Los Miqueletes de Gipuzkoa.
Creación.
El origen del Cuerpo es el 24 de septiembre de 1839, en que la diputación creó un Cuerpo armado llamado Celadores de Protección y Seguridad Pública que, aunque aún no denominados Miqueletes, tienen ya las características que éstos ostentarán. La fuerza estuvo originalmente formada por 300 hombres y su reglamento interno o bases fueron obra de Araoz (comandante general de la Provincia): - La extracción de sus miembros se hizo a partir de los txapelgorris carlistas (que aún conservaba el brigadier Iturbe), y los txapelzuris liberales (de Artola), cubriéndose el resto bien con hombres elegidos por la propia diputación o con excarlistas de Iturbe; - Se consignó que el uniforme fuese distinto del que emplearon otros cuerpos carlistas o antiliberales en la pasada guerra (ello hacía que, por ejemplo, se desterrasen las boinas coloradas, azules y blancas que tanto proliferaron en la campaña); - El armamento y la munición a emplear corrían a cargo del Parque de la Provincia; - El cuerpo se estructuraba en 4 Compañías al mando cada una de ellas de un capitán, y el todo bajo la autoridad de un comandante asistido por una plana mayor de oficiales. El Cuerpo armado así creado sufrió una reorganización al año siguiente (en que las Juntas Generales de Deva acordaron aumentarlos hasta llegar a los 400-500 miembros, pudiendo llegar hasta 600 en caso de necesidad), poniéndolo bajo el mando del teniente coronel F. Zuaznabar. Fue disuelto en 1841 (1844 según S. Múgica) pero se habían ya sentado las bases del futuro e inmediato Cuerpo foral de Miqueletes. La supresión del Cuerpo de Celadores y el vacío que dejó motivarán la creación en 1844 de una fuerza armada, creada igualmente por las Juntas Generales, compuesta de 100 hombres provenientes de los suprimidos Celadores y llamados ya Cuerpo de Miqueletes de Gipuzkoa. La Historia del Cuerpo se va a caracterizar por una inestabilidad continua de supresiones, reorganizaciones, etc., que podemos resumir de la forma siguiente: - Una Real Orden del 30 de mayo de 1846 disolvió el Cuerpo, invitando a los miqueletes a ingresar en la Guardia Civil. Rápidamente Gipuzkoa realizó gestiones para no cumplimentar aquella R. O. (como afectaba también al Cuerpo de Miñones alaveses, ambas diputaciones tuvieron contactos para unificar actuaciones) y consiguen: - Otra R. O. del 28 de junio de 1848 facultó a Gipuzkoa para reorganizar el Cuerpo de Miqueletes (lo cumplimentaron las Juntas Generales de Zumaya del 4 de julio de ese mismo año redactando las bases que regirían aquél); - Las Juntas Generales de Elgóibar de julio de 1856, al margen de otras reformas (aumentos salariales, etc.), atribuyeron al Cuerpo de Miqueletes el cometido de "celadores" o recaudadores de los arbitrios provinciales, lo que supuso un cambio muy importante; - En la tercera guerra carlista y por orden del Ministerio de Guerra (16 de julio de 1874) fue creado el Batallón de Miqueletes Voluntarios de Guipúzcoa, compuesto con miqueletes y voluntarios, que tuvo un importante protagonismo en la guerra (1/5 de sus 720 componentes murieron en ella).
Disolución.
La guerra civil última significará el fin de la institución. Tras la derogación del Concierto económico (decreto-ley del 23 de junio de 1937) será el General-Jefe del Ejército del Norte (Gil Yuste), quien suprimió el Cuerpo de Miqueletes y Miñones de Guipúzcoa y Vizcaya por no haber apoyado la sublevación contra la República (liberada San Sebastián el 13 de septiembre de 1936 la mayor parte de los Miqueletes, siguiendo órdenes de sus mandos, habían pasado a Bizkaia en apoyo de los republicanos). El decreto fue publicado en el B. O. E. el 25 de agosto de 1937. Su último jefe fue D. Angel Heras.
Competencias.
