Valles

LENITZ, Valle de

Levantamientos contra los Guevara. Dice Gorosábel, con razón, que los habitantes de Léniz «nunca pudieron soportar la sujeción» que se les impuso. Los primeros en no soportar la nueva situación fueron los hidalgos principales, algunos de los cuales -relata Ayerbe- prendieron fuego a sus casas solariegas y se refugiaron en villas de realengo o poblaciones mutadas que disfrutaban de autonomía administrativa, nombramiento de las propias autoridades, jurisdicción en lo civil y criminal, privilegios jurídicos y protección del rey. Uno de los casos más notables fue el de Juan Báñez de Artazubiaga, de Bedoña, que después de incendiar su casa-torre, bajó a vivir a Mondragón, donde erigió un nuevo palacio. Otro fue el de los Uriarte de Zarimur. El primero fue reedificado más tarde por Asensio Báñez de Artazubiaga. Sería el solar que hoy ocupa el Centro de Acción Católica (Leibar & Letona: Valle de Léniz, 1975, 61). El año 1423, refiérese en las Bienandanzas de Lope García de Salazar, levantáronse los del Señorío de Lenis contra don Pedro Velasco de Guevara, el cual, muerto su padre, había quedado a los ocho años en poder de Ferrand Peres de Ayala, su abuelo, el cual con todos sus hombres entró a saco con todos los pueblos del valle de dicho nombre destrozando y quemando muchas casas, entre ellas las de Estibaliz de Galarza, sometiendo al valle a su poder. El mismo año se levantó el Concejo de Mondragón y sus hombres quemaron la casa fuerte de este don Pedro Velasco. En 1429 los habitantes del valle celebraron capitulaciones con los Guevara, por medio de las cuales los señores garantizaban varias libertades del valle. Uno de los levantamientos más importantes fue el efectuado en 1451. Ese año la villa de Salinas, con ayuda de la Hermandad, le derribó la torre, símbolo de su dominio feudal. Por unos días la villa recuperó su independencia, pero el señor la cercó y volvió a apoderarse de ella por fuerza y asalto. Esta acción costó a la villa 4.000 mrs. anuales durante 25 años, pasados los cuales el señor siguió cobrándolos y sometiéndoles a otros excesos.