Kontzejuak

ZOLINA

Urbanismo y construcciones civiles

El casco urbano se levanta sobre un pequeño promontorio ubicado en la zona baja del valle. Su caserío se divide en dos núcleos, uno situado en una zona más baja, mientras que el otro, en torno a la iglesia y al antiguo palacio, ocupa la zona más alta.

A la entrada del pueblo hay un edificio de modesta concepción pero que conserva una torre defensiva. Su planta consta de dos alas residenciales dispuestas en "L", con dos alturas y muros en mampostería sin enlucir. En la intersección de estas dos alas se levanta la torre, con el mismo tratamiento del muro. Todos los cuerpos se cubren con tejados a doble vertiente. Los vanos son rectos, aunque es evidente el origen medieval del edificio. Poco más adelante se levanta otro edificio similar, igualmente abandonado y en regular estado de conservación. Lleva también dos cuerpos residenciales de dos alturas en "L", unidos mediante una torre muy rebajada, cubriéndose con tejados a doble vertiente a excepción de la torre, que lleva tejadillo simple. También en este caso los vanos son cuadrangulares. Entre ambas construcciones hay un pozo remozado, con bocal circular cubierto con tejadillo doble sobre estructura de madera. Se adosa un "aska" para abrevar.

Algo más adelante hay un edificio aislado de planta cuadrada y tres alturas, cubierto con tejado a cuatro vertientes. Los muros muestran en la actualidad una mampostería sin enlucir y con las argamasas muy perdidas, demostrando también un estado de conservación algo precario. En la planta baja se abre una puerta adintelada, en la primera planta dos ventanas rectas, y encima dos ventanucos también rectangulares. Se trata de un tipo de vivienda muy posiblemente datable como del siglo XVIII, pero que representa un tipo de vivienda popular, que imita modelos más nobles de la época.

Ya en la zona alta, la calle llega a la iglesia, a la que se adosa la casa parroquial, mejor conservada que lo que hasta ahora hemos descrito. Tiene planta rectangular, con tres alturas y tejado a cuatro vertientes con alero prominente. Los muros son de mampostería, a los que en la última reforma no se ha estimado conveniente dotar de enlucido, mostrando además cadenas de sillar en esquinas y enmarques. Se abre mediante puerta de arco rebajado, y por encima se abren amplias ventanas cuadrangulares con vistosa carpintería de madera.

A partir de aquí arranca otra calle que transcurre por la zona más alta del promontorio, y en la cual se encuentran otros edificios. Destaca el palacio del lugar, solar originariamente perteneciente a los Mauleón y luego a los Garro, ya en el siglo XV, cuando llegaron a ostentar el título de vizcondes de Zolina, desde 1455. Este antiguo palacio de cabo de armería de Zolina (L.A.R.N. nº 86) es hoy un bloque de gran desarrollo en planta, compuesto en realidad por un aglomerado de casas de diferentes épocas, con estados de conservación muy dispares, que oscilan entre el abandono y la ruina de algunos cuerpos y el estado mejor conservado de otras zonas hoy rehabilitadas. Forman un conjunto de planta cuadrangular, con un patio interior en el que observamos alguna ventana geminada con arquillos de medio punto, propia de principios del XVI o incluso de finales del XV. Probablemente el edificio se concibió de manera más homogénea y coherente, pero el paso del tiempo, los avatares de la historia y más de una destrucción y reconstrucción, muy fácilmente distinguible, hacen hoy difícil identificar sus partes más originales y antiguas. Sin olvidar que algunos muros muestran aún los sillares que hacían el papel de llaves de unión con otros cuerpos hoy desaparecidos. La fachada muestra un aspecto muy remozado, con muros en sillarejo y dos alturas más desván. Se abre mediante un arco de medio punto sin demasiados visos de antigüedad, flanqueado de ventanitas de diferente formato, pero siempre rectas. Por encima hay otro orden de vanos también rectos, que muestran la misma falta de homogeneidad. Se ven dos saeteras, hoy algo descontextualizadas pero de evidente función defensiva. En la zona situada a la derecha de la fachada parece encontrarse una de las partes más antiguas del conjunto. Se levanta allí un recio torreón de planta casi cuadrada, erigido en un material irregular que acusa reconstrucciones, pero en el que parece predominar un sillarejo menudo y someramente escuadrado. Se abre únicamente mediante algunos vanos rectos de reducido tamaño, y remata con tejado a doble vertiente. Se prolonga hacia el lado adyacente mediante un cuerpo de tres alturas, una menos que la torre, y con idéntico tratamiento de muros y vanos. Es una lástima que un edificio como este, propiedad de un linaje antiguo, que perteneció al poderoso caballero León de Garro, que residió en él, se vea hoy en un estado tan precario, desfigurado y desprovisto de elementos nobles como pudieran ser puertas y ventanas antiguas, adarves defensivos, escudo nobiliario etc.