- Desde sus inicios el Cuerpo nació con claras connotaciones de Cuerpo policial foral cuya principal misión fue el mantenimiento de la paz y seguridad públicas. Cuando en la Junta Particular de Tolosa del 17-V-1872 se aumentó a 600 el número de sus componentes, se dijo que era para garantizar mejor aquéllas en un momento de plena guerra (para lo cual se distribuyeron sus hombres por destacamentos entre los pueblos). El nuevo Reglamento de 1879 señaló como una de sus principales competencias la vigilancia de caminos, conservación del orden público, protección de ciudadanos y viajeros y persecución de ladrones y malhechores; - Desde 1856 recaudan los arbitrios provinciales. Para ello tuvieron competencias de persecución del contrabando, bien mediante la vigilancia de pasos de montaña con Navarra (Arritxulegi, Uli, Sarasamendi, Zarate), Álava (S. Adrián, S. Juan de Artía, Oñati-Arantzazu); puestos fronterizos con Francia (Behobia), Navarra (Endarlaza, Pagoaga, Urto, Illarrazu, Lizarrusti, Etxegarate, Otzaurte), Álava (Santa Agueda y Arlaban) o Bizkaia (Saturraran, Urkarregi, Elgeta, Kanpanzar y Olarreaga); fielatos (de Irun, Tolosa, Zumarraga, San Sebastián, etc.) y portazgos (Illarrazu -en Lizarza-, etc.). En el desempeño de este cometido, podemos considerar que los Miqueletes han existido hasta 1967 en que se suprimió el Cuerpo de Recaudadores de Arbitrios provinciales de consumo, formado al final de la guerra civil con miembros del extinguido Cuerpo de Miqueletes; - Desde 1896 son Agentes de la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa (fundada por la diputación); - Servicio de vereda: actúan como correos privativos de la diputación en los portes y rápida conducción de pliegos y documentos de aquella corporación; - Otros cometidos: vigilancia continua del Palacio de la Diputación en San Sebastián, hacer cumplir las leyes de caza y pesca, fuerza pública para garantizar la paz en los espectáculos públicos, expulsión de postulantes y gitanos (en conducción por relevos hasta el límite de la provincia), acompañamiento como fuerza de respeto a la Corporación provincial cuando ésta iba en "cuerpo de comunidad" (como señala L. Ezcurdia), etc.
Composición.
Varió mucho en el tiempo. En etapa precedente a la auténtica institución encontramos que S. Múgica afirma que en 1830 los Miqueletes eran un cuerpo dividido en tres grupos de 8 hombres mandados por un cabo. El Cuerpo de Celadores creado en 1839, precedente inmediato del de Miqueletes, tenía 300 números que aumentaron a 400-500 en la Junta General de Deba de 1840. Creado como tal el Cuerpo de Miqueletes en 1844, inicialmente constó de 100 hombres; en 1856 la tropa del Cuerpo estaba formada por 140 hombres. Aumentó a 160 en 1861 al encomendárseles la recaudación de los portazgos establecidos en los caminos propiedad de la Provincia; la Junta Particular de Tolosa del 17-V-1872 elevó a 600 el número de miqueletes, que en plena guerra carlista (1874) eran ya 720 individuos agrupados en el "Batallón de Miqueletes Voluntarios" (de ellos 400 eran miqueletes y el resto voluntarios) que, terminada la guerra, se quedó en la mitad al licenciarse los demás. En el nuevo Reglamento de 1879 eran unos 300 hombres (incluyendo mandos: 16 sargentos y 30 cabos), agrupados en compañías de 120. En 1882 en que S. Mújica escribió unas páginas sobre el Cuerpo ("Euskalerriaren-Alde") estaba formado por 1 comandante, 2 capitanes de compañía, 4 oficiales subalternos y 218 individuos de tropa. Y en el momento de su disolución en 1936 estaba compuesto por 8 jefes y oficiales, 3 suboficiales y 294 miqueletes (de ellos 16 sargentos, 43 cabos, más clarineros, cornetas y txistularis).
Requisitos para ser Miquelete.
