Filólogos

Humboldt, Willhelm von (1767-1835)

Filólogo, poeta, crítico y político alemán, nacido en Potsdam el 22 de junio de 1767 y muerto en Tegel el 8 de abril de 1835.

De espíritu inquieto, desde muy pronto le atrajeron sus preocupaciones por el saber y la ciencia. Estudió leyes en Francfort del Oder, ciencias económicas, arqueología bajo la dirección de Heyne, y la filosofía de Kant. En 1789 hizo un viaje a París y Versalles, asistiendo a algunas sesiones de la Asamblea Nacional. En el verano del año siguiente (1790) le nombraron en Berlín consejero de legación y asesor del Tribunal Supremo. Sin embargo, sus preocupaciones eran otras. Esto hace que en la primavera de 1791 renuncie a dicho cargo y se retire a sus posesiones de Mansfeld, Turingia y Erfurt, donde se dedicó al estudio y a la investigación. Desde 1794 vivió en Jena donde trabó una fecunda amistad con Schiller. Tras realizar algunos viajes se estableció en París en 1797, lugar que abandonaría dos años más tarde para viajar por España, donde se dedicó al estudio de la lengua vasca. Habiendo regresado a su país (1801) el Gobierno prusiano le destina a Roma como ministro residente, donde encontrará un campo abonado para sus inquietudes intelectuales. En el 1809 se le encomendaría el ministerio de Cultos y de Instrucción pública, fundándose bajo su tutela la Universidad de Berlín. En 1810 pasa a ocupar el cargo de ministro secreto de Estado y, más tarde, entre 1813 y 1814, estuvo en el cuartel real. Tomó parte en varias conferencias y tratados internacionales: Congreso de la Paz de Châtillon (1814), Congreso de Viena (1814-1815), etc. En la primavera de 1817 es elegido en Berlín miembro del recién creado Consejo de Estado y trabaja en el Comité nombrado para redactar el proyecto de la Constitución. El mismo año es nombrado enviado extraordinario en Londres, pasando con el mismo cargo a Aquisgrán un año más tarde. El 11 de enero de 1819 se le encarga de los asuntos municipales y de otros de tipo administrativo. A fines del mismo año toma, nuevamente, la resolución de retirarse a su vida privada, ante la oposición que encuentra en el Gobierno. Salvo breves temporadas que pasó en París y Londres y algunos viajes que hizo por algunos países, su vida transcurrió en el castillo de Tegel, dedicado a sus preocupaciones intelectuales y artísticas. Como recompensa a los servicios prestados a la patria se le había concedido en 1817 la soberanía de Ottmaçhau (Silesia). En 1884 se le levantó un monumento frente a la Universidad de Berlín.

Respecto a su contacto con España y, más en concreto con el País Vasco, debe afirmarse que le produjo una profunda impronta. Su primer viaje a Euskal Herria lo realiza con su mujer Carolina, sus dos hijos y el pintor Gropius (año 1799). De dicho viaje nos dirá A. Farinelli:

"Algo nuevo se había despertado en la conciencia del sabio: el reconocimiento de su inclinación natural al estudio de las lenguas, fundado en el estudio del carácter y del alma de los pueblos, y la determinación de seguir desde entonces ese impulso interior, concentrando sus fuerzas, enderezándolas a un fin, sin vacilaciones. Le servirá el vascuence como fundamento de sus estudios. El faro de la nueva luz deseada surgirá de aquí. Necesariamente debía investigarse el vascuence para llegar a las primeras fuentes de las lenguas de Europa."

A. Farinelli: Guillermo de Humboldt y el País Vasco..., San Sebastián: Impr. de la Diputación, 1925, p. 3.

En abril de 1801 viene nuevamente al País Vasco, esta vez en compañía de su amigo Guillermo Bokelmann. En su viaje le servirán de ayuda la Geografía de Vizcaya de José Joaquín de Landazuri, la Notitia utriusque Vasconiae de Oihenart y su colección de proverbios, las Investigaciones históricas de las Antigüedades de Navarra de Moret, ciertas Memorias sobre la guerra entre Francia y España, un ensayo de la Nobleza de los Vascos, los viajes de Fischer, de Bourgoing, de Dillon, libros antiguos como Guero de Axular, etc. En sus viajes conocerá a Juan Antonio Moguel y Urquiza "uno de los lingüistas más doctos de Vizcaya" le llama Humboldt-, Pedro de Astarloa, Larralde, al cantante Garat.

Su atrevida teoría de que el euskera era la lengua más antigua de entre las europeas y de que el pueblo vasco constituía el representante lingüístico más antiguo de las poblaciones primitivas de la Iberia precéltica, anterior a las primeras inmigraciones de los arios, se deriva del análisis paciente de los nombres de las montañas, ríos, peñas, valles, aldeas, familias. Del euskera afirmará que es una de las lenguas de más perfecta formación, sorprendente por su vigor, la estructura de sus palabras, la brevedad y la osadía de la expresión. El País Vasco quedó en la imaginación y en el corazón de Humboldt como una tierra ideal.

Escribió gran número de obras sobre crítica literaria, filosofía y, de modo especial, sobre la lingüística comparada. Como fruto de sus investigaciones de la lengua vasca deben mencionarse sus Berichtigungen und Zusaetze zu Adelungs Mithridates über die kantabrische oder baskische Sprache, Berlín, 1817, y su Prüfung der Untersuchungen über die Urbewohnner Hispaniens vermittelst der Vaskischen Sprache, Berlín, 1921. Aparte de estas obras escribió sobre este mismo tema varios artículos, algunos de ellos traducidos al castellano. Otras obras importantes suyas son: Ueber die unter den Namen Bhagavad-Gita bekannte Episode des Maha Bharata, Berlín, 1826; Ueber den Dualis, Berlín, 1928; Ueber die Verwandschaft der Orisadverbien mit dem Pronomen in einigen Sprachen, Berlín, 1830; Ueber die Kawisprache auf der Insel Java, Berlín, 1836-1840. La introducción de esta obra, publicada separadamente en Berlín en 1836, tuvo una influencia decisiva en la historia de la moderna filología. Con respecto al Prüfung nos dirá el antes citado A. Farinelli:

"De ese primer ensayo se han derivado los estudios de Humboldt más extensos y profundos sobre la lingüística comparada y la filosofía de las lenguas. De este primer centro de actividad irradió una luz serena y fuerte en las profundidades más escondidas de la ciencia humana; preludio con la Prüfung de la lengua vascongada la ascensión espiritual progresiva del sabio que se acabará con el estudio de las lenguas oceánicas y las genialísimas investigaciones sobre el "Kavi". La ciencia de la vida llega a ser la historia filosófica de la humanidad."

A. Farinelli: op. cit., p. 12.

Humboldt con su teoría sobre el euskera vendrá a apoyar la de Larramendi, Astarloa y Erro de que el euskera fue la antigua lengua de España, aunque esto no le siente muy bien a Menéndez Pelayo (ver M. Menéndez Pelayo: Historia de los Heterodoxos españoles, Emecé Editores, Buenos Aires, 1945, t. I, p. 585).