Écrivains

Oihenart, Arnault

Magistrado, literato e historiador suletino nacido en Mauleón el 7 de agosto de 1592. Se desconoce la fecha exacta de fallecimiento.

Era hijo de Arnaud (Arnald) d'Oihenart, abogado, procurador del rey en Zuberoa, y de Juana de Echart, hija de un jurado de Mauleón, abogado y escribano de la Corte de Licharre.

Se licenció en Derecho por la Universidad de Burdeos. A los veinte años ya es diputado por los vecinos de Mauleón para que exprese su protesta ante el gobernador Belsunce por la protección que éste proporcionaba a los hugonotes. En 1623 es elegido síndico del Silviet de Zuberoa, chocando con el clero y la nobleza. Dos años después era enviado a París, junto con el diputado del clero y de la nobleza, Pierre de Behety, con la misión de reducir la influencia protestante en el país.

Su primera producción historiográfica consistió en dos opúsculos dedicados a demostrar la legitimidad del derecho de los antiguos reyes de Navarra al trono del que fueron desposeídos en 1512: Déclaration historique de l'injuste usurpation et rétention de la Navarre par les Espagnols (París, 1625) y Navarra iniuste rea... sive de Navarrae regno, contra ius fasque occupato.

En 1627 contrae matrimonio con una viuda, Juana de Erdoy, perteneciente a la nobleza navarra; su nuevo estado le abre acceso, como señor adventicio de las casas de Ardoy, Gainzuri y Zibits, al cargo de abogado del Parlamento de Navarra. Residirá en Saint-Palais (Baja Navarra) de donde llegará a ser también jurado años más tarde, así como miembro de las Cortes de Mixe y Ostabarret. Desempeñando de esta forma una serie de cargos y responsabilidades diferentes se enfrentó, en el seno del Parlamento de Navarra con sede en Pau, con varias resoluciones que dañaban considerablemente los intereses suletinos consiguiendo, pese a ser encarcelado, que fueran revocadas (1627).

Más adelante se opuso a la venta de los comunales suletinos y a la compra de los mismos -con varios supuestos derechos- por el conde de Trois Villes, origen y causa fundamental del levantamiento de Matalas en 1661. Los Estados de Zuberoa lo enviaron a París para gestionar la revocación del Edicto de venta de 1639.

Nombrado intendente de la casa de los Gramont, es en ésta donde cimenta su valiosa producción tanto de historiador como de poeta. Tuvo acceso, merced a su protector, al cartulario de Bidache y otros semejantes, visitando numerosos archivos. Apreció en lo que valía la obra de Garibay, Poza, Marca y Moret correspondiendo con estos últimos.

Su gran obra historiográfica fruto de un incansable trabajo fue la Notitia utriusque Vasconiae tum Ibericae tum Aquitanicae, escrita en latín. Publicó ésta por primera vez en París en 1638. Casi 20 años después (París 1656) publicó una segunda edición con variantes.

Daranatz, al estudiar en la Biblioteca Nacional de París los 60 volúmenes de materiales reunidos por Oihenart para su obra se sorprende del trabajo que suponen:

"Es un conjunto inmenso de pruebas... Es admirable su investigación y la constancia que ha desplegado en este trabajo colosal"

Daranatz, RIEV, 1908, p. 463.

Estos 60 volúmenes están compuestos de extractos de manuscritos, cartas, documentos y genealogías, algunos de cuyos originales ya no existen hoy en día. La Notitia es un estudio histórico de los diversos componentes territoriales de la Vasconia histórica dividido en tres libros. El primero contiene catorce capítulos, el segundo diecisiete y el tercero trece. El primer libro, que sirve de prefacio a toda la obra, trata de los antiguos Vascones y de los Cántabros hasta la llegada de Carlo Magno, de la geografía del país, de sus costumbres, de su lengua y de la de los vascos. La historia antigua de Navarra y la genealogía de sus reyes -rechaza el sobrarbismo- ocupa la totalidad del libro segundo, que termina con un catálogo de los antiguos condes de Aragón y de Vizcaya. El tercer libro, en el que según el autor, se trata especialmente de los Vascones de Aquitania, está consagrado a la historia de la Vasconia y de las familias que la han gobernado. Escrito con una gran lucidez y rigor crítico, este libro es solicitado como la obra de uno de los historiadores más inteligentes y juiciosos de su tiempo.

Lo tradujo al castellano J. Gorosterratzu. Noticia de las dos Vasconias, la Ibérica y la Aquitana: RIEV 17 (1926) pp. 141-174, 329-355, 475-515, 18 (1927) pp. 79-110, 241-291, 470-512, 579-619; 19 (1928) pp. 26-47, 234-279, 346-380 y 493-547. Edición aparte: San Sebastián 1929 [sobre las diferencias de ambas ediciones cfr. J. Vinson. Essai d'une bibliographie de la langue basque (Paris 1891), n.° 20 (pp. 81-85)].