Para el ingreso en los Tercios Vascongados se perfilaron ya, aunque de forma abstracta, una serie de condiciones del soldado: amor al país, buenas costumbres, laboriosidad, no estar encausado criminalmente y no tener defectos físicos-mentales o mal carácter. Condiciones que "a groso modo" se recogen en las bases y reglamentos posteriores, como veremos. Las bases reguladoras de la reorganización del Cuerpo de 1848 consignaron específicamente 4 condiciones: - soltería (no se admitían casados y el miquelete que contraía matrimonio era despedido); - ser guipuzcoano de más de 18 años de edad y menos de 25 (en la última etapa fueron miqueletes personas de fuera del país); - medir más de 5,5 pies =(¿1,540 m.?) y ser de naturaleza robusta; - acreditar buena conducta. Las características del miquelete, tal y como se conservaron después, quedaron ya nítidamente señaladas en el Reglamento de 1879 (reformado el 19-VIII-1882 y refrendada por R. O. esta reforma el 14-XI-1882) en el título III, art. 10 y ss.: - honor como divisa principal; - guipuzcoano (o en su defecto "al menos vascongado"); - de más de 20 años de edad y menos de 30; - solteros (excepción: con expediente de buena conducta durante 2 años se permitía contraer matrimonio sin ser baja del Cuerpo); - obligación al ingreso de servir al menos un año (que se ampliaba a otro más si durante el año ocurrían alteraciones de orden público), renovable anualmente de forma tácita al no presentar el interesado instancia solicitando la baja; - obediencia al superior, con una fuerte disciplina interna (estableciendo una vía canalizadora de quejas-vía oficiales y, en última instancia a la propia Diputación); - tener una estatura de al menos 1 , 660 m. ; - saber leer y escribir; - no haber sido procesado criminalmente; - dignidad de conducta, firmeza y prudencia sin debilidad y sin violencia en sus actuaciones; - buena conducta lo que suponía no alternar en tabernas o sidrerías (salvo para alimentarse), no jugar a los naipes, ir bien afeitado (hacerlo al menos 2 veces a la semana), y en definitiva caracterizarse por el contenido del artículo 14.° del citado Reglamento que literalmente consignaba: "El miquelete debe ser prudente sin debilidad, firme sin violencia y político sin bajeza; no debe ser temido sino de los malhechores y enemigos del orden; procurará siempre un pronóstico feliz para el afligido, y que su presentación, el que se crea cercado de asesinos, se vea libre de ellos; el que tenga su casa presa de las llamas considere el incendio apagado, el que vea a su hijo arrastrado por la corriente de las aguas lo crea salvo; y, por último, debe siempre velar por la propiedad y seguridad de todos".
Organización interna.
Las primeras Bases fueron redactadas por Araoz, comandante general de Gipuzkoa, en 1839 y con destino al recién creado Cuerpo de Celadores, germen de los futuros Miqueletes, base de la primera normativa del Cuerpo de Miqueletes creado en 1844 con el añadido hecho al mismo en las Juntas Generales de Zumaia del 4 de julio de 1848. El Reglamento más completo y bajo el que los Miqueletes vivieron la etapa histórica más larga y brillante fue redactado por la diputación de Gipuzkoa el 18 de abril de 1879, aprobado por R. O. del Ministerio de Gobernación del 14 de octubre de 1882 (firmada por el subsecretario interino, Sr. Aguado y Mora) y publicado en San Sebastián el 8 de mayo de 1883 (firmaba como vicepresidente de la comisión provincial el Sr. Ramón María de Lilí y como secretario el Sr. Joaquín de Urreiztieta). Consta de 100 artículos distribuidos en 13 títulos (hay otra versión -no oficial- del mismo con 105 artículos y 12 títulos) que pueden resumirse de la forma siguiente: - La fuerza así creada se constituyó como un Cuerpo armado foral al servicio de la diputación provincial pero pudiendo ser utilizada por el gobernador cuando causas de orden público lo aconsejaran (participándolo a la diputación con tiempo conveniente); - Se compondría el cuerpo de una o más compañías (según aconsejasen las necesidades y circuntancias), cada