Concepto

Historia del Arte. Pintura (versión de 1994)

La pintura dieciochesca. En el s. XVIII decae la pintura en Navarra y sólo destacan Antonio González Ruiz, que residió en la Corte, donde desempeñó importantes cargos, y Diego Díaz del Valle. Al igual que en el renacimiento, la pintura de las otras provincias vascas es poco importante en este siglo. Muchas de las obras que existen son enviadas desde los principales talleres del Estado por encargos de conventos, iglesias o particulares; así La adoración de los Magos, de Diego Polo, en Jócano, el Crucificado de la Iglesia de La Asunción de Mutriku, obra de Zurbarán, los tres lienzos de Ribera (Crucificado, S. Pedro, S. Pablo), procedentes del antiguo convento de Sto. Domingo de Vitoria, etc. En la ciudad de Bayona hacia 1705 Monseñor de Arche adornó el coro de la Catedral con seis grandes cuadros. Fueron encargados por mediación del pintor José Vernet, que se encontraba a la sazón en Bayona, a artistas bastante buenos, miembros de la Academia francesa de Pintura: Lépicié Carême, Brenet y Bardin. Estos trabajos debían representar la Anunciación el Nacimiento de la Virgen, Gas esponsales de la Virgen y la Huida a Egipto. A principios de siglo se podían ver en la sacristía de la Catedral la Presentación de la Virgen en el Templo y la Educación de la Virgen. Los otros habían desaparecido. La más admirable colección de cuadros que haya existido nunca en Bayona, fue reunida a principios del s. XVIII por Noël deu Sault, rico bayonés. Su residencia era la casa de Batrau en el n.° 6 de la calle Lorroand. La lista de estas obras maestras de pintores holandeses sobre todo, ha sido ya publicada. En Bayona (Lab.), desde principios del s. XVI los pintores y vidrieros formaban ya una corporación. En 1854, Martín de Harismendy renuncia al título de maestro pintor de la Iglesia catedral y es su hijo Jean quien recibe el título que le es otorgado por la Corporación Municipal. En 1701, se publica una orden de policía relativa a la industria de los pintores vidrieros y se introducen algunas modificaciones en los estatutos de la corporación. Como maestros pintores encontramos: Jean Hiriart, en 1696, Lamagocy, en 1698, Jean Molinié en 1705, Ramond Foideau en 1711, Pierre Lauga en 1720, Jean Pierre Lacroix en 1747, lean Daine en 1709, Jean-Pierre Lacroix en 1773.-D. A mediados del siglo encontramos en San Sebastián al pintor flamenco Pedro de Orber, cuya obra más importante es el retablo mayor de la iglesia parroquial de San Juan de Salvatierra. En Bilbao destacan Domingo y Nicolás Bustrín, quienes con Sebastián Galbarritu son autores de la serie de retratos de los Señores de Vizcaya que se conservan en la Casa de Juntas de Gernika. Son obras de desigual calidad y muy convencionales. Ildefonso Bustrín, por su parte, pintó varios cuadros para el retablo mayor de la iglesia de San Vicente de Sodupe. En el s. XVIII se generaliza la costumbre de decorar las iglesias con pinturas murales. Como ejemplo podemos citar las bóvedas de la iglesia de San Bartolomé de Elgoibar, obra de Ignacio de Arana.