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ARCENTALES

Como corresponde a la gran mayoría de los municipios de escasa concentración poblacional de la zona de Las Encartaciones, Arcentales es grande en extensión territorial y con un habitad eminentemente rural y disperso, destacando dos núcleos importantes (San Miguel de Linares y Traslaviña) y una serie de pequeñas barriadas diseminadas con diferente importancia (Traslosheros, Gorgolas, El Peso, Launzain, Santa Cruz, La Vía, Santelices, etc.). Todos ellos, en general, cumplen la característica esencial de pequeñas agrupaciones de caseríos y viviendas unifamiliares y bifamiliares, siendo San Miguel el núcleo principal y administrativo.

Patrimonio religioso
El templo religioso de mayor interés es San Miguel de Linares (véase), un edificio básicamente gótico-renacentista, con elementos que demuestran su pasado románico y posteriores añadidos barrocos, aunque de gran interés es también Santa María de Traslaviña (véase), situada en el barrio del mismo nombre, un templo gótico, construido a principios del siglo XVI y que conserva características similares a las de San Miguel de Linares (torre-campanario a los pies, pórtico en el muro sur, etc.).

Son varias las ermitas que jalonan la extensión territorial de Arcentales, entre las que destacan: Nuestra Señora de las Nieves, en el barrio de Rebollar, de planta rectangular y mampostería (salvo contrafuertes, en número de dos a cada lado, y esquineros), su única nave tiene tres tramos y está abovedada a medio cañón, tiene ábside semicircular al interior y separa éste de la nave un arco triunfal de medio punto sobre pilastras adosadas. Presenta espadaña de un solo vano y remate en cruz y alberga imágenes de la Virgen y Cristo crucificado. Está documentada con ese nombre desde 1741, aunque ya a finales del siglo XVII, aparece la ermita de Nuestra Señora del Rebollar, que podría ser su anterior advocación. En Truetxe la Ermita de San Antolín, de similares características, tiene sacristía adosada en el lado derecho y espadaña de factura muy reciente, dos vanos en aspillera y uno de ojo de buey sobre el acceso adintelado con orejeras y data de 1638, su primera referencia documental, aunque la actual es fruto de una reconstrucción de los años sesenta. Forma parte del recinto de la plaza de toros. En Santelices la Ermita de San Pedro es de estilo rural, data del siglo XV y actualmente está abandonada. De pequeño tamaño, tiene sillería en los esquineros, y acceso cegado de medio punto en el lado oeste. Santa Elena de la Cruz en el barrio de Santa Cruz (véase) y San Hermenegildo en Traslosheros (véase) completan el patrimonio eremítico actual. De Nuestra Señora del Carmen, en Mina Federico, apenas quedan unas pocas ruinas y sus materiales contribuyeron a reformar algunas de las ermitas del municipio.

Patrimonio civil
Las casas-torre también tiene su presencia, aunque no de forma tan masiva como en los municipios más orientales de las Encartaciones, respondiendo así al proceso poblacional y social dado a lo largo de la Edad Media en la comarca. Destacan la Torre de Miranda en Traslaviña (véase), del siglo XV, la de Traslosheros (véase), aunque muy modificada y la Torre de Mollinedo, en este barrio, que es un despojo de lo que fue en el pasado, con algunos fragmentos de muro en pié; algunas referencias la describen con elementos góticos. Además existen elementos exentos que se pueden considerar propios de las torres que en un momento existieron, como una ventana geminada con decoración, en el barrio de El Sobrado, seguramente de la Torre de El Sobrado, o un acceso y una ventana apuntadas de estilo gótico y un vano adintelado renacentista en un viejo pajar, es posible que procedentes de la desaparecida Torre de La Riba, en el barrio de ese nombre.