una formada por 1 capitán, 2 tenientes, 1 alférez, 1 sargento primero, 4 sargentos segundos, 4 cabos primeros, 4 cabos segundos, 3 cornetas y 104 miqueletes. Total, 120 hombres divididos en 2 secciones y cada una de ellas en 2 escuadras; - El Cuerpo estaría a las órdenes de un Jefe que debía haber ejercido en el ejército cuando menos de comandante. Igualmente pertenecerían al ejército los demás jefes y oficiales (en 1934 se crearon suboficiales). El nombramiento de todos ellos correspondía a la diputación, siendo preceptiva la conformidad del Gobierno Central; - Se fijaron los sueldos: 2 ptas. diarias al miquelete, 2,13 cornetas y cabos segundos, 2,25 cabos primeros, 2,50 sargentos segundos, 2,75 sargentos primeros. Comandante y oficiales del Ejército cobrarían el sueldo de reemplazo por el ramo de guerra y el resto por las Cajas de la Provincia. Salvo a jefes y oficiales, se descontaban 0,25 ptas. diarias a los demás, en concepto de entretenimiento y reposición de vestuario, calzado y equipo, formando con ello un fondo de 75 ptas, ajustándose esta cifra cada 6 meses, repartiéndose la demasía entre sargentos, cabos, cornetas y miqueletes. Se establecían premios de antigüedad en el Cuerpo: 3,75 ptas. mensuales por 15 años de servicio, 5 ptas. a los 20 años, 6,25 a los 25 años, 7,50 a los 30, 8,75 a los 35 y 10 ptas. a los 40; - El Cuerpo se distribuiría por la Provincia en distritos (la distribución se haría entre comandante y diputación) y la fuerza destinada a cada uno de ellos se subdividiría en destacamentos (todo cambio debía ser notificado al gobernador). Los distritos fueron 6 con cabezas en San Sebastián, Irun, Tolosa, Azpeitia, Ordizia y Bergara: cada uno mandado por un jefe u oficial; - La tropa se distribuía por cuarteles y destacamentos, cada uno llevando cuidadosamente anotadas en un libro actuaciones, instrucciones, órdenes, etc. El destacamento era la base de actuación, poniéndose a disposición de los alcaldes de los pueblos u otras autoridades siempre que fueran para el servicio propio de su Instituto. Los mandos naturales inmediatos del destacamento son los cabos (el segundo subordinado al primero), por encima de éstos los sargentos a su vez subordinados al alférez que está directamente en comunicación con el comandante. En realidad la disciplina interna es un trasunto de la militar y así se observa en el tratamiento de las obligaciones de cada mando: Miquelete (tít. IV, art. 23- 36), cabo (Tit. V, art. 37-49), sargento (Tít. VI, art. 50- 56), alférez (Tít. VII, art. 57-66), teniente (Tít. VIII, art. 67), capitán (Tít. IX, art. 68-75) y comandante (Tít. X., art. 75-85). Y por encima de todo siempre estaba la autoridad de la Corporación; - La contabilidad del Cuerpo la gestionaría la Contaduría provincial; - Y se remitía al Reglamento general que regía para todos los empleados de la diputación en todo lo concerniente a pensiones, jubilaciones, socorros y viudedades a que tendrían derecho los miembros del Cuerpo y sus familias.
Uniforme y armamento.
Existieron cambios de uniforme en la Historia del Cuerpo, pero el que más caracterizó en el tiempo al Cuerpo fue el que L. Ezcurdia señala como compuesto de: poncho o guerrera larga hasta casi las rodillas sujeta con cinto negro y chapa dorada, más esclavina que, como la guerrera, era de paño azul oscuro. Cuello rojo con la excepción del centro delantero (de azul asomando por debajo del cuello blanco). Pantalón color rojo sin franja ni banda. Boina roja con chapa dorada encima llevando las armas de la provincia impresas. En tiempo de lluvia y en invierno se añadía capa larga de paño azul oscuro, con capuchón con borla azul. Para correrías, polainas. Desde 1928 el uniforme varió, siendo muy parecido al del Ejército español: color caqui sin poncho y calzado con leguis. Las armas de la tropa para persecuciones eran: correaje completo, fusil (Remington, que fue Mauser desde 1899) con cartuchera y machete. Y para los oficiales lo mismo pero en vez de machete, sable (que más tarde llevaron también suboficiales y sargentos).