Delante de este edificio se extiende una zona abierta, en la que se levanta un bloque moderno, de planta rectangular y alzado prismático, rematado por tejado en pabellón. Los muros, enlucidos, van en mampostería menuda, y los huecos son abundantes, cuatro por planta en los lados largos, y amplios. Delante hay una fuente con pila triangular a modo de frontón, que enmarca un arco de descarga de medio punto, y lleva delante un "aska" para abrevar. Al final de la calle cierra este reducido casco urbano una casa llamada "Harartea", muy reformada a juzgar por la mayor riqueza de volúmenes, así como por la presencia de más y mayores vanos. Los muros son de mampostería concertada, con las juntas bien selladas por argamasa, y se abren por vanos rectos a excepción del acceso, que remata con arco apuntado toscamente recompuesto. En alto se ha abierto una imaginativa galería abierta, sobre vistosa estructura en madera.

Ermitas

La ermita de San Juan Bautista se encuentra en un montículo situado en la carretera a Labiano. Tiene planta rectangular muy simple, y es construcción de carácter rural. En 1796 Igual de Soria la mandaba blanquear. La ermita del Salvador, también citada por el obispo visitador, se halla hoy en ruinas, y el obispo afirmaba que pertenecía tanto a Zolina como a Tajonar. Su imagen titular se custodia hoy en el Museo Diocesano de Pamplona.

Parroquia de San Esteban

Se trata de un edificio perteneciente al románico rural navarro, datable dentro del siglo XII y con añadidos del XVI, que se concretan en las capillas laterales, en la capilla sepulcral, en la sacristía y en el coro. La planta consta de una única nave, dividida en tres tramos de longitud desigual, y con un ábside semicircular. Dos capillas laterales ejercen a modo de transepto, y desde la que se encuentra en el lado del Evangelio se puede además acceder a la capilla bautismal y sepulcral de los vizcondes de Zolina, que es una estancia rectangular de apreciable tamaño. A la cabecera se adosa la sacristía, de planta cuadrada pero con un lado curvo correspondiente al paramento externo del ábside. La puerta se abre en el lado de la Epístola, a la altura del segundo tramo, y va cobijada por un pórtico sobre pilares.

Los muros de sillería muy correctamente trabajada. Al interior se aprecian los dos arcos de medio punto que sirven de acceso a las capillas laterales, así como pilastras que jalonan los tramos y que llevan adosadas medias columnas con capiteles de talla vegetal y geométrica. A los pies de la nave se eleva un coro de obra del XVI, con arco de embocadura de perfil escarzano y con balaustrada de piedra con pilastras cajeadas. La iluminación del templo se realiza mediante dos ventanas de medio punto y abocinadas, abiertas en la cabecera por el lado meridional, y en el muro de los pies, además de otra ventanita moderna en el muro de la Epístola.