De arquitectura culta destacaremos el Palacio de Horcasitas, también llamado torre, por su singular alzado en uno de sus lados que da la idea de torre adosada al edificio. Es de estilo barroco (siglo XVIII), mampostería, salvo esquineros y recerco de vanos (casi todos adintelados) e imposta lisa marcando las alturas, siendo en la torre de tres pisos y en el resto del edificio de dos. El acceso principal se presenta en arco de medio punto rebajado y destacan el escudo y los desagües cilíndricos de la torre, bajo la cornisa moldurada en gola. El Palacio de Santa Cruz, en el barrio de Santa Cruz (véase), en muy mal estado y muy similar al anterior salvo por la carencia de torre. El Palacio de Santelices, de planta rectangular, cubierta a cuatro aguas y tres alturas, data del siglo XVII y su actual restauración lo ha rehabilitado de forma importante. Es de mampuesto, si exceptuamos algunas zonas y sobre todo salta a la vista el mirador de madera sobre pilares de piedra, descentralizado en el primer piso. Su acceso es adintelado con orejeras, tiene línea de imposta de placa lisa separando los dos pisos superiores, blasón y algún vano con parteluz columnado. El Palacio de la Reneja, exento y de cuatro alturas (es lo que lo diferencia de la tipología de palacete barroco vizcaína, que suele ser de tres pisos), sorprende su excelente sillería, en relieve en vanos y esquinas y la gran cantidad de vanos, todos ellos en dintel. Cinco líneas de imposta recorren su perímetro y su cubierta a cuatro aguas está soportada por un gran alero en amplio vuelo sobre canes de madera tallada. Completan este apartado los siguientes palacios: Palacio Quintana, del siglo XVII, Villa Ladín, con inscripción que lo data en 1818 sobre edificio anterior, y Chalet de la Zarzuela en San Miguel de Linares (véase).

El Ayuntamiento, en el barrio de San Miguel (véase), es el único edificio destacable de tipo público, y fue construido y diseñado en 1912 por Santos Zunzunegui.

El caserío adopta varias formas muy íntimamente ligadas a la realidad socio-cultural de la zona, teniendo un nexo de unión básico con el resto de la comarca encartada. Sigue fundamentalmente el estereotipo de caserío de la zona, aunque se pueden ver ligeras diferencias particulares propias del valle de Arcentales e influencias de las casas cántabras por la proximidad con esta región. Uno de los particularismos es la ausencia de nombres para las casas, tendencia muy extendida en el resto de Bizkaia, y que en esa zona no tiene reflejo, así que para referirse a los caseríos ha de tomarse la nomenclatura más actual de calle y número. La influencia cantabra se puede ver en caseríos formando hilera, como el número 57 de Santa María, con tejado a tres aguas, mampostería, acceso en la planta baja en dintel porticado mediante el balcón del piso superior y espolón en el lado meridional o exentos como la Casa de Vicente Llaguno en el barrio de Traslosheros (véase). De tipología encartada y con particularidades trucenses se observan varios ejemplos como la Casa Mía en El Peso o uno de los edificios de los barrios La Cruz y La Vía, todos ellos con planta alargada, tres alturas, doble vertiente y mirabustán o cola de milano en la fachada principal, balcones corridos en los pisos superiores y pipianos (espolones) en los extremos de la fachada para resguardar del viento. Son de mampuesto salvo esquinazos y vanos. También hay varios edificios de tipo renacentista muy diferentes a los típicos de la zona, con planta tendente al cuadrado, cuatro aguas y ausencia de grandes balconadas corridas, como una casa exenta en Las Varnillas y el número 155 de La Vía.

De arquitectura preindustrial sólo se conservan restos ruinosos de la Ferrería de Mollinedo y el Molino de la Reneja, de agua y de tipo de eje vertical, que en la actualidad es un edificio cúbico que conserva estolda en arco de medio punto.

Bibliografía

  • Barrio Loza, J. A.(dir.): Bizkaia: Arqueología, urbanismo y arquitectura histórica. Vol. III. Bilbao y su entorno. Las Enartaciones, Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia, 1989.
  • Barroso Ramos, A.: Monografías de pueblos de Bizkaia. Arcentales. Estudio histórico-artístico, Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia, 1997, 247 pp.
  • Ibarra y Berge, J.: Catalogo de Monumentos de Vizcaya, Bilbao, Junta de Cultura Vasca, 1958, 2 v.

  • Manu CASTAÑO GARCÍA