Creación.
El origen del Cuerpo es el 24 de septiembre de 1839, en que la diputación creó un Cuerpo armado llamado Celadores de Protección y Seguridad Pública que, aunque aún no denominados Miqueletes, tienen ya las características que éstos ostentarán. La fuerza estuvo originalmente formada por 300 hombres y su reglamento interno o bases fueron obra de Araoz (comandante general de la Provincia): - La extracción de sus miembros se hizo a partir de los txapelgorris carlistas (que aún conservaba el brigadier Iturbe), y los txapelzuris liberales (de Artola), cubriéndose el resto bien con hombres elegidos por la propia diputación o con excarlistas de Iturbe; - Se consignó que el uniforme fuese distinto del que emplearon otros cuerpos carlistas o antiliberales en la pasada guerra (ello hacía que, por ejemplo, se desterrasen las boinas coloradas, azules y blancas que tanto proliferaron en la campaña); - El armamento y la munición a emplear corrían a cargo del Parque de la Provincia; - El cuerpo se estructuraba en 4 Compañías al mando cada una de ellas de un capitán, y el todo bajo la autoridad de un comandante asistido por una plana mayor de oficiales. El Cuerpo armado así creado sufrió una reorganización al año siguiente (en que las Juntas Generales de Deva acordaron aumentarlos hasta llegar a los 400-500 miembros, pudiendo llegar hasta 600 en caso de necesidad), poniéndolo bajo el mando del teniente coronel F. Zuaznabar. Fue disuelto en 1841 (1844 según S. Múgica) pero se habían ya sentado las bases del futuro e inmediato Cuerpo foral de Miqueletes. La supresión del Cuerpo de Celadores y el vacío que dejó motivarán la creación en 1844 de una fuerza armada, creada igualmente por las Juntas Generales, compuesta de 100 hombres provenientes de los suprimidos Celadores y llamados ya Cuerpo de Miqueletes de Gipuzkoa. La Historia del Cuerpo se va a caracterizar por una inestabilidad continua de supresiones, reorganizaciones, etc., que podemos resumir de la forma siguiente: - Una Real Orden del 30 de mayo de 1846 disolvió el Cuerpo, invitando a los miqueletes a ingresar en la Guardia Civil. Rápidamente Gipuzkoa realizó gestiones para no cumplimentar aquella R. O. (como afectaba también al Cuerpo de Miñones alaveses, ambas diputaciones tuvieron contactos para unificar actuaciones) y consiguen: - Otra R. O. del 28 de junio de 1848 facultó a Gipuzkoa para reorganizar el Cuerpo de Miqueletes (lo cumplimentaron las Juntas Generales de Zumaya del 4 de julio de ese mismo año redactando las bases que regirían aquél); - Las Juntas Generales de Elgóibar de julio de 1856, al margen de otras reformas (aumentos salariales, etc.), atribuyeron al Cuerpo de Miqueletes el cometido de "celadores" o recaudadores de los arbitrios provinciales, lo que supuso un cambio muy importante; - En la tercera guerra carlista y por orden del Ministerio de Guerra (16 de julio de 1874) fue creado el Batallón de Miqueletes Voluntarios de Guipúzcoa, compuesto con miqueletes y voluntarios, que tuvo un importante protagonismo en la guerra (1/5 de sus 720 componentes murieron en ella).
Disolución.
La guerra civil última significará el fin de la institución. Tras la derogación del Concierto económico (decreto-ley del 23 de junio de 1937) será el General-Jefe del Ejército del Norte (Gil Yuste), quien suprimió el Cuerpo de Miqueletes y Miñones de Guipúzcoa y Vizcaya por no haber apoyado la sublevación contra la República (liberada San Sebastián el 13 de septiembre de 1936 la mayor parte de los Miqueletes, siguiendo órdenes de sus mandos, habían pasado a Bizkaia en apoyo de los republicanos). El decreto fue publicado en el B. O. E. el 25 de agosto de 1937. Su último jefe fue D. Angel Heras.
Competencias.
