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CAJA DE AHORROS MUNICIPAL DE VITORIA (1895-1990)

Obras Sociales.

Su primera obra social fue el Monte de Piedad que aquí, como en otros lugares, fue durante años la más importante. Hasta bien entrado el siglo XX sus obras sociales tuvieron un carácter netamente benéfico y esporádico. En 1922 se dedicaron 21.627,57 pesetas a premios y donativos. En 1925 apareció por primera vez en su Memoria anual el capítulo de .Actuación benéfico-social., aprovechando un fondo creado al efecto el año anterior. Repartió 7.050 pesetas en pequeñas cantidades para ayudar a diversas entidades: Hospital Civil, Casa de Misericordia, Asilo Provincial, Cantinas Escolares; Escuela de Artes y Oficios, Conferencias de San Vicente de Paul, La Gota de Leche, Aguinaldo del Soldado; y para premios en la fiesta del niño. Mayor importancia tuvieron ese año los donativos concedidos con motivo de su 75º cumpleaños, 39.350,39 pesetas repartidas de la siguiente manera: 11.644,45 para pavimentar la calle de San Prudencio; 20.000 a la Escuela de Artes y Oficios; 250 a las Hermanitas de los Pobres y otras 250 a las Oblatas; 1.050 para comprar mil panes para repartir entre los pobres de la ciudad; 1.206 para celebrar misas por el alma de los fundadores de la Caja; y 4.949,94 para una gratificación extraordinaria dada a los empleados. Esta relación dice mucho de la mentalidad de la época y de la situación social, cuando se gastaba más en misas que en panes para los pobres. Ese año también se concedieron 10 pensiones vitalicias de 1,50 pesetas diarias a otros tantos ancianos pobres de ambos sexos mayores de 75 años.

La obra, más benéfica que social, siguió trascurriendo por los mismos cauces durante unos años, aunque se fueran aumentando el número de instituciones ayudadas. Colaboró económicamente en los Homenajes a la Vejez, en los Concursos de Ganado de Salvatierra, e incrementó los premios a los impositores, cuyo importe (5.000 pesetas) pasó a premios del Día del Ahorro tras la prohibición de los primeros en 1925. La crisis obrera de los años treinta obligó a la puesta en funcionamiento de los Comedores económicos, que la Caja y el Ayuntamiento sostuvieron, proporcionando ayudas a los obreros en paro. En 1931 compró los terrenos del estadio de Mendizorrotza, alquilando el campo de fútbol al Deportivo Alavés, y quedándose con el resto de las instalaciones. Durante la guerra fueron normales las ayudas definidas como .donativos patrióticos..