Écrivains

Jauregi, Koldobika

Jautarkol. Errenteria, 1896-1971.

Luis Ramón Jauregi Etxenagusia nació el 21 de junio de 1896 en Rentería y murió el 2 de febrero de 1971 en Zarautz. El seudónimo "Jautarkol" es resultado de la unión de varias sílabas de su nombre y apellido: de "Jauregi'tar" tomó la primera y la última, "Jau" y "tar", y de Koldobika la primera, "kol". Renteriano, escribió mucho sobre su localidad natal.

Con trece años se trasladó a Santander e ingresó en la Universidad de Comillas. Se licenció primero en Derecho y se doctoró posteriormente en Teología. Durante estos años de estudio, influyeron notablemente en el joven Jautarkol dos figuras relevantes: Orixe y José María Estefanía. Del primero heredó el amor por la lengua y cultura vascas y del segundo obtuvo grandes conocimientos acerca de la poesía española (tanto clásica como moderna). En esos años publicó, asimismo, varios trabajos literarios en las revistas Euzkadi, Euskal Erria, Irugarrengo Prantziskotarra, Argia, Zeruko Argia, Rentería y Euskal Esnalea.

De vuelta en el País Vasco, Jauregi ejerció de sacerdote en diversas localidades. Hasta pasada la Guerra Civil vivió en Salinillas de Buradón, Atáun San Gregorio, Altzo Muño y Anoeta. De su estancia en Altzo, cabe destacar el ambiente euskaldun que logró fomentar en su casa, en el que se reunieron personalidades como José Antonio Agirre (el que sería primer lehendakari) y su mujer Maritxu, Lizardi, Dioniso y Anizeto Olano, Antonio Labaien y Pío Montoia. Se trata de un periodo en el que, además de recibir diversos premios, Jautarkol colabora con artículos para El Día de Donostia y publica el poemario Biozkadak. Su estancia en Anoeta fue prolífica, no solo en lo que se refiere a su vertiente creativa, sino también por el trabajo realizado por el fomento de la cultura vasca.

La Guerra Civil y la posguerra interrumpieron, sin embargo, toda la labor llevada a cabo por Jauregi hasta el momento. El periodo de la conflagración resultó duro para el escritor: muchos de sus amigos se vieron obligados a huir y otros, como Aitzol o Martin Lekuona, fueron fusilados. A pesar de que Jautarkol no tuvo un papel activo en política, lo metieron preso en los Escolapios de Tolosa y allí permaneció hasta que un sacerdote carlista logró liberarlo. La posguerra, como he señalado ya, tampoco fue fácil. El obispo franquista Lauzirika, con el fin de arrinconar a Jautarkol, lo envió a dos pequeños pueblos próximos a Beasain y Azpeitia. Elixabete Perez Gaztelu denomina a este periodo de la vida de Jautarkol como "largo silencio":

"La guerra le dejó una gran herida interior: en lo referente a sus publicaciones, los años de Matxibenta y Urrestilla constituyeron años de silencio para Jautarkol. Entre 1936 y 1952 no publicó poesía" (2002: 12-13).

Vivió sus últimos años en Zarautz. En 1958 pasó a ser capellán de los carmelitas de esa localidad. Además de publicar algunos artículos, su actividad destacada de este tiempo consistió en la traducción al euskera de La familia de Pascual Duarte en la editorial Itxaropena dirigida por Sabin Unzurrunzaga. En 1965 recibió el nombramiento de miembro correspondiente de la Academia de la Lengua Vasca.

En cuanto a su carácter, Elixabete Perez Gaztelu menciona su elocuencia y sociabilidad. Sostiene asimismo que las dos columnas que sustentaban su vida eran la religión -la fe cristiana era, según su parecer, la esencia de la sociedad- y la cultura vasca. Si bien el primer aspecto puede parecer propio de un hombre conservador, el segundo desmiente esta idea:

"aquel que lo considere conservador deberá reconocer, a la luz de sus escritos sobre la cultura y literatura vasca y el porvenir del euskera, que se enfrenta a un Jautarkol de otra clase: renovador, abierto al progreso" (2002:17).

Por último, en lo referido a su obra, Jautarkol se prodigó en géneros muy diversos, tanto en euskera como en castellano. En poesía, la aportación más reseñable es el poemario Biozkadak (1929). La importancia de esta obra radica, por un lado, en su valor literario, puesto que introdujo nuevos modelos en la poesía vasca, y, por otro, en su influjo social. El grupo Euskaltzaleak consideró que el libro merecía un homenaje y organizó la "Euskal Olerti Jaia". A partir de entonces, esta fiesta de la poesía se celebró anualmente y en ella participaron poetas de la talla de Lizardi, Loramendi y Jokin Ziltegi. Santi Onaindia sostiene lo siguiente sobre la poesía de Jautarkol:

"Jautarkol tenía un alma especial, y eso es precisamente lo que nos dejó, temblando, en sus versos, como una gota al borde de la hoja. Las imágenes que empleó para transmitirnos sus tristezas y alegrías eran adecuadas, serenas y atentas. Las ideas y pensamientos que creó su mente lúcida resultaban sencillas de comprender para la mayoría" (1977).

Su obra en prosa consta de tres libros de cuentos -Egizko edertasuna (ipuin luzea) (1923), Ipuiak (1924) e Ipuiak (1954) de nuevo, todos ellos fáciles de leer, como ya señalara Onaindia- y dos libros que oscilan entre el ensayo y la biografía -Xenpelar bertsolaria (1958) y "Loramendi" olerkaria, aren garai barruan ikusia eta aztertua (1959).

Tradujo, como se ha señalado ya, la novela del Nobel español Camilo José Cela -Paskual Duarte'ren sendia (1967)- y publicó multitud de artículos y ensayos breves en las principales revistas de la época (Zeruko Argia, Yakintza, Euzko Gogoa, Euskal Esnalea, Ekin, Bertsolariya) y en el periódico El Día.