- Desde sus inicios el Cuerpo nació con claras connotaciones de Cuerpo policial foral cuya principal misión fue el mantenimiento de la paz y seguridad públicas. Cuando en la Junta Particular de Tolosa del 17-V-1872 se aumentó a 600 el número de sus componentes, se dijo que era para garantizar mejor aquéllas en un momento de plena guerra (para lo cual se distribuyeron sus hombres por destacamentos entre los pueblos). El nuevo Reglamento de 1879 señaló como una de sus principales competencias la vigilancia de caminos, conservación del orden público, protección de ciudadanos y viajeros y persecución de ladrones y malhechores; - Desde 1856 recaudan los arbitrios provinciales. Para ello tuvieron competencias de persecución del contrabando, bien mediante la vigilancia de pasos de montaña con Navarra (Arritxulegi, Uli, Sarasamendi, Zarate), Álava (S. Adrián, S. Juan de Artía, Oñati-Arantzazu); puestos fronterizos con Francia (Behobia), Navarra (Endarlaza, Pagoaga, Urto, Illarrazu, Lizarrusti, Etxegarate, Otzaurte), Álava (Santa Agueda y Arlaban) o Bizkaia (Saturraran, Urkarregi, Elgeta, Kanpanzar y Olarreaga); fielatos (de Irun, Tolosa, Zumarraga, San Sebastián, etc.) y portazgos (Illarrazu -en Lizarza-, etc.). En el desempeño de este cometido, podemos considerar que los Miqueletes han existido hasta 1967 en que se suprimió el Cuerpo de Recaudadores de Arbitrios provinciales de consumo, formado al final de la guerra civil con miembros del extinguido Cuerpo de Miqueletes; - Desde 1896 son Agentes de la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa (fundada por la diputación); - Servicio de vereda: actúan como correos privativos de la diputación en los portes y rápida conducción de pliegos y documentos de aquella corporación; - Otros cometidos: vigilancia continua del Palacio de la Diputación en San Sebastián, hacer cumplir las leyes de caza y pesca, fuerza pública para garantizar la paz en los espectáculos públicos, expulsión de postulantes y gitanos (en conducción por relevos hasta el límite de la provincia), acompañamiento como fuerza de respeto a la Corporación provincial cuando ésta iba en "cuerpo de comunidad" (como señala L. Ezcurdia), etc.
Composición.
Varió mucho en el tiempo. En etapa precedente a la auténtica institución encontramos que S. Múgica afirma que en 1830 los Miqueletes eran un cuerpo dividido en tres grupos de 8 hombres mandados por un cabo. El Cuerpo de Celadores creado en 1839, precedente inmediato del de Miqueletes, tenía 300 números que aumentaron a 400-500 en la Junta General de Deba de 1840. Creado como tal el Cuerpo de Miqueletes en 1844, inicialmente constó de 100 hombres; en 1856 la tropa del Cuerpo estaba formada por 140 hombres. Aumentó a 160 en 1861 al encomendárseles la recaudación de los portazgos establecidos en los caminos propiedad de la Provincia; la Junta Particular de Tolosa del 17-V-1872 elevó a 600 el número de miqueletes, que en plena guerra carlista (1874) eran ya 720 individuos agrupados en el "Batallón de Miqueletes Voluntarios" (de ellos 400 eran miqueletes y el resto voluntarios) que, terminada la guerra, se quedó en la mitad al licenciarse los demás. En el nuevo Reglamento de 1879 eran unos 300 hombres (incluyendo mandos: 16 sargentos y 30 cabos), agrupados en compañías de 120. En 1882 en que S. Mújica escribió unas páginas sobre el Cuerpo ("Euskalerriaren-Alde") estaba formado por 1 comandante, 2 capitanes de compañía, 4 oficiales subalternos y 218 individuos de tropa. Y en el momento de su disolución en 1936 estaba compuesto por 8 jefes y oficiales, 3 suboficiales y 294 miqueletes (de ellos 16 sargentos, 43 cabos, más clarineros, cornetas y txistularis).
Requisitos para ser Miquelete.
