Poètes

Otero Muñoz, Blas de

Como consecuencia de su personalidad compleja, la felicidad, libertad y novedad que proporcionó París a Otero no duró demasiado, y con el tiempo la nostalgia de España se agrandó, hecho que provocó una nueva crisis en Otero que acabó regresando a su ciudad natal. El poeta bilbaíno estaba acostumbrado a vivir en un ambiente medio-burgués tanto por tradición familiar como por los círculos en los que se movía, exceptuando las épocas de mayor crisis económica. Sin embargo, tras haber leído a los grandes teóricos del marxismo, Otero sintió la necesidad de conocer los estratos de población más humildes y pobres, es decir, la vida cotidiana de los trabajadores de nivel más bajo. Para alcanzar dicho objetivo, viajó por España sin apenas dinero y llegó a trabajar codo con codo con algunos de esos trabajadores. Por ejemplo, queriendo conocer la vida cotidiana de los mineros, acudió a ellos y trabajó en las minas durante algunos días. Buscó pequeños pueblos de Castilla y León y vivió allí para conocer de primera mano aquel entorno. Para poder subsistir, realizaba pequeños trabajos y recibía pequeñas donaciones de amigos y gente que conoció durante el viaje. Otero finalizó Pido la paz y la palabra (1955) tras aquel período, y comenzó a redactar En castellano.

Entre 1956 y 1959 vivió en Barcelona, donde tomó parte en varios círculos artísticos. En aquella época trató de publicar En castellano, pero la censura lo impidió. Sin embargo, consiguió publicar Ancia (título que resume los títulos de las obras Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia), que logró una buena acogida: en 1958 le otorgaron el Premio de la Crítica y en 1961 el Premio Fastenrath.