Personalidad vizcaína nacida en Balmaseda en 1731, hijo de Marcos Areche Puente y de Ángeles de Fuentes Santurce y Zornoza. Se licenció en bachiller en 1751. Desde 1752 fue miembro de la Junta de gobierno del Colegio de Santa Catalina de México, del que llegaría a ser rector, y de la Academia de Santa María de Regla.
Se licenció y doctoró en derecho canónico en 1756. Opositó a la cátedra de derecho canónigo de Alcalá en 1759 y fue suplente varias veces. Fue designado por Carlos III oidor de la Audiencia de Manila el 14 de julio de 1765, cargo que no llegó a ocupar aunque partió de Cádiz en 1767 a su destino. Pero, aún en inicio de camino para Filipinas, fue requerido por el virrey de México para ocupar la vacante de la fiscalía del crimen de su Audiencia. El trabajo de Areche ganó su estima rápidamente y un año después los ministros solicitaron al monarca que fuera nombrado de forma permanente (13 de noviembre de 1767).
Areche ascendió a fiscal de la Real Audiencia el 17 de enero de 1774 y causó una buena impresión a José de Gálvez durante su visita a la N.E., por su laboriosidad y disciplina. Apoyaba el reformismo borbónico lo cual le acarreó maniobras subterráneas como la denuncia repetida de estar en posesión de libros prohibidos, incluidos la Enciclopedia de Diderot y los "nefandos" libros de Voltaire. Fue miembro de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País a la que ofreció diversas donaciones, entre ellas una pepita de platino de tres onzas del Perú. Cuando Gálvez fue designado Secretario de Estado para las Indias (1776), nombró a Areche visitador general del Perú y, simultáneamente, miembro del Consejo de Indias. Algo después era admitido en la orden de Carlos III, como caballero pensionista. Areche quiso llevar a cabo las reformas encomendadas por Carlos III para modernizar el gobierno de Indias pero chocó, como fue frecuente, con el poder virreinal, en este caso la semisoberanía del navarro Manuel de Guirior, y la extrema dificultad de la compleja sociedad peruana.
Nombrado visitador general por RC del 11 de marzo de 1876, llegó a Lima el 14 de junio de 1777. Su visita fue áspera y concitó la malquerencia de la burguesía criolla -en especial funcionarios, mercaderes, plateros y hacendados-, que puso como escudo el poder virreinal. Guirior escribió a la Metrópoli en 1779 indicando que "no conviene tener un jefe tan autorizado dentro de unas provincias tan distantes como éstas". Hubo una serie de motines, entre los cuales, el más importante, la sublevación el 4 de noviembre de 1780 del cacique Tupac Amaru que ayudó a aplastar.
Pese a ello, debido a su impopularidad cayó en la desgracia de Gálvez por lo que fue llamado a la metrópoli en 1781. Volvió a desempeñar su puesto en el Consejo de Indias y el 27 de mayo de 1789, tras la muerte de Gálvez, recibió la jubilación forzosa como ministro con sólo un tercio de su sueldo y destierro a 20 leguas de la Corte. Lleno de amargura, se retiró a la villa de Bilbao donde falleció el 28 de octubre de 1789. Sólo el 23 de mayo de 1794 fueron atendidos sus amargos memoriales y se le retiró el destierro percibiendo media paga.
- Martínez de Salazar, Ángel-San Sebastián, Koldo: Los vascos en México, Eusko Jaurlaritza, Gobierno Vasco, Pamplona, 1992.
- Palacios Atard, Vicente: Un vizcaíno en desgracia: Areche, visitador del Perú, en VV.AA.: Los vascos y América. Ideas, hechos, hombres, Gela, Espasa-Calpe y Argantonio,Madrid, 1990.