Kontzeptua

Navidad

Eguberri (de egu "día" y berri "nuevo"). El componente egu ha significado también probablemente "luz" y "sol". Son variantes: Eguerri de Uhart-Mixe y Egoarri de Ataun, Zarautz, etc. En cualquiera de sus interpretaciones etimológicas este nombre debe significar el primer día después del solsticio de invierno. Las prácticas populares ligadas con él empiezan el día o la noche anterior, la cual recibe, en general, el nombre de Gabon "Noche buena"; pero también Olentzero-gaba "noche de Olentzero" (Oiartzun), Sui laro-atsa (Sara), Xiularo (Uhart-Mixe). Diversas creencias y ritos solsticiales se hallan asociados a este día, como a la noche precedente y al Año Nuevo. Figura en ellos un personaje -Olentzero -, al menos en Beterri guipuzcoano y en una zona colindante de Navarra. Cuentan en Oiartzun que, después de la cena de Nochebuena, cuando todos se retiran a dormir, baja por la chimenea Olentzero, hombre de cara tiznada de carbón, armado de una hoz dentada. Todos le recuerdan todavía en la canción siguiente: Olentzero juantzaigu / Mendira lanera / intentziyuarekin / Ikatz egitera / Aditu duanian / Jesus jayo dela / Lasterka etorri da / Parte ematera. (Olentzero se nos ha ido / a trabajar al monte / con intención / de hacer carbón. / Cuando ha oído / que ha nacido Jesús / ha venido corriendo / a dar parte). Ver Olentzero.



En Larraun un monigote de paja, de forma humana, hoz en mano, cuelga de la chimenea hasta después de la media noche. Según dicen allí, este hombre, al que llaman Onontzaro, tiene tantos ojos como días tiene el año y uno más. Por Nochebuena se pone a arder en el hogar un grueso tronco de árbol, al que en Zegama llaman Gabonzuzi "tea de Nochebuena". Con su fuego se prepara la cena, en la que son manjares usuales zurruputun "sopa con briznas de bacalao" y azoliyo "berza condimentada con aceite" (Oiartzun), o intxur-salsa "empanada de nueces" y oriyoasa (Forua). Por Nochebuena, al ir a misa, cada cual viste alguna prenda nueva para arrancar un ojo al diablo (Larraun). Esta costumbre que es practicada también en Baztan, en Garazi y en Barkoxe, puede estar relacionada con el conjuro del día de San Juan, en el que se quiere arrancar el ojo a la bruja (Oiartzun). Ya se sabe que con sólo su mirada causan dolencias y desgracias ciertos genios y personas que tienen betadur.

En Larraun, después de la misa de medianoche, tiene lugar en las casas la cena de brujas (en vasc.sorginapari ): se enciende en el hogar buen fuego, se coloca un pan sobre el mantel de la mesa y así lo dejan diciendo Aingeruak dantza ditezela gure sukaldian "que los ángeles bailen en nuestra cocina". Lo que resta del tronco de Nochebuena es colocado a la mañana siguiente (o el día de San Antón) en el portal de la casa para que pasen sobre él los animales domésticos y queden así preservados de diversos males (Oiartzun, Otxandio). Después se guarda en casa hasta el año siguiente como objeto que bendice y protege la casa (Bedia), o que se puede utilizar para sahumerios, o como pararrayos en casos de tormenta (Ezquíroz, Elkano), o que en el establo influye para que las ovejas paran hembras (Liginaga). La ceniza que ese tronco ha producido en el hogar es esparcida, en forma de cruz, en las heredades para matar alimañas (Ibarruri).

En muchos pueblos de Bizkaia y en algunos de Gipuzkoa y de Álava, la primera rebanada de pan que el padre de familia corta al comienzo de la cena de Nochebuena, es guardada bajo el mantel que cubre la mesa. Allí debe estar durante las cenas hasta el último día del año (Bedia). Después es guardado en un armario. Este pan no se enmohece. Si hay peligro de rabia, le preserva a uno de esta enfermedad o le cura; lanzado al mar embravecido, lo aplaca (Lekeitio); o en una impetuosa riada, la mantiene en sus límites (Zeanuri, Elorrio); o en el aire durante la tormenta, para alejar el pedrisco (Yurreta). Los ajos sembrados el día de Navidad y recogidos el día de San Juan tienen las mismas virtudes que el pan de Nochebuena contra la rabia (Bedia, Uhart-Mixe). Con hilo hecho el día de Navidad se tejían las camisas que protegieran a uno contra las lamiñas, según creencia muy difundida en Bizkaia. Entre Bermeo y Mundaka existen los términos Lamiaran y Errosape donde vivían las lamiñas. Un día, viendo que allí cerca pasaba un hombre, las lamiñas de uno y otro lugar tuvieron este diálogo:

- A Lamiaran'goa!
- ¿Zer gura dona, Errosapekoa?
- Or doan orreri bota eiona lakirioa.
- ¿Zela batako ddotsanat lakirioa? Gabonariz egina ddaroiana soinekoa.


- Ah, la de Lamiarán!
- ¿Qué quieres, la de Errosape?
- A ese que va ahí échale el lazo.
- ¿Cómo he de echarle el lazo? Lleva el vestido hecho con un hilo de Nochebuena.

También el agua desempeña papel importante en el solsticio de invierno. En Liginaga era costumbre por Nochebuena renovar en las vasijas el agua destinada a usos domésticos. Por Nochevieja recogen en algunos pueblos el agua que cae en la fuente inmediatamente después de las doce y la llevan a casa para la buena suerte -paz, salud y bienestar- de sus moradores (Lekaroz, Elizondo, Alsasua, Larraun, Ulzama).

JMB