Rechaza que Vasconia estuviera incluida en la Cantabria de la época romana, rehace los límites de ésta y circunscribe a la misma las guerras cántabras aunque, siguiendo a Zaldibia, encuentra huellas de esta guerra en Guipúzcoa. No cree que el euskara fuera la primitiva lengua de Iberia pero sí de gran parte de la misma, todo el Norte desde el límite E. de los Vascones hasta Portugal. Lo introdujeron los vascones que en tiempos de Wamba habrían derrotado a los cántabros, sometidos a los godos, y habrían federado a várdulos, caristios y autrigones con las tierras vasconas. De ahí el apelativo de "Provincias vascongadas o vasconizadas". Lo mismo habría acaecido con las tierras al N. de los Pirineos que habrían sido vasconizadas por los navarros a partir de la incursión descrita por Gregorio de Tours en el siglo VI. Su conocimiento del euskera le es de gran utilidad para precisar topónimos. Su visión unitaria de Euskal Herria resulta singular en el siglo XVII. Las Vasconias de Oihenart son las tierras habitadas por vasconum populi: citra Pyrenaeum sunt navarri, iaccenses, alavenses, ipvscvates y biscaini; ultra Pyrenaeum gascones y vasci. Es decir, tiene una visión antropológica del pueblo vasco, visión que le hace prescindir de las fronteras político-administrativas proporcionando a su descripción una mayor coherencia e inteligibilidad que la de los historiadores anteriores. Además, como lo señaló Campión:

"sobrepujó a todo lo escrito hasta entonces por la abundancia de información, el discreto acopio de los textos, el interés de los pormenores y la viveza del espíritu crítico, capaz de dudar, comparar y deducir operaciones que ignoraron totalmente sus predecesores".

En 1648 se ocupó en reconocer archivos para escribir una historia de la casa de los condes de Gramont. Relata Yanguas que, habiendo solicitado permiso del virrey de Navarra para ver el Archivo de Comptos, éste pidió informe a su tribunal, que lo dio negativamente, fundándose en que el verdadero objeto de Oihenart era escribir contra la ocupación de Navarra por los reyes de Castilla, y contra la opinión de que las cadenas de las armas de Navarra procedían de la batalla de las Navas de Tolosa.

En 1657 publica algo completamente diferente: Atsotizac edo refrauac y O-ten gaztaroa neurtitzetan. Los refranes son 706; ocupan la mayor parte de la obra y van acompañados de sus respectivas traducciones francesas. Es muy probable que no recogiera estos dichos del mismo pueblo sino que se sirviera de colaboradores, tanto de éste como del otro lado de los Pirineos. Es de destacar entre estas colaboraciones la del poeta suletino Bertrand de Sauguis que le envió una colección de 205 dichos populares junto con un vocabulario. Se trata de una excelente colección. El segundo título se podría traducir como "La juventud de O. en versos vascos". Michel comenta que "estas poesías forman una especie de apéndice a la colección de proverbios vascos reunidos por el escritor. Se inician con un prefacio destinado a mostrar con qué objetivo publica las efusiones de su adolescencia:

"Teniendo los vascos tanta inclinación para la poesía, qué poco han hecho para observar sus reglas, incluso para conocerlas, de tal manera que en todo lo que poseemos, esté impreso o esté manuscrito, de sus obras poéticas encontramos muy pocos versos que sean regulares... Esto es lo que me obliga, después de haber hablado de estas reglas en otra obra, a hacer que estos pocos versos, que se me escaparon en la época joven, vean el día, a fin de que se manifieste que la práctica de estas reglas no está reñida con nuestra lengua, como algunos creen, y no con otra intención; así pues, como al componerlos no había buscado más que entretenerme, no pretendo, con esta publicación, merecer el honor que acompaña a las obras de los buenos poetas".

Su labor historiográfica, literaria y palatina no le impidió seguir ejerciendo su carrera jurídica. Así, en 1660 tomó parte en la fijación de límites entre los valles de Baigorry, Erro, Baztán y Valcarlos, y en 1665 prestó sus servicios para arbitrar la división de posesiones del obispado de Bayona y el abad de Roncesvalles.

Viudo desde 1653, no se conoce con exactitud la fecha de su muerte. El P. Moret, contemporáneo suyo, nos comunica su defunción hacia 1675 aunque es probable que el hecho ocurriera unos años antes, en 1667 según Lafitte. Dejó tres hijos: Gabriel, abogado del Parlamento de Navarra; Pierre, cura de Béguios, y Jacques, jesuita.

Oihenart no llegó a publicar más que una parte de sus trabajos. Su L'Art Poetíque, incluida en una carta que envió a un cura laburdino en mayo de 1666, fue publicado en Gure Herria, 1967. Contiene reglas generales de poética, aplicación de estas reglas al poema vasco y un análisis de la situación de la poesía vasca, todo ello sumamente interesante. Jaurgain señala la existencia de un Diccionario vasco obra suya, hoy desaparecido.

Su poesía es fresca, sentimental y bastante más desinhibida de lo que cabría esperar en un hombre de leyes. Desde el punto de vista lingüístico se le ha solido reprochar su indudable cultismo. Lafon, Irigaray y Mitxelena la juzgan de esta forma:

"La interpretación de las poesías de Oihenart presenta numerosas dificultades, debidas no solamente al vocabulario y morfología, y no digamos nada de la ortografía, sino principalmente a la sintaxis; construcciones no usuales, orden de las palabras insólito. Mucho menos profundo que D'Echepare, a menudo artificial, preciosista a veces, no está, sin embargo, desprovisto de encanto en algunos pasajes"

Lafon, 1955.

"Emplea un verso corto en general: el euskera es limpio, con poco erderismo, en lo que el autor puso indudablemente buen cuidado: usa tiempos de verbo sintético hoy desaparecidos del habla popular, que dan al lenguaje cierto arcaísmo muy tonificante en estos tiempos de novedades"

Irigaray, A.: Oihenart, poeta, RIEV, t. 19, 1928, p. 71-72

"Su producción vasca no tuvo apenas influencia: sería más exacto decir que sus ideas de todo orden no fueron bien acogidas en el país. Oihenart era un intelectual bien informado, frío y crítico, especie humana no muy frecuente ni muy apreciada entre nosotros".

Michelena, Luis.: Historia e la Literatura Vasca, p. 75.

Creemos que este último juicio es más adecuado a la labor historiográfica de Oihenart que a la poética. En efecto, el sensible autor de Ezkontidearen hil-kexua Museen kontra es considerado en nuestros días como el historiador vasco más completo, crítico y perdurable de la Epoca Moderna.