Culturels

SOCIEDAD DE EUSKO FOLKLORE

Los estudios e investigaciones etnográficas del pueblo vasco fueron iniciados por José Miguel de Barandiarán en el Seminario Diocesano de Vitoria, asociando a su labor a un grupo de 45 alumnos. Ese grupo cristalizó en 1920 en el Instituto "Ikuska" y el 2 de abril de 1921 en la Sociedad de "Eusko-Folklore", cuyo objeto era investigar la cultura popular vasca, sobre todo en su aspecto religioso, no sólo con el fin que la ciencia persigue en tales empresas, sino también -como observa el mismo Barandiarán-, con el de acostumbrar a los alumnos del Seminario a observar el ambiente en que viven y en el que han de vivir y ejercer sus ministerios, y a darse cuenta de los fenómenos sociales y de los agentes que los provocan o los extinguen. Los primeros miembros que formaban su Junta Directiva eran los siguientes: José Miguel de Barandiarán, Pbro., de Ataun (Gipuzkoa), Manuel de Lecuona, Pbro., de Oiartzun (Gipuzkoa), Eugenio de Larrañaga, de Elorrio (Bizkaia), José de Ariztimuño, de Tolosa (Gipuzkoa), León de Bengoa, de Zaldibar (Bizkaia), Manuel López, de Soscaño (Karrantza-Bizkaia), Juan de Iruretagoyena, de Zarautz (Gipuzkoa), Juan de Aranguren, de Legazpia (Guipúzcoa), Leonardo de Guridi, de Oñati (Guipúzcoa), Andrés de Aguirre, de Lezama (Álava), Tiburcio de Ispitzua, de Larrabetzu (Bizkaia) y Félix de Zamalloa, de Amorebieta (Bizkaia). Posteriormente, habiéndose ausentado de Vitoria Juan de Aranguren y Manuel López, fueron nombrados para ocupar sus puestos Marcos de Maguna-goicoechea, de las Encartaciones de Bizkaia y Julio San Pedro, de la Rioja Alavesa.

Además de la Junta Directiva que "será renovada a principio de cada año, a partir de 1923, o en otra fecha si las circunstancias así lo exigiesen" (art. 8.º de los Estatutos), la Sociedad comprendió tres categorías de socios: Protectores, los que pagaren por lo menos 10 pesetas anualmente, con derecho a recibir las publicaciones de la Sociedad; Numerarios, elegidos a propuesta de socios y por mayoría de votos, entre personas beneméritas de la ciencia folklórica vasca: y Colaboradores, todas aquellas personas que se comprometieren a contestar a los cuestionarios de Eusko-Folklore" (Art. 5.°). Unos 50. "Los socios de número deberán satisfacer la cuota anual de 5 pesetas; pero mientras sean Seminaristas, sólo tendrán la obligación de presentar a la Sociedad un trabajo inédito de Folklore vasco, antes de 1 .º de noviembre de cada año... Los socios de número tendrán derecho al título y a las publicaciones de la Sociedad; a tomar parte con su voto en los asuntos de la Sociedad; a consultar obras y objetos de la Biblioteca y Museo de Eusko-Folklore, y cuando ocurriere su muerte, a una Misa que la Sociedad mandará se celebre en sufragio de su alma" (Art. 6.°).

A fines de mayo se celebró una sesión plenaria, compuesta de socios numerarios y colaboradores, en que el Presidente expuso en qué forma se debía contestar al cuestionario n.° 3 de la Sociedad de Estudios Vascos, y excitó a que todos colaborasen con sus investigaciones al éxito de esta empresa como lo hicieron el año pasado.

Además de la hoja mensual de Materiales y Cuestionarios Eusko-Folklore, la Sociedad repartió en junio, entre sus colaboradores, cuatro cuestionarios, cuyos títulos fueron: El pueblo en la historia, Cualidades mentales del pueblo, Fiestas del año y Las jornadas de la vida. Luego publicó otro cuestionario encaminado a recoger el material folklórico referente a las fiestas de Nochebuena, Navidad, Inocentes, Año Viejo, Año Nuevo y Reyes.

