El sistema de montañas que hemos descrito determina una asombrosa variedad de valles: desde el alpino Erronkari hasta el cantábrico Baztán; de las escondidas y fragosas Améscoas al Iruñerri, conjunto de humildes valles y cendeas que rodean Pamplona. El resultado es una variedad de paisajes escalonados de viviendas cuyo aspecto denota el clima reinante en cada zona. Atendiendo a la dirección de sus aguas, se divide en dos vertientes: cantábrica y mediterránea. El río de más importancia de la vertiente cantábrica es el Bidasoa. Los principales de la mediterránea son el Aragón, el Arga y el Ega que vierten sus aguas en el Ebro. El Arga, aunque de menor caudal que el Aragón, del cual es afluente, es el de mayor importancia geográfica por ser el río central de Navarra y de su capital.
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