Villes

Estella - Lizarra

Discordias civiles. En 1322, los habitantes de Estella se hacían la guerra, renovando las discordias de tiempos anteriores y sobre las cuales habían hecho cierta composición y se deshizo porque Sancho Ponz, hijo de Sancho Ponz, franco de Estella, había muerto a Ponzet, hijo de D.ª Juana Pelegrín, especiero. El gobernador Alfonso Robray pasó al arreglo de estas discordias y consiguió transigirlas con acuerdo de las familias interesadas, que convinieron en hacer paz, fin y tregua para cien años y un día; que cualquiera de ambas partes que matase a otro se le juzgase como a traidor quebrantador de treguas; que Sancho Ponz pudiese entrar salvo y seguro en Estella; que quien en lo sucesivo matase fuese ahogado en agua pagando, además, 25 libras de sanchetes por homicidio al rey y que, hecha la justicia por el preboste, fuese entregado el cuerpo a los parientes para que lo enterrasen; el que hiriere a otro, no siguiéndose la muerte, debería pagar el dicho homicidio, y no teniendo con qué, sufriese un año de prisión; que si algún agresor de éstos huyere, fuese acotado, y que en ningún tiempo pudiese volver a Navarra hasta haber pagado o sufrido un año de prisión; que los matadores ausentes fuesen encartados fuera del reino para siempre y además pagasen 25 libras; y que esta pena de homicidio se entendiese salvo el privilegio que el rey don Teobaldo había concedido a Estella acerca de ello. Sin embargo de esto, no cesaron las querellas, pues consta que en el año siguiente Juan Pate, deán de Chartres, Hugo de Visac y Alfonso Robray, comisarios inquisidores o reformadores del reino por el rey, mandaron deshacer dos cofradías en Estella, porque, siendo al parecer enemigas, fomentaban los bandos en daño del pueblo menudo; para este efecto hicieron comparecer en Pamplona a los mayorales de dichas dos cofradías que eran de la una D. Andrés Santa Cruz, mayoral, Santa M.ª del Puy o de los sesenta, don Benedit de Limoges y D. Lope de Beguria; y de la otra llamada Santa María de Salas, D. Gil Sanchiz, D. Pere Ponz Marín y D. Pere Ponz Matheu, a los cuales excitaron los comisarios a manifestar el medio de que hubiese sosiego; pero respondieron que no lo encontraban; propusiéronles en seguida que se refundiesen las dos cofradías en una, reuniéndose la de los sesenta a la de Santa María o viceversa, mas eillos queriendo usar de su rebelion, como hasta agora, respondieron que non lo podían facer; en cuya vista los comisarios, en cumplimiento de las órdenes del rey, declararon deshechas ambas cofradías mandando que los bienes de ellas fuesen puestos a manos del rey para mantener exclusivamente las capellanías, limosnas y aniversarios a que las habían aplicado sus fundadores: caj. 6, n. 23. Con esta providencia se suspendieron las hostilidades en Estella.