Poètes

Enbeita, Kepa

Urretxindorra. Muxika, 1878-1942.

Fue bautizado en la iglesia de Muxika (Bizkaia) con el nombre de Pedro en 1878, aunque más tarde sería conocido como "Urretxindorra" (ruiseñor). En su barrio era conocido en un principio con el pseudónimo de "Pedro-Jeuri". Su padre tenía también el sobrenombre de "Txotxo-Jeuri" y en ocasiones actuó como bertsolari y escribió algunos bertsos en más de una ocasión. Mamó en casa la afición al bertso aquél que entonces no sabía que iba a ser uno de los que más impulsó el bertsolarismo en Bizkaia, un bertsolarismo que en Gipuzkoa estaba ya en situación álgida.

De pequeño le gustaba comprar hojas sueltas de bertsos. Las coleccionaba y aprendía de memoria en cuanto. También le gustaba escuchar a bertsolaris. Él mismo empezó pronto en el bertsolarismo improvisado. También empezó a escribir pronto. Los bertsos escritos hasta 1903 carecían de intencionalidad ideológica (o política), pero no estaban faltos de chispa y brillo expresivo. Un ejemplo de ello son "Los bertsos de la vaca vieja" (Behi zaharraren bertsoak). Desde aquel año en adelante, sus bertsos escritos empezaron a tomar un peso ideológico claro. Empezó a tomar parte también en algunas competiciones. Cuando contaba con 25 años, en un concurso en Ondarreta (Getxo) resultó ganador por delante de Txirrita y algunos bertsolaris gipuzkoanos.

En aquella época conoció a Jon Arrospide, médico que ejercía su profesión en Muxika. Era nacionalista y jeltzale. Se hicieron amigos y las explicaciones del médico, abrieron un nuevo horizonte ante los ojos de Kepa Enbeita: se percató de la trascendencia de su labor de bertsolari y abandonó el lenguaje vulgar que utilizaba hasta entonces, acometiendo una nueva temática y un nuevo estilo. Mientras, quemó casi todos los bertsos que había escrito hasta entonces, señal de que quería emprender una nueva etapa. Una de las manifestaciones de esa nueva actitud es que a partir de 1905 viajó por muchos rincones de Euskal Herria sembrando la semilla y el mensaje jeltzale.

Se le consideró el bertsolari oficial del Partido Nacionalista Vasco. Era muy fogoso y ortodoxo al componer bertsos de temática patriótica. Los ponentes de los mítines tenían el bertso como elemento complementario. Su lenguaje también sufrió cambios: incorporó, entre otros elementos, los términos, los neologismos que proponía Sabino Arana en sus reglas ortográficas. Pero aparte de su modo de expresión, en cuanto a su imaginario, a sus sentencias y a su expresividad, siguió cultivando de algún modo el estilo popular y sentido lo que le proporcionó éxito entre sus oyentes.

Sus actuaciones ante el público no abarcaban su comunicación por medio del bertso, pues también desarrolló una importante producción escrita, como estaba de moda entonces por el surgimiento de publicaciones periódicas que se nutrían de, entre otras, composiciones en bertso. Casi todas las semanas enviaba bertsos a revistas como Ibaizabal, Gaceta del Norte, Aberri, Euzkadi, Euzkel-laguntza, Euzkerea, Karmen'go Argia, Jaungoiko-Zale, Ekin, Argia y Napartarra, con gran frecuencia de publicación. La época de las hojas sueltas de bertsos empezaba a quedar atrás y para bertsolaris como Kepa Enbeita el publicar en estas revistas era una ocasión de urbanizar y dignificar el bertsolarismo por medio de los medios de comunicación modernos, para llegar al máximo de euskaldunes lectores posibles.

Los premios llegarían pronto. En 1914 la asociación de Buenos Aires Nekoetxea le concedió el premio "Euzkadi". En 1921 Euskaltzaindia (Academia de la Lengua Vasca) le concedió el premio de poesía en un certamen organizado en Durango en homenaje a Astarloa. La asociación de Iparralde Gure Herria le otorgó un premio de la sección de poesía en 1924. Recibió varios homenajes durante su vida. Por ejemplo, en Eibar (1922); otro en Bilbao, en el Euskalduna (1923), estando presentes el historiador y escritor Arturo Kanpion y el político Manuel Irujo.

A pesar de recibir homenajes y alabanzas, no se hizo ningún compendio de sus obras mientras vivía. La primera, después de su muerte, fue Milla euskal-olerki eder (1954) dentro de un voluminoso libro que reunía mil composiciones poéticas en euskera. La segunda fue Enbeita oleskaria (Itxaropena, Zarautz, 1966) que reunía 116 composiciones. La tercera y la más extensa fue Gure Urretxindorra (1971), publicada en Buenos Aires en la editorial Ekin: reunía 372 composiciones, siendo Santi Onaindia el editor de la obra.

Aunque era un bertsolari improvisador, nos han quedado sobre todo sus bertsos escritos. Esto no conlleva evitar las técnicas de composición oral que hubiera utilizado en el ejercicio del bertsolarismo. De hecho, es clara la composición en función del último punto (como la de los bertsolaris). Se nota que los modelos y el final de cada bertso son ricos en recursos, pues utiliza las tácticas que utilizaría en su ejercicio improvisado del bertso: posturas patéticas, personificación de los conceptos, modulación de la expresión, elipsis, complicidad con el receptor, etcétera. Sobre todo, el bertsolari muxikarra trataba de influir en la afectividad de su receptor euskaldun para persuadir a su inteligencia. Por sus cualidades, se le ha considerado como "oleskari", algo entre medio entre bertslolari y poeta.

En cierta medida, cultivó su propia imaginería, tomando elementos de la naturaleza como símbolo y metáfora. Se vislumbran también influencias de los compositores de bertsos anteriores a él, como por ejemplo la de Felipe Arrese Beitia. En cuanto a la temática de sus poemas y bertsos (no está claro el límite de entre ambos), es claro que destacan los temas patrióticos y religiosos. Son también muchos los bertsos laudatorios dedicados a personalidades, amigos y conocidos. Los que completan unos cuentos o narraciones breves son también abundantes. Los bertsos escritos esporádicamente de tono sarcástico e irónico (escritos con gracia popular, dicho sea de paso), no oscurecen el rastro humanista que fluyen de sus escritos. Por eso fue tan visitado cuando ya estaba muy enfermo y por eso reunió un gran gentío en sus funerales, después de que el 12 de diciembre de 1942 el "urretxindorra" de Muxika exhalara su último aliento.