Para el ingreso en los Tercios Vascongados se perfilaron ya, aunque de forma abstracta, una serie de condiciones del soldado: amor al país, buenas costumbres, laboriosidad, no estar encausado criminalmente y no tener defectos físicos-mentales o mal carácter. Condiciones que "a groso modo" se recogen en las bases y reglamentos posteriores, como veremos. Las bases reguladoras de la reorganización del Cuerpo de 1848 consignaron específicamente 4 condiciones: - soltería (no se admitían casados y el miquelete que contraía matrimonio era despedido); - ser guipuzcoano de más de 18 años de edad y menos de 25 (en la última etapa fueron miqueletes personas de fuera del país); - medir más de 5,5 pies =(¿1,540 m.?) y ser de naturaleza robusta; - acreditar buena conducta. Las características del miquelete, tal y como se conservaron después, quedaron ya nítidamente señaladas en el Reglamento de 1879 (reformado el 19-VIII-1882 y refrendada por R. O. esta reforma el 14-XI-1882) en el título III, art. 10 y ss.: - honor como divisa principal; - guipuzcoano (o en su defecto "al menos vascongado"); - de más de 20 años de edad y menos de 30; - solteros (excepción: con expediente de buena conducta durante 2 años se permitía contraer matrimonio sin ser baja del Cuerpo); - obligación al ingreso de servir al menos un año (que se ampliaba a otro más si durante el año ocurrían alteraciones de orden público), renovable anualmente de forma tácita al no presentar el interesado instancia solicitando la baja; - obediencia al superior, con una fuerte disciplina interna (estableciendo una vía canalizadora de quejas-vía oficiales y, en última instancia a la propia Diputación); - tener una estatura de al menos 1 , 660 m. ; - saber leer y escribir; - no haber sido procesado criminalmente; - dignidad de conducta, firmeza y prudencia sin debilidad y sin violencia en sus actuaciones; - buena conducta lo que suponía no alternar en tabernas o sidrerías (salvo para alimentarse), no jugar a los naipes, ir bien afeitado (hacerlo al menos 2 veces a la semana), y en definitiva caracterizarse por el contenido del artículo 14.° del citado Reglamento que literalmente consignaba: "El miquelete debe ser prudente sin debilidad, firme sin violencia y político sin bajeza; no debe ser temido sino de los malhechores y enemigos del orden; procurará siempre un pronóstico feliz para el afligido, y que su presentación, el que se crea cercado de asesinos, se vea libre de ellos; el que tenga su casa presa de las llamas considere el incendio apagado, el que vea a su hijo arrastrado por la corriente de las aguas lo crea salvo; y, por último, debe siempre velar por la propiedad y seguridad de todos".
Organización interna.
Las primeras Bases fueron redactadas por Araoz, comandante general de Gipuzkoa, en 1839 y con destino al recién creado Cuerpo de Celadores, germen de los futuros Miqueletes, base de la primera normativa del Cuerpo de Miqueletes creado en 1844 con el añadido hecho al mismo en las Juntas Generales de Zumaia del 4 de julio de 1848. El Reglamento más completo y bajo el que los Miqueletes vivieron la etapa histórica más larga y brillante fue redactado por la diputación de Gipuzkoa el 18 de abril de 1879, aprobado por R. O. del Ministerio de Gobernación del 14 de octubre de 1882 (firmada por el subsecretario interino, Sr. Aguado y Mora) y publicado en San Sebastián el 8 de mayo de 1883 (firmaba como vicepresidente de la comisión provincial el Sr. Ramón María de Lilí y como secretario el Sr. Joaquín de Urreiztieta). Consta de 100 artículos distribuidos en 13 títulos (hay otra versión -no oficial- del mismo con 105 artículos y 12 títulos) que pueden resumirse de la forma siguiente: - La fuerza así creada se constituyó como un Cuerpo armado foral al servicio de la diputación provincial pero pudiendo ser utilizada por el gobernador cuando causas de orden público lo aconsejaran (participándolo a la diputación con tiempo conveniente); - Se compondría el cuerpo de una o más compañías (según aconsejasen las necesidades y circuntancias), cada