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Larrañaga Lizarralde, Jesús

Jesús Larrañaga nació el 18 de noviembre de 1926 en Mondragón, Gipuzkoa.

Su padre era Alejo Larrañaga y su madre Prisca Lizarralde.

A los catorce años, ingresó en Unión Cerrajera de Mondragón (UCEM) a través de la Escuela de Aprendices, y cinco años más tarde, en 1945, terminó los estudios de Oficial Industrial Mecánico. Después de estudiar en la Escuela Profesional de Mondragón, consiguió el título de Ingeniero Técnico Industrial Mecánico en la Escuela de Peritos Industriales de Zaragoza.

En aquél entonces, a causa de su frágil salud, Jesús Larrañaga, pasó un tiempo retirado, descansando y reponiendo fuerzas. Por esa razón en numerosas ocasiones no pudo acudir a Zaragoza con sus compañeros a realizar los exámenes. Finalmente, y después de estudiar por su cuenta, logró el título en 1952.

Entre 1940 y 1955 (excepto 1954-1955, que trabajó en la fábrica Vetusta de Oviedo) permaneció en UCEM, primero como técnico proyectista y después como profesor de la Escuela de Aprendices.

Un año después, se casó con Carmen Galdós, con quien tuvo cuatro hijas.

Después de trabajar en el proyecto de creación de Ulgor, S.Coop. (ahora Fagor electrodomésticos), entró a trabajar en ésta. Es sabido que cada letra del nombre de la empresa correspondía a uno de los fundadores, y la "l", es de Larrañaga.

Jesús dedicó su vida laboral al cooperativismo. Entre 1955 a 1963 fue Director Comercial de Ulgor. Desde 1963 a 1964, gerente de la misma empresa. Los cinco años siguientes trabajó en la división empresarial de Caja Laboral Popular (ahora LKS). Un año después, en 1970, volvieron a nombrarle gerente de Ulgor, S.Coop, y estuvo en ese cargo durante once años. Después de pasar por la dirección de Operaciones Internacionales del Grupo Fagor entre 1981 y 1991, comenzó a trabajar como asesor de Mondragón Corporación Cooperativa.

Larrañaga fue uno de los creadores de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), llegando a ser su presidente. Fue miembro de la directiva de la Asociación Nacional de Industrias Electrónicas (ANIEL), y presidente de ANFEL (Asociación Nacional de Fabricantes de Electrodomésticos).

Jesús Larrañaga fue el primero que diseñó las claves de la comercialización en los comienzos del cooperativismo. Su magnífica intuición y la propia capacidad para relacionarse fueron muy importantes a la hora de llevar adelante aquel trabajo. Según su amigo José María Ormaechea, no había mejor persona que Jesús para esa tarea.

Entre los años 1964 y 1965 quiso estudiar economía y para ello se apuntó a unos cursos organizados para directivos. Los profesores eran de la Facultad de Ciencias Económicas de Sarriko, en Bilbao, y las clases se impartieron en el Hotel Amaya de Gorliz. En los seis meses de duración de aquellos cursillos, se hizo con un amplio conocimiento sobre teoría económica, algo que más adelante le sería muy útil para su trabajo empresarial.

A tenor de lo que dicen sus entonces compañeros de trabajo, la capacidad positiva de Larrañaga hacia la novedad y su confianza en el futuro, fueron el mejor legado que pudo aportar al cooperativismo que les tocó vivir. Nombrado gerente de Ulgor, redactó el Manual de Valoración de personal, auténtica revolución en este apartado, si bien - por ello mismo- fue motivo de aceradas críticas. Larrañaga tenía presente, que en el mundo de las cooperativas, además de conocimientos técnicos, eran necesarios los valores humanos. Para él no era suficiente el hacer cosas; veía fundamental el difundir las acciones, ya que estaba convenido de que el que actúe así, es el que consigue el objetivo.

Jesús Larrañaga era un cooperativista nato. Aceptaba las reglas de juego solidarias de mantener una diferencia entre los sueldos. Pero al mismo tiempo, y en la medida posible, se acercaba a todos los que necesitasen de su ayuda, bien si era amigo o recién conocido, rico o pobre. Los que le conocían resaltan su afán por el trabajo: inmenso, ininterrumpido, en una palabra, generoso.

Jesús fue un enamorado de la formación continua, algo que aplicó sin dudar en su propia trayectoria profesional y personal. Y la razón para ello fhay que encontrarla en su curiosidad intelectual. Era una persona que relativizaba las situaciones de tensión o crisis de la vida social. Según sus amigos, Larrañaga veía a quien hablaba con él como fuente de raciocinio y mensajero de alguna verdad.

Entre sus aficiones estaban leer, escribir e ir al monte. Además fue un gran conferenciante, tanto en círculos cercanos como en los foros geográficamente más diversos. En ellas exponía con claridad su criterio sobre los temas que se analizaban. Y si era necesario, hablaba sobre su propia experiencia y escarmiento en el terreno de la economía, empresa y vida social.

En 1981 escribió Don José María Arizmendiarrieta y la experiencia cooperativa de Mondragón. Se podría definir como una biografía-ensayo. En él no pensó como poeta, pero escribió como un fiel narrador sobre la figura más conocida del fenómeno Mondragón.. El lector debe de realizar la lectura de este libro con sosiego e intuición .

En 1998 publicó un segundo libro: El cooperativismo de Mondragón. Interioridades de una Utopía. Habla sobre la creación y consolidación de las cooperativas de Mondragón, por medio de las experiencias de sus principales protagonistas. En la reflexión sobre la sociedad que hizo posible la experiencia, Larrañaga refleja en el libro a una triste y desesperada sociedad de la postguerra. Se dio en ese ambiente el despegue de los años sesenta. Una era de grandes ilusiones, y de los primeros sobresaltos. Jesús muestra al lector la experiencia vivida. Junto a los grandes acontecimientos de la cooperativa, intenta exponer los lados más oscuros y desagradables de la trayectoria, resaltando el esfuerzo para adaptarse a la estructura corporativa de hoy en día, en un mar de crisis de crecimiento.

La gestión profesional de alto nivel que Larrañaga llevó a cabo en sus años laborales no impidió que también se imbricara en la vida social más popular. Incluso se adentró en el mundo de la política, habiendo estado afiliado a ESB y EA. Amigo de los amigos, fue miembro de la Sociedad Udalpe de Arrasate, y fue quien coordinó el libro que se publicó para celebrar el 50 aniversario de esta entidad recreativa.

Jesús Larrañaga Lizarralde falleció el 7 de mayo de 2004.