Metteurs en scène

Medem Lafont, Julio

Director de cine guipuzcoano nacido en San Sebastián el 21 de octubre de 1958.

Arrastraba ya desde la adolescencia una vocación cinéfila y una tendencia romántica que han marcado de manera determinante su vida artística. En esa etapa se apoderaba a las noches de la cámara de su padre para experimentar con la magia del cine. Además sufrió un desengaño amoroso que dejó huella para siempre en su personalidad. Se enamoró, en la distancia y en silencio, de una vecina. Vivió así el tormento del amor contrariado durante mucho tiempo. Curiosamente, esa chica luego fue novia de uno de sus hermanos. De hecho aparece en Fideos (1979), uno de sus primeros cortometrajes.

Decidió estudiar Psiquiatría porque le obsesionaba el análisis de la mente humana, con sus luces y sombras. Finalmente se licenció en Medicina y Cirugía General por la Universidad del País Vasco en 1985. Su pasión por el cine le llevó a escribir críticas en revistas como "La voz de Euskadi", "Casablanca" y "Cinema 2002". Sus primeros cortos en 35 mm datan de la segunda mitad de los ochenta. Con Patas en la cabeza (1985) consiguió el Premio del Cine Vasco en el Certamen Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao. Con Las seis en punta (1987) logró el Premio Telenorte en el mismo certamen. Pero cuando realmente Medem se dio a conocer fue con su primer largometraje Vacas (1992), un melodrama ambientado en un valle vasco entre finales del siglo XIX y principios del XX siguiendo el conflicto existente entre dos familias. La fascinación que ejerce la propuesta de Medem, la belleza de sus imágenes, el alarde técnico demostrado durante todo el metraje con sus originales movimientos de cámara y el desgarrado romanticismo y la emoción que inundan toda la historia dejaron deslumbrados a los críticos. Vacas encadenó un verdadero aluvión de galardones. El Festival de Turín le concedió el Premio a la Mejor Película. En el Festival de Tokio logró el Gran Premio de Oro. El Instituto Británico de Cine le otorgó el Premio a la Calidad Artística. En los premios al Cine Vasco de "El Mundo" logró los premios al Mejor Guión, a la Mejor Dirección Novel y a la Mejor Banda Sonora (1992). Y en los premios Goya de 1992 Medem logró el Premio a la Mejor Dirección Novel. En 1993 estrenó La ardilla roja, una sugerente comedia romántica llena de encanto que arrasó también en los festivales. Fue seleccionada para la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes (1993) donde logró el Premio de la Juventud. Logró también en los Premios al Cine Vasco de "El Mundo" cuatro galardones, entre ellos el Premio a la Mejor Película y el Premio al Mejor Director (1993) y obtuvo también el Círculo Precolombino de Oro del Festival de Cine de Santafé de Bogotá (1994). Stanley Kubrick se quedó fascinado con la película del director donostiarra. Steven Spielberg, alentado por Kubrick, contactó con Medem para proponerle dirigir La mascara del zorro. Pero Medem rechazó la oferta de trabajar en Hollywood porque esa propuesta le alejaba totalmente de su concepción artística del cine. Esa película al final la realizó Martin Campbell con Antonio Banderas y Catherine Zeta-Jones encarnando los papeles protagonistas.