una formada por 1 capitán, 2 tenientes, 1 alférez, 1 sargento primero, 4 sargentos segundos, 4 cabos primeros, 4 cabos segundos, 3 cornetas y 104 miqueletes. Total, 120 hombres divididos en 2 secciones y cada una de ellas en 2 escuadras; - El Cuerpo estaría a las órdenes de un Jefe que debía haber ejercido en el ejército cuando menos de comandante. Igualmente pertenecerían al ejército los demás jefes y oficiales (en 1934 se crearon suboficiales). El nombramiento de todos ellos correspondía a la diputación, siendo preceptiva la conformidad del Gobierno Central; - Se fijaron los sueldos: 2 ptas. diarias al miquelete, 2,13 cornetas y cabos segundos, 2,25 cabos primeros, 2,50 sargentos segundos, 2,75 sargentos primeros. Comandante y oficiales del Ejército cobrarían el sueldo de reemplazo por el ramo de guerra y el resto por las Cajas de la Provincia. Salvo a jefes y oficiales, se descontaban 0,25 ptas. diarias a los demás, en concepto de entretenimiento y reposición de vestuario, calzado y equipo, formando con ello un fondo de 75 ptas, ajustándose esta cifra cada 6 meses, repartiéndose la demasía entre sargentos, cabos, cornetas y miqueletes. Se establecían premios de antigüedad en el Cuerpo: 3,75 ptas. mensuales por 15 años de servicio, 5 ptas. a los 20 años, 6,25 a los 25 años, 7,50 a los 30, 8,75 a los 35 y 10 ptas. a los 40; - El Cuerpo se distribuiría por la Provincia en distritos (la distribución se haría entre comandante y diputación) y la fuerza destinada a cada uno de ellos se subdividiría en destacamentos (todo cambio debía ser notificado al gobernador). Los distritos fueron 6 con cabezas en San Sebastián, Irun, Tolosa, Azpeitia, Ordizia y Bergara: cada uno mandado por un jefe u oficial; - La tropa se distribuía por cuarteles y destacamentos, cada uno llevando cuidadosamente anotadas en un libro actuaciones, instrucciones, órdenes, etc. El destacamento era la base de actuación, poniéndose a disposición de los alcaldes de los pueblos u otras autoridades siempre que fueran para el servicio propio de su Instituto. Los mandos naturales inmediatos del destacamento son los cabos (el segundo subordinado al primero), por encima de éstos los sargentos a su vez subordinados al alférez que está directamente en comunicación con el comandante. En realidad la disciplina interna es un trasunto de la militar y así se observa en el tratamiento de las obligaciones de cada mando: Miquelete (tít. IV, art. 23- 36), cabo (Tit. V, art. 37-49), sargento (Tít. VI, art. 50- 56), alférez (Tít. VII, art. 57-66), teniente (Tít. VIII, art. 67), capitán (Tít. IX, art. 68-75) y comandante (Tít. X., art. 75-85). Y por encima de todo siempre estaba la autoridad de la Corporación; - La contabilidad del Cuerpo la gestionaría la Contaduría provincial; - Y se remitía al Reglamento general que regía para todos los empleados de la diputación en todo lo concerniente a pensiones, jubilaciones, socorros y viudedades a que tendrían derecho los miembros del Cuerpo y sus familias.
Uniforme y armamento.
Existieron cambios de uniforme en la Historia del Cuerpo, pero el que más caracterizó en el tiempo al Cuerpo fue el que L. Ezcurdia señala como compuesto de: poncho o guerrera larga hasta casi las rodillas sujeta con cinto negro y chapa dorada, más esclavina que, como la guerrera, era de paño azul oscuro. Cuello rojo con la excepción del centro delantero (de azul asomando por debajo del cuello blanco). Pantalón color rojo sin franja ni banda. Boina roja con chapa dorada encima llevando las armas de la provincia impresas. En tiempo de lluvia y en invierno se añadía capa larga de paño azul oscuro, con capuchón con borla azul. Para correrías, polainas. Desde 1928 el uniforme varió, siendo muy parecido al del Ejército español: color caqui sin poncho y calzado con leguis. Las armas de la tropa para persecuciones eran: correaje completo, fusil (Remington, que fue Mauser desde 1899) con cartuchera y machete. Y para los oficiales lo mismo pero en vez de machete, sable (que más tarde llevaron también suboficiales y sargentos).