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ASTRAIN

Urbanismo y construcciones civiles

Astráin presenta un casco urbano algo más desarrollado que los pueblos del entorno, fruto seguro de su posición privilegiada junto a la antigua carretera. No falta un pequeño polígono industrial, y en el núcleo se mezclan casas tradicionales de diferentes épocas con otras de reciente factura. El casco urbano se dispone en llano, con amplios espacios abiertos que alternan con agrupaciones de edificios que forman embrionarias callecitas. La iglesia se sitúa en posición central y algo elevada. Una calle corta pero bien estructurada comunica el espacio central abierto del pueblo con la carretera.

La casa parroquial se encuentra presidiendo la placita que se abre delante de la parroquia. Es un caserón de piedra de buena sillería, con planta cuadrada, tres alturas y tejado en pabellón. Los pisos se separan con impostas lisas resaltadas, que recorren todo el perímetro externo del inmueble. Los vanos son rectos, incluyendo la puerta, con un dintel adovelado, que lleva incrustada una placa en la que se lee CASA/ ABACIAL/ DE ASTRÁIN. Por encima de este acceso se aprecia un arco de descarga inserto en el muro, para aligerar las cargas sobre este punto. En el otro extremo de la plaza hay una fuente de piedra con "aska" muy larga para abrevar. Lleva pilar cuadrangular, con columnitas adosadas en los ángulos, y remate curvilíneo rematado con rollos. Una inscripción da la fecha de 1907. La fuente abre a su vez una segunda plaza en la que vemos un caserón de desarrollo horizontal y planta cuadrangular, con dos alturas, ático y tejado a cuatro vertientes. Los muros van hoy desnudos, aunque evidentemente los mampuestos irían enlucidos en origen, salvando los sillares de esquinas y enmarques. Todos los vanos son rectos, a excepción de la puerta, con arco rebajado.

Algo más lejos vemos dos casas de sillería bien aparejada, que se adosan formando calle. Una de ellas tiene tres alturas separadas por impostas lisas, mientras que la otra presenta dos pisos más ático, resultando considerablemente más baja. Los vanos son rectos y las puertas de medio punto. Ya en la salida hacia Muru-Astráin, la casa que cierra el casco urbano por este lado es un bloque cúbico de sabor dieciochesco, con dos pisos, ático y tejado en pabellón. Los muros van enlucidos, con las sabidas excepciones, y los vanos son rectos a excepción de la puerta, de medio punto. Recuerda este inmueble a modelos vistos en latitudes más septentrionales de Navarra.

Si desde este punto volvemos hacia el centro del pueblo, encontramos en primer lugar una serie de viviendas alineadas formando calle. Una de ellas, de desarrollo horizontal, presenta muros de mampostería concertada, dos alturas más ático. En la planta baja se abre un portalón centrado, de medio punto, y una serie de ventanitas. Por encima hay cuatro balcones y ventana central, y en alto una serie de tragaluces cuadrangulares. Sigue otra casa de sillería, con tres alturas separadas por impostas lisas, ventanas cuadradas y acceso de medio punto. Cerca ya del centro del pueblo encontramos otro caserón de fachada enlucida, que repite tipos ya descritos, y llegando de nuevo a la plaza encontramos un vetusto edificio palaciano. Se trata de un caserón de gran desarrollo en planta, con dos alturas más ático, bajo tejado a cuatro aguas. Está enteramente edificado en buen sillar de piedra arenisca. En la fachada principal apreciamos un portalón de entrada de buen tamaño, de medio punto y con la rosca moldurada, y vanos enmarcados por cintas, algunos de los cuales han sido transformados en balcones. Preside en alto un escudo barroco de buen tamaño.

En la callecita que conduce a la carretera general hay un palacio de considerables dimensiones, de planta rectangular, tres alturas y tejado con potente alero. La fachada va enlucida primorosamente, pero salva los enmarques de los vanos, los sillares esquineros y un amplio paño triangular en torno a la puerta. Esta es de medio punto, mientras que las ventanas son rectas. Centrando la fachada hay un escudo barroco enmarcado por molduras sogueadas, donde se lee la fecha de 1700. Sigue otro palacio de similares proporciones, con fachada de sillar, dos alturas más ático y tejado con gran alero. Luce un escudo rodeado por una moldura circular sogueada. Cerca hay otros edificios de empaque, que repiten características formales ya descritas. Se encuentran por lo general en muy buen estado de conservación.

Ermitas

Pérez Ollo cita las de la Virgen del Perdón y la de San Cristóbal, que se levantaba cerca del casco urbano y que ya no existe. Más importante debió ser la del Perdón, situada en el monte Erreniega, al que terminaría por suplantar el nombre. Se cita en el año 1585, y en 1661 el fiscal de la Santa Cruzada demandaba al ventero de Nuestra Señora del Perdón, por haberle matado una ternera, por lo que él y sus compañeros de fechoría debieron pagar la correspondiente multa, de cuatro ducados. Todavía se menciona la ermita en 1796, momento en el que tenía aún un hospital jacobeo adjunto, "para aposentar y conducir pobres pasajeros". Hoy sólo se conserva la imagen titular, trasladada a la parroquia de Astráin.