Se cubre mediante una bóveda de cañón apuntado, articulada mediante arcos fajones que apean en una imposta que recorre el perímetro interior del templo. La capilla sepulcral recibe una bóveda de crucería de traza estrellada, en cuya clave central se labró el escudo de los Garro. La capilla de la Epístola tiene bóveda de cañón, al igual que la sacristía.

Al exterior apreciamos la torre románica, de planta rectangular, que se eleva sobre el primer tramo de la nave. Su corto fuste remata en tejado a cuatro aguas sostenido por canes de piedra, y se perfora por medios puntos pareados que apean en machones de sección rectangular con pilares ochavados adosados. Lucen capiteles que presentan, en uno de los casos, un rostro humano muy esquemático, rodeado de racimos de uvas, y en otro caso dos personajes abrazados y con los rostros juntos. La fábrica lleva un tejado sostenido por un alero que consta de arquillos de medio punto sobre ménsulas de piedra. El pórtico es obra renacentista, con tejadillo simple sobre estructura de madera, que se abre por dos amplios arcos de medio punto con las roscas achaflanadas, que apean en pilares octogonales muy livianos, con molduras a modo de capitel. La puerta propiamente dicha consta de un arco de medio punto rematado con guardalluvias, que cobija un triple arco liso y sin decoración, a excepción de una moldura que marca la línea de salmer.

Preside el templo el retablo de San Esteban, que es obra romanista del XVII, obra del afamado artista pamplonés Juan de Gastelúzar, discípulo de Juan de Anchieta. Su traza consta de banco, un cuerpo y ático con frontón curvo, y lleva sagrario-expositor. Se articula mediante columnas corintias. Entre la imaginería, en el banco encontramos relieves de la Oración del Huerto, Cristo a la Columna, Ecce Homo y Cristo llevando la Cruz. En el cuerpo relieves del Juicio y Martirio de San Esteban, además de la talla central del titular en actitud de escribir, con libro y pluma. En el ático hay relieves entre los que distinguimos a San Antonio Abad y Santiago, y Calvario central. Cerca encontramos un Crucificado romanista, muerto, con correcta y detallada anatomía, obra también del pamplonés Gastelúzar.

En la capilla del lado de la Epístola encontramos el retablo de la Virgen del Rosario, que es una obra romanista, ejecutada igualmente por Juan de Gastelúzar. Su traza, recta y ordenada como corresponde al estilo, consta de banco, un cuerpo de tras calles y ático con caja central, flanqueada de aletones y rematada con frontón triangular. Entre la iconografía destacamos la imagen en bulto de la Virgen con el Niño, de amplios y ampulosos ropajes que ocultan la figura propiamente dicha, y que va flanqueada por dos altorrelieves de Santa Bárbara y Santa Eulalia. En el ático figura el relieve de la Visitación.

La capilla bautismal-sepulcral de los Garro va presidida por el retablo de Santa Ana, plateresco del XVI. Consta de zócalo en el que se representa el escudo de los Garro, banco, cuerpo de tres calles y friso superior, y llevaba una imagen titular de Santa Ana que fue robada. También encontramos la pila bautismal en la que eran bautizados los miembros de la familia, cerca de los enterramientos de sus antepasados. Es románica, contemporánea de la fábrica, y consta de basa, fuste cilíndrico moldurado, y taza semiesférica decorada con una galería de arquillos de medio punto.

En la sacristía se custodian otras tallas y piezas de platería que completan el rico patrimonio de esta parroquia, sin duda favorecida por la presencia de los vizcondes de Zolina. En el Museo Diocesano se conserva una talla de la Virgen con el Niño románica, procedente de esta parroquia, con María hierática que soporta la imagen del Niño centrada. La autora Clara Fernández-Ladreda la sitúa en el Cuarto Grupo de esta iconografía románica en Navarra, junto con las de Izco, Ardanaz, Yárnoz, Biurrun, Abárzuza, Leyún y Puente la Reina.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)