Painters

Cemillán, Alfredo Fermín

A mediados de la década de los noventa, Mintxo desarrolla una interesante serie de propuestas plásticas, basadas en la técnica ilusoria y ficticia del trampantojo consistente en pintar y dibujar paisajes imaginarios directamente sobre las paredes de determinados espacios arquitectónicos. Eran intervenciones pictóricas creadas "in situ", en el lugar, con objeto de simular sobre los propios paramentos unas ventanas imaginarias con la descripción de puntos de vista urbanos en clara perspectiva. De tal suerte que, describiendo estos espacios ilusorios sobre la pared, el espectador podía imaginarse los encuadres reales que se verían en caso de realizar un túnel (o vacío) desde la pared de la instalación y dirigiera los ojos en esa misma dirección.

Esta técnica simuladora, de conectar el interior del espacio expositivo con el exterior, pintando, en realidad, vistas ficticias, fue desarrollada por el autor en tres ocasiones. En el Antiguo Depósito de Aguas de Vitoria, actual Centro Cultural Montehermoso, en mayo de 1994, con el título Las raíces excavadas. En el Monte Poblado; en la Casa de Cultura de Okendo, en San Sebastián, en enero de 1997, colaborando en el proyecto Pablo Milicua, Paisajes y vistas de San Sebastián, así fue bautizado, y, por último, en el Horno de la Ciudadela de Pamplona, en julio de aquel mismo año de 1997. Para esta postrera intervención adoptó su creador el simbólico nombre de La ciudad cociente.