Parroquia de San Cosme y San Damián

Se trata de una iglesia medieval en origen, posiblemente de en torno al año 1200 y edificada en estilo protogótico, aunque con importantísimas reformas en los siglos XVI al XVIII. La nave presenta una única nave, dividida en cinco tramos, más cabecera poligonal de tres lados. Los dos tramos de los pies, más cortos y estrechos, pertenecen al templo original. Siguen dos tramos levantados en las obras del siglo XVI, considerablemente más anchos y largos, más un cuarto tramo de mayor profundidad, al que además se abren dos capillas laterales a modo de transepto. A continuación está la cabecera, que como ya hemos dicho tiene planta de tres paños. El acceso se practica desde el lado de la Epístola, a la altura del tercer tramo, y va protegido por un pórtico de piedra sobre pilares. La sacristía es una estancia de planta irregular, adosada a la cabecera por el mismo lado, mientras que por el lado norte va la torre, de planta cuadrada y que alberga una escalera de caracol.

El templo se edificó en sillarejo, aunque al exterior se ven cambios de material que se corresponden con las diferentes etapas constructivas. Dan luz al interior una serie de vanos, situados en el lado meridional para buscar las mejores condiciones. Hay una ventana rematada en arco de medio punto en la capilla de la Epístola, y sendos óculos en la cabecera y en el cuarto tramo, siempre por el mismo lado. A los pies del templo se levanta un coro en piedra, que abarca los dos primeros tramos de la nave, pero que se ejecutó también en el siglo XVI. Se abre mediante arco de embocadura escarzano, como suele ser habitual, que por encima lleva un friso renacentista compuesto a base de cabecitas de ángeles que llevan los ojos vendados.

El templo presenta un variado panorama de sistemas de cubrición. Los dos tramos de los pies, como corresponde a su origen medieval, llevan sendos tramos de bóveda de cañón apuntado, separados por fajones que apean en ménsulas encastradas en el muro, unidas por una imposta que recorre el muro y que antiguamente rodearía todo el perímetro del templo, como hemos visto en muchas iglesias de aquella época. El resto de la nave se cubre con bóvedas estrelladas de diversa factura y con diseños diferentes, con nervios muy moldurados que apean sobre ménsulas decoradas con bolas y dentellones. Las claves van labradas con florones de sabor renaciente. Las capillas laterales y la sacristía llevan bóvedas también estrelladas, con diseños más sencillos, que en el caso de las capillas laterales van con ligaduras. El sotocoro se cubre con una bóveda de terceletes sobre columnas, con las claves labradas con florones, como en el resto del templo, con la única excepción de la clave central, que lleva un rostro femenino.

Al exterior llama en primer lugar la atención la torre, que como novedad no se levanta sobre el primer tramo de la nave, sino que se adosa al templo por el lado del Evangelio, contraviniendo la norma más habitual en los templos rurales de Navarra. Tiene proporciones comparativamente pesadas, con un fuste liso y macizo que se perfora en alto por medios puntos para las campanas, a los que sigue una imposta moldurada que recorre los cuatros lados de la torre, y un tejado en pabellón. Por el lado meridional encontramos un pórtico de piedra añadido en el siglo XVIII, con tres arcos de medio punto sobre pilares de sección rectangular. Cobija una portada de la misma centuria, edificada en un estilo barroco tardío, que incorpora ya una policromía apastelada, alternando molduras en blanco con el fondo color siena. Consta de un arco de medio punto moldurado, con guardalluvias exterior, que apea sobre gruesas pilastras también molduradas, sobre zócalo de piedra. Corona una hornacina avenerada, hoy vacía.

Al interior, en el presbiterio se encuentra el retablo mayor, bajo la advocación de los santos Cosme y Damián, ejecutado en el siglo XVII en estilo romanista, aunque con alteraciones posteriores. La traza es ochavada para adecuarse a la forma de la cabecera, y consta de banco, dos cuerpos de tres calles, y un ático flanqueado por aletones y rematado con frontón curvilíneo. Se articula mediante columnas de orden corintio. La escultura se jerarquiza mediante la disposición de tallas de bulto en la calle central, mientras que en el resto van relieves. En el banco se disponen los cuatro Evangelistas, flanqueados de dos Padres de la Iglesia. En el primer cuerpo hay dos tallas modernas del Sagrado Corazón de Jesús y de la Inmaculada, mientras que el piso superior va ocupado por la Anunciación y la Apoteosis de los santos Cosme y Damián, titulares del templo y del propio retablo. Corona en alto el Calvario del ático.

En la capilla septentrional del templo se encuentra la imagen de Nuestra Señora del Perdón, que procede de la desaparecida ermita homónima. Se trata de una talla románica avanzada, del siglo XIII, en la que el Niño se ha desplazado ya a la rodilla izquierda de María. Los rasgos son serenos y esquemáticos, y los ropajes son tratados de forma muy somera, siempre con la frontalidad y el hieratismo de la imaginería del momento. En la capilla simétrica se encuentra una pila de bautismos renacentista, del siglo XVI, con basa circular, fuste cilíndrico y taza semiesférica. Cerca hay un Calvario romanista algo tosco y popular, en una caja rematada con frontón triangular en donde preside el Padre Eterno. Como suele ser habitual, en la sacristía se custodian diversas piezas de orfebrería, así como una cajonería de madera del XVI, manierista.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)