Escritor y periodista guipuzcoano, nacido en Pasai Antxo en 1900. Falleció en Buenos Aires el 2 de febrero de 1970.
Su infancia y sus primeros estudios transcurrieron en Bizkaia entre las aulas de Orduña y Arrigorriaga y en Gipuzkoa, en Errenteria y Hernani, para iniciarse como periodista en el vespertino de Bilbao La Tarde, seguir en Excelsior y por último pasar a Euzkadi, de donde con el apoyo de su director Engracio de Aranzadi "Kiskitza" fue afirmándose hasta llegar a ser jefe de redacción. En dicho diario hizo popular la sección "La tragedia mínima", una página de fino humorismo. A la vez era corresponsal de Estampa, revista madrileña, y del periódico Ahora.
Vino luego la guerra, un breve paso por Laburdi y en 1938 llega a la Argentina, donde vivía un hermano, trabajando inicialmente en seguros y posteriormente en la Enciclopedia El Ateneo. Pero su vida estuvo siempre marcada por el periodismo. Escribe para Nación Vasca, Aquí Está, El Hogar, La Nación, Noticias Gráficas y Crítica; pero fue Euzko Deya su dedicación principal y en buena parte el sostén de sus días argentinos. Usó los seudónimos de "Errea", "Juan de Ibaizabal" y "Luis de Arriguibar".
Autor de varias obras teatrales de ambiente vasco: El bardo de Izalzu, El árbol dio una canción, Mujeres de Berrigorria, recogidos en el libro Teatro Vasco. Mujeres de Berrigorria fue traducido al euskera por Nemesio de Etxaniz y publicado por la editorial donostiarra Auñamendi. Igualmente escribió los siguientes libros: Vascos, sí, sí, (Bs. As. 1956), El pueblo baila en los Pirineos (1951), Vascorama: En torno al Pueblo Vasco (1962, Donostia), Vascología de Bolsillo (1966, Iruña), dejando otras sin publicar e inconclusas.
En colaboración con Pedro de Basaldua publicó en 1956 y 1958 el Anuario Vasco Argentino. Baskonia. Fue secretario de actas del Instituto Americano de Estudios Vascos, colaborador de su boletín y de la revista Gernika que se editaba en Donibane (Laburdi). Socio del Centro Vasco Laurak Bat de Buenos Aires y de Acción Vasca de la Argentina, entidades en que se hizo ver en reiteradas oportunidades en amenas charlas. Hombre sencillo, culto, supo granjearse la estima de la colectividad.