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ERIETE

Urbanismo y construcciones civiles

Eriete es un señorío, categoría jurídica muy abundante en el entorno de Etxauri, como demuestran los cercanos casos de Guenduláin, Elío y Otazu. Su casco urbano se reduce a la iglesia y el antiguo palacio, que se disponen separados y aún a cierta distancia el uno del otro. No podemos rechazar la idea de que antiguamente hubiera habido más construcciones en el lugar, así como otros elementos tales como arbolado, zonas ajardinadas etc., que aliviaran la imagen absolutamente desolada que en la actualidad presenta este antiguo señorío.

Parece ser que el palacio estuvo muy vinculado al señorío de Elío. En el siglo XVI el palacio pertenecía a los Piñeiro de Elío, probablemente por enlace de los antiguos poseedores con algún personaje castellano. El Libro de Armería del Reino de Navarra, en su asiento nº 75, recoge la figura de Don Jerónimo Piñeiro, señor de Eriete, nacido en 1516 y casado con Doña Ana de Dicastillo. Perteneció luego a los marqueses de Besolla, título instituido en el año 1702 en la persona de José de Elío y Ayanz.

El palacio propiamente dicho es un ejemplar renacentista, edificado en el siglo XVI avanzado. Su planta es rectangular alargada y de desarrollo horizontal, tendencia sólo amortiguada por las dos torres de los extremos. Presenta dos alturas, una más en las torres, de las cuales la inferior va en buen sillar, de formato alargado y unido casi a hueso. Remata en una imposta de sección cuadrangular que recorre todo su perímetro. El segundo cuerpo va en cambio en ladrillo, material que denuncia ya la presencia de nuevas tendencias arquitectónicas, de raigambre meridional y favorecidas por la conquista castellana, como puede corroborarse en otros palacios cercanos como los de Gorraiz, Oriz o Arlegui. Un prominente alero, conformado enteramente por ladrillos aplantillados, da paso al tejado, a dos aguas, del cuerpo residencial, mientras que las torres prolongan su altura en un piso más, para dar paso luego a otro alero de ladrillo y al tejado, a cuatro aguas. En cuanto a los vanos, en la planta baja son dos a cada lado de la puerta, en la primera altura son tres balcones en el cuerpo residencial y una ventana en cada torre, con enmarques también de ladrillo, y en el piso superior de las torres hay otra ventana, de menor tamaño pero también con ladrillos aplantillados en los enmarques. La puerta consta de un arco de medio punto de gran formato, cuya piedra es algo más clara que la que conforma el paño. Las dovelas son largas y estrechas, llevan una media caña labrada en la rosca, y la que hace las veces de clave trasdosa con un pequeño remate conopial, al modo en el que hemos visto en portadas de tradición gótica en la zona nororiental de Navarra. Por otro lado, las tres dovelas centrales llevan labrado un escudo cuartelado, con cueros retorcidos y yelmo, en cuyo campo se representan, entre otras, las armas del palacio de Eriete.

Iglesia de San Adrián

Se trata de un templo medieval en origen, del que tan sólo ha quedado algún vestigio, merced a las intervenciones de época barroca. El templo, que a día de hoy se encuentra en un estado de franco deterioro, consta de una simple planta rectangular, terminada en testero recto. Se divide interiormente en cuatro tramos de idéntica longitud, el último de los cuales hace las veces de cabecera, rematada en testero recto como se ha dicho. Por el lado de la Epístola se adosan, sucesivamente, la torre, de planta cuadrada, junto al tramo de los pies, un pórtico que cobija el acceso y, por último, la sacristía, adosada ya a la cabecera.

Los muros son de sillarejo, que al interior van enlucidos, imitando el despiece de ortostatos. Dan luz al interior dos ventanas rectas, una de ellas en la cabecera y otra en el primer tramo, ambas por el lado de la Epístola, buscando la mejor orientación. A los pies de la nave puede además encontrarse un coro alto moderno, realizado en madera. La nave se cubre con cuatro tramos de bóvedas de lunetos de origen barroco, separados por arcos fajones de medio punto.

Al exterior confirmamos lo descrito en la planta, con una torre cuadrada adosada a los pies del templo por el lado de la Epístola. Su fuste es corto, se perfora por medios puntos para las campanas, y remata con tejado en pabellón. El pórtico, de estructura de madera, se ha hundido en su parte interior, quedando aún el único arco de ingreso, de perfil rebajado.

Al interior, el presbiterio va presidido por un retablo romanista de fines del XVI, de factura más bien tosca. Su traza consta de banco, dos cuerpos de tres calles y ático. Se organiza mediante columnas de orden compuesto cuyo tercio inferior va decorado con "putti", y en el ático aletones que flanquean la caja principal, que remata con frontón triangular. La escultura es de relieve, con "putti" portando filacterias en el banco, escenas de la Pasión en el cuerpo, en concreto la Oración en el Huerto y Camino del Calvario, sagrario moderno en el centro, San Sebastián y otro santo de difícil identificación en el segundo, y Calvario en el remate.

En el muro del Evangelio podemos ver un retablo del barroco temprano, propio del siglo XVII, de estilo también muy popular. Su arquitectura consta de banco, un cuerpo y frontón triangular partido como remate. Se articula mediante columnas y pilastras corintias. Faltan las imágenes, y tan sólo puede leerse la inscripción: ESTE RETABLO/ FUE PINTADO POR/ CO EZ SIENDO ABAD/ DN JOSE ABERIN/ AÑO DE 1852. En el sotocoro podemos además encontrar una pila bautismal, de la que solamente se conserva la taza, que es semiesférica y gallonada, con una cenefa decorativa a base de sogueado y estrellitas inscritas en círculos.

Debemos decir además que una talla de la Virgen con el Niño, procedente de Eriete, se custodia hoy en la vecina iglesia de Otazu. Según Clara Fernández-Ladreda pertenece al "tercer grupo de las tallas del grupo vasco-navarro-riojano", dentro de las cuales sería una versión de sabor popular. Las características formales coinciden en presentar al Niño desplazado a la pierna izquierda de la Madre, que le sujeta desde la parte inferior con su mano izquierda. Los rasgos faciales son blandos y algo alargados, y el tratamiento de los pliegues bastante correcto, alternando líneas quebradas con armónicos movimientos ondulados.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)