En 1996 presentó a concurso en la sección oficial del Festival de Cannes Tierra, otro espectáculo visual fascinante resuelto con una genialidad técnica evidente. Medem juega en este film con la contraposición de elementos opuestos (sexo-amor, vida-muerte, locura-razón) y el resultado es un derroche de emoción, misterio y belleza. La preproducción fue un verdadero quebradero de cabeza ya que se tuvo que aplazar el inicio del rodaje varias veces a la espera de Antonio Banderas, que siempre encontraba una excusa para no involucrarse en el proyecto. Hastiado, Medem dio el papel protagonista a Carmelo Gómez, lúcida decisión que favoreció sobremanera a la película. Tierra logró tres premios en la V edición de los premios "El Mundo" al Cine Vasco. Su cuarto largometraje, Los amantes del Círculo Polar (1998), de nuevo marcado por un romanticismo desolador, basaba su trama en un azaroso círculo de amores contrariados. Los temas que obsesionan a Medem -la muerte, el sexo, el amor, el poder del azar en el devenir existencial o el paso devastador del tiempo- aparecían una y otra vez fluyendo en un torrentimágenes cargadas de lirismo y emoción. Por primera vez tuvo un éxito importante de taquilla y dejó de ser un cineasta de minorías. La cinta ganó dos premios Goya, fue elegida mejor película en la XV Semana de Cine Vasco de Vitoria y logró el Premio al Mejor Director y el Premio al Mejor Guión en los Premios "El Mundo" al Cine Vasco. Pero el final trágico del film atormentó a su creador. Tanto que decidió darle una nueva oportunidad a su protagonista femenina y la reencarnó en un personaje llamado Lucía. Esa fue la génesis de su siguiente largometraje Lucía y el sexo (2001), primera película en la historia del cine español rodada con cámara digital de alta definición y hermoso recorrido hacia la luz y la esperanza con el azar, el amor y el deseo sexual como temas recurrentes una vez más. Fue además el mayor éxito de taquilla logrado hasta ese momento en su carrera ya que a finales del 2001 había superado el millón de espectadores. Logró, entre otros, dos premios Goya en el 2001, el Premio del Jurado a la Mejor Película en el Festival de Cine Latino de Dijon, el Premio del Público en los X Premios "El Mundo" al Cine Vasco, el Premio "La navaja de Buñuel" como mejor película del 2001 para el público del programa televisivo "Versión española" o dos premios en el Festival Internacional de Cine de Seattle; el Premio del Público al Mejor Director, -el Golden Space Needle- y el galardón "Emergin Master" que el certamen otorga a cuatro directores que se establecen como potenciales maestros cinematográficos y cuyas películas atestiguan una visión original y un dominio del oficio.

Tras el enorme éxito de esta película Medem presentó en el Festival de San Sebastián La pelota vasca, la piel contra la piedra-Euskal pilota, larrua harriaren kontra, un documental sobre el conflicto vasco que pretendía crear un escenario simulado de diálogo entre todas las partes enfrentadas. En ese sentido el film partió con la desventaja de que dos sectores esenciales del arco político vasco, E.T.A. y el Partido Popular, se negaron a participar. La pelota vasca es un trabajo cinematográfico brillante y su planteamiento es honesto y democrático.

Desgraciadamente la intransigencia del nacionalismo español persiguió con saña la iniciativa para el diálogo de Medem. Tanto es así que el director vasco aparcó un largometraje de ficción "hermano" del documental titulado de manera provisional Aitor. La piel contra la piedra y se lanzó al rodaje de Caótica Ana, emotivo homenaje dedicado a la memoria de su hermana Ana, una artista muerta en accidente de tráfico en 2001 cuando todos, incluido Julio, la esperaban para inaugurar una exposición con su obra. La película, todo un bálsamo terapéutico que ayudó a soportar el dolor de esa pérdida, se estrenó en 2007.

Si bien Caótica Ana superó los 200.000 espectadores en taquilla, una cifra por encima de la media de cualquier estreno español, quedó lejos del éxito cosechado por Los amantes del Círculo Polar y por Lucía y el sexo. Pobres números, en suma, para una película que estaba destinada a llegar a un público más amplio. Ante este abandono de sus seguidores Medem se vio abocado a una crisis personal, azuzada por la dureza con que se empleó la crítica. Después de un golpe así necesitaba empezar de cero y alentado por el hecho de que Caótica Ana tuviera una mejor acogida en el exterior apostó por un cambio en su cine y se involucró en proyectos a rodar en inglés y fuera del Estado español. La preparación del largometraje Pericles y Aspasia, una historia de amor ambientada en la antigua Grecia, sirvió a Medem de catarsis ya que al sumergirse en el arte y la filosofía griega para ambientar la acción encontró una verdadera liberación. En todo caso el primer proyecto que prosperó fue Room in Rome-Habitación en Roma, una película apasionada y erótica inspirada en En la cama de Matías Bize. Ya antes del estreno Room in Rome se vio envuelta en la polémica al circular por la red un trailer que, además de ilegal, -no contó con la supervisión del director vasco-, daba una imagen -según declaró el propio Medem- distorsionada y gratuita de su nueva aventura cinematográfica. La secuencia de imágenes colgadas en internet sugería que Room in Roma es una obra de carácter pornográfico cuando en realidad se trata de una hermosa y emocionante historia de amor narrada con la sensibilidad que caracteriza a su autor.

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