Concepto

Historia del Arte. Pintura (versión de 1994)

La pintura de la postguerra. La Guerra Civil tendría consecuencias evidentemente negativas, en especial en los núcleos de mayor vitalidad (Vizcaya y Guipúzcoa). Tras la supresión de la Asociación de Artistas Vascos y el exilio de los creadores más conocidos -entre ellos Arteta, que muere en México en 1940 en el interior del País Vasco el movimiento artístico se reanuda con una exposición de pintura, escultura y arte decorativo organizada por la Jefatura Provincial de Propaganda de Vizcaya y patrocinada por la Diputación de Vizcaya y el Ayuntamiento de Bilbao, celebrada en 1939. En 1941 se funda el Grupo del Café Suizo, integrado por Quintana, Zubigaray, Aróstegui, los pintores Martínez Taubmann, José Solís, Roberto Rodet y Juan Bayón Sala («Bay Sala»), un grupo de aficionados que fomentará exposiciones artísticas y editará un Boletín Informativo de Arte y una revista radiofónica artística, «Pinceles», en colaboración con Radio España de Bilbao. Mayor importancia tuvieron las Asociaciones Artísticas Vizcaína y Guipuzcoana, fundadas en 1944 y 1945 respectivamente, cuyos fines eran, en modesto, similares a los de la Asociación de Artistas Vascos; la difusión y la docencia del arte. La difusión cultural se hace en Guipúzcoa a través del Ateneo, y en Vizcaya por medio del Museo de Bellas Artes, para el que se construye un nuevo edificio en el Parque de Doña Casilda en Bilbao, en 1945. Algunas galerías, como la Galería Studio de Bilbao, colaboran en el difusión de las nuevas corrientes del arte europeo. Abandonados tras la Guerra Civil la incipiente pintura de vanguardia y los temas habituales de la pintura anterior a 1936, pintores como Nieto Uribarri, Enrique Rentería o Aróstegui Barbier en Vizcaya, Eloy Erenchun, Montes Iturrioz y Menchu Gal en Guipúzcoa y Jesús Apellaniz en Alava, se concentran en la pintura de paisajes, de herencia impresionista. Hay otros pintores de lo cotidiano, como Ciriaco Párraga y Muñoz Condado, cuya pintura no puede definirse como social por carecer de connotaciones críticas. De ellos Ciriaco Párraga es el más importante, pero influirá poco en las generaciones siguientes. La década de los 50 comienza con la fundación del grupo «Los Cinco Plásticos», preocupados por recuperar al arte vasco para la modernidad. Son cuatro pintores (Alvarez Ajuria, Figueroa, Otaño y Uranga) y un escultor, Oteiza, que ha regresado de América en 1948. Además de exposiciones de sus obras, organizaron conferencias y coloquios, pero en ningún momento hubo planteamientos plásticos similares. De estas mismas fechas es el grupo «Joven Pintura Bilbaína» (1951), integrado por Garay, Barceló, Fidalgo, Ibarrola, Irigoyen, Murga, Pérez, Sota, etc., poco unitario y que sólo organizó una exposición en la Sala de Artesanía Española de Bilbao. También a partir de 1951 comienzan las Bienales de Arte Hispano Americano, lo que permite a algunos artistas hacerse presentes en otros ámbitos de carácter más internacional.