Estos estudios así iniciados en el Seminario de Vitoria respondían al movimiento que, pocos años antes, había hecho surgir el P. Wilhelm Schmidt y sus colaboradores en el campo de la etnología religiosa y de la historia comparada de las religiones. A él se asoció Barandiarán el año 1922 en la "Semana Internacional de Etnología Religiosa" de Tilburgo (Holanda), donde expuso, en una conferencia, algunas de sus investigaciones. Parte de los materiales recogidos por los colaboradores -casi todos seminaristas- de aquella institución folklórica y etnográfica del seminario vitoriano, fue publicada en una revista mensual llamada "Eusko-Folklore" y en un volumen anual conocido con el nombre de "Anuario de Eusko-Folklore". Las investigaciones y la recopilación de datos se llevaban a cabo durante las vacaciones estivales con arreglo a cuestionarios previamente redactados. La Sociedad de Eusko-Folklore entabló relaciones con muchas instituciones o sociedades científicas de diversos países, particularmente con las Schweizerische Gesellschaft für Volskunde de Basilea, Société Française d'Ethnographie de París, Berliner Gesellschaft f. Anthr., Urgesch. u. Völkerkunde de Berlín, Abo-Akademi de Finlandia, Nordiska Muset de Estocolmo, Universidad de Hamburgo (Seminario de cultura románica), Rautenstach-Joest-Museum de Colonia, Columbia University de Nueva York, Studi Medievali de Florencia, Arxiu d'Etnografia de la Universidad de Barcelona, Sociedad Española de Antropología. Etnografía y Prehistoria de Madrid. Musée Basque de Bayona, etc. Con estas sociedades e instituciones científicas tenía la de Vitoria intercambio regular de sus publicaciones.

La Sociedad de Eusko-Folklore actuaba en un ambiente poco propicio a los métodos de investigación, donde era general la creencia de que la ciencia se adquiere sólo en los libros y se extrae de las regiones más profundas del espíritu, mediante elucubraciones. en la soledad y en el silencio de una biblioteca selecta, siempre de espaldas al mundo y a sus constantes mudanzas. Por eso fue mirada al principio con indiferencia. El año 1924 la Sociedad de Eusko-Folklore llevaba ya publicados cuatro volúmenes, fruto de sus estudios y rebuscas en el País Vasco. Dado que en art. 3.° de su reglamento se proclamaba que "la Sociedad de Eusko-Folklore es, ante todo y sobre todo, católica, enderezará toda su actuación, aun en sus menores detalles, al mejor conocimiento y mayor servicio y amor de Dios. Someterá, por lo tanto, toda su labor cultural a la Iglesia Católica, factor el más importante y transcendental de la cultura humana", el escritor falangista Ernesto Giménez Caballero dedicó en el diario madrileño "El Sol" varios artículos a la labor de la Sociedad Eusko-Folklore, intentando demostrar, entre otras cosas, que esta institución no podría llevar a cabo ninguna empresa verdaderamente científica, puesto que sus estudios e investigaciones estaban demasiadamente ensombrecidos por venir enfundados en una sotana -la de su promotor, José Miguel de Barandiarán, sacerdote y profesor del Seminario de Vitoria-. "Estas chinitas de la política sirvieron de pretexto -dice Barandiarán- para que se me prohibiera asistir a las sesiones de la Junta Permanente de la Sociedad de Estudios Vascos de la que era miembro, y se me obligara a prescindir de la colaboración de los seminaristas en la organización y trabajos de la Sociedad de Eusko Folklore". Por tal motivo esta asociación fue luego incorporada a la mencionada Sociedad de Estudios Vascos, bajo los nombres de Laboratorio de Etnología y de Eusko Folklore y Centro de Investigaciones Prehistóricas Vascas. Los hombres de ciencia supieron hacer justicia a la actuación de la Sociedad de Eusko-Folklore y dieron testimonio del gran aprecio que hacían de sus investigaciones y publicaciones. Hoffman-Krayer, Krüger, Graebner, Delafosse y Van Gennet, autoridades de primer orden en el campo de la Etnología, las elogiaron, atribuyéndoles un gran valor.

He aquí, p. ej., lo que uno de estos sabios -F. Krüger- dice de los "Anuarios de Eusko-Folklore": "Los estudios publicados son excelentes y los materiales interesantísimos". En el tomo I de la obra Folklore y Costumbres de España (Barcelona, 1931) se decía de estas publicaciones "que cuentan hoy con ocho años consecutivos de existencia y son la más importante representación de la labor folklórica colectiva que podemos ofrecer en España". Su último número de preguerra aparece en 1935, quedando sin publicación el de 1936. Tras la contienda, el plan fue adoptado nuevamente por Barandiarán para insuflar vida a un Seminario de Etnología "Ikuska" que inició sus trabajos en 1955. Las investigaciones efectuadas por este Seminario, nueva versión de la Sociedad de Eusko-Folklore, se publicarán desde ese año en el "Anuario de Eusko-Folklore", bajo el patrocinio de la Sociedad de Ciencias Naturales Aranzadi. Al renacer Eusko Ikaskuntza en 1978, ésta asumió el "Anuario" que traspasó luego a la Fundación Barandiarán.

Ainhoa AROZAMENA AYALA