Lexikoa

FUNDUS

El fundus es una empresa agrícola importada por los romanos. Su dueño sería probablemente un romano inmigrado e incluso veteranos ya retirados de las armadas romanas. Estas empresas de producción agrícola cuentan con los últimos adelantos técnicos tanto en arados y herramientas como en especies de plantas cultivadas. Ya desde este tiempo se distingue el fundus del Norte, de 1.000 a 1.500 Ha. solamente del latifundio meridional hispánico. El uso de esclavos para el trabajo sería una innovación importada también. Las investigaciones arqueológicas recientes han descubierto villas de marcada riqueza agrícola en las tierras del Ebro y en las aquitanas. En la zona media podemos citar a Falces, p. ej., en Navarra, y a Cabriana, en Alava. Otro centro interesante agrícola debió de existir entre Liédena y la actual Sangüesa. Primeramente se organizaron fundus en las tierras llanas cercanas a ciudades y con excelentes condiciones para la agricultura. Al finalizar el Imperio los fundus llegaban ya muy hacia el Pirineo, tanto por un lado como por el otro. En Liédena, junto a la foz de Lumbier, ha sido descubierto uno importante por un excelente investigador moderno, el Sr. Taracena. Se trata de una construcción de comienzos del siglo IV edificada sobre las ruinas de otra anterior. Su torre, jardines, patios, dependencias agrícolas, trujal y lagar, termas, estanque, la gran serie de habitaciones y el mausoleo, dan idea de lo que debió ser en sus momentos de esplendor. Hubo un momento en que los propietarios residían en la ciudad entre tanto los campesinos cultivaban las tierras, pero, cuando el peligro de las invasiones bárbaras aparece, muchos señores vuelven al campo. De aquellas pequeñas parcelas donde se instalaban a los soldados de mérito cuando volvían al seno de sus familias ya apenas quedaba nada. La propiedad se había concentrado en pocas manos. En el caso de una propiedad agrícola sin edificaciones se le denominaba ager. Caro Baroja, con su habitual buen sentido y su capacidad investigadora, ha estudiado la distribución y tamaño del fundus vasco valiéndose de los datos de la arqueología y de la lingüística con resultado creemos que excelente haciendo salvedad de detalles que no afectan en nada al conjunto. Se ha fijado en que la zona media y meridional de Euskalerría, rica en hallazgos arqueológicos romanos, lo es también en "nombres de lugar" compuestos por un nombre personal y los sufijos latinos -ana y -ano (anus). Cita como ejemplos a Antoñana (de Antonius) y a Apricano (de Aper). En las zonas célticas la terminación de estos nombres sería -siempre según Caro Baroja- -acum y -aca, poco frecuentes en el país. Añade también algunos terminados en -iecus e -icus, que, a su juicio, han dado nombres como Quartango (Quartaicus), Durango (Duranicus), etc. Ampliando la teoría añade todavía los terminados en -iz y -oz como Marquínez, medieval Marquiniz, y Lecaroz. Amplía más el campo añadiendo los terminados en -eña (-enia), -oña (-onia), -aña (-ania), -on, -oño (-oniu (m) ), y los en -ica, como Langarica. Hace también unas consideraciones sobre el uso de "Villa" como en Berantevilla que la lleva al final o Viloria que la llevaría al comienzo de palabra. Podrían ser más antiguos los que llevan "villa" en segundo término. Lo interesante es que, según sus investigaciones, teniendo en cuenta múltiples factores como la densidad de las villas y fundos (los terminados en -ano, -ana) principalmente, da a la entidad un tamaño regular. La gente acogida al fundo o a la villa agrícola, amo y familia, trabajadores y esclavos, ofrecen ya un montaje asociativo de distancia muy marcada entre dueños y trabajadores aunque la familia también trabaje. Un estudio de las inscripciones, sobre todo alavesas, dejan ver la existencia de esclavos griegos como aquel Tychia esposo de la vasca Iluna que no parece vivan en régimen cuartelario. Hay también trabajadores libres. De todos modos, la villa, y el fundus, en los que hay o puede haber una familia posesora, labradores, pastores y criados, además de los esclavos, definen un núcleo convivencial humano regulado en abstracto por la ley romana y más en concreto por las costumbres. Refs. Caro Baroja, J.: Los Vascos, Madrid, 1958 (pp. 56-60); Estornés Lasa, B.: Historia General de Euskalerria. Epoca romana (-221 a 476) (pp. 339-342).

Antonio BENGOECHEA