Concept

Molinología

Podríamos establecer cuatro fases en la historia evolutiva de los molinos.

Se da en el Neolítico, con la aparición de la agricultura, unida al uso masivo del molino de sangre. Esto posibilitó un gran cambio en el régimen alimenticio de aquellas gentes, que pasaron de ser mayoritariamente carnívoros a alimentarse de granos y vegetales, desde luego sin desdeñar otros elementos que les ofrecía la naturaleza, como la caza, la pesca y la recolección de elementos silvestres.

La presencia de la cultura romana produjo un considerable aumento en el cultivo de tierras, con nuevas técnicas de laboreo y con ello la aparición de los molinos movidos por animales y los de río.

En esta época tienen lugar toda una serie de eventos, que de forma conjunta tendrán una importancia capital en nuestra historia: la creación de las nuevas villas, la aparición de las ferias y mercados, el aumento del artesanado y la creación de los gremios y cofradías; el aumento del transporte, sobre todo del naval y la generalización del uso de agua como fuerza motriz. En principio de forma débil, pero la evolución de los procesos tecnológicos, por medio de la ciencia experimental hace que se use la fuerza del agua para mover molinos, ferrerías, batanes, serrerías, etc. Todo ello produce una liberación de mano de obra que puede dedicarse a otros menesteres, un mayor aumento en la producción de alimentos, un nuevo sistema comercial, un crecimiento económico de la sociedad y a la vez un aumento de la demografía.

Las tierras se van poblando de villas, generalmente junto a un río, que a la vez mueve los molinos, elementos imprescindibles para el sustento de su población.

Fue la realeza la que dispuso de los primeros molinos. Según los documentos el rey utilizaba el molino como moneda de pago de determinados favores (mesnadas, fidelidades, etc.), para fomentar la creación de una población o su repoblación, y a veces como donativo a monasterios para que los monjes rezaran por su alma, y la de los suyos. Aparecen pues los primeros molinos en manos de la realeza, pasando posteriormente a la gente "con más medios" como el clero, los nobles y en algunos casos a los concejos a los que se les concede un molino con la obligación de que pueblen un lugar y lo muren.

El aumento de las órdenes religiosas y de la clase noble hace que los molinos (junto con tierras, y rentas) sean elementos principales de su economía, que dan buenos réditos económicos, a la vez de ser elementos de prestigio y poder.

Falta documentación anterior a la Alta Edad Media, época en la que hay constancia de la existencia de molinos hidráulicos en nuestra zona. Pero será a partir de los siglos XIII-XV cuando se produzca la auténtica revolución del agua.

Los orígenes de la industria moderna podemos situarlos entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. Se van abandonado los procesos artesanales por otros de carácter industrial.

Poco a poco la máquina de vapor va sustituyendo a los anteriores sistemas tradicionales, e igual ocurre con los molinos, con la aparición de las fábricas harineras, perdiendo por lo tanto el molino su papel en la comunidad.

Solamente cuando se inicia la electrificación aparece la reutilización de las estructuras de los molinos que se van transformado en pequeñas centrales hidroeléctricas.

Los nuevos sistemas de producción hacen ya obsoletos a los molinos, que no son necesarios ni para hacer harina, ni como fuentes de electricidad. Solamente se mantienen algunos en activo, generalmente como testigos culturales del pasado.