundos. Los primeros se protegían mediante una señal que se daba a quienes no podían ganarse la vida para así poder mendigar por los pueblos. El caso más delicado era el de los niños y menores a los que se procuraba su manutención y crianza. Ref. Salinas Quijada, F.: El Padre de Huérfanos, "Nav. Temas de Cultura Popular" n.° 102. Pamplona, 1971.