Toponymes

Colombia

La aportación vasca en Colombia no termina a principios del siglo XIX. En la conquista y en la colonia, como hemos visto, llegaron los vascos a América como funcionarios de la corona. Arribaron también, en calidad de simples inmigrantes, a afincarse en las nuevas tierras. Sus descendientes, en grado sobresaliente, actuaron en la empresa emancipadora. Los apellidos trasplantados del País Vasco aparecen en todas las organizaciones, juntas, cabildos y comandos de guerra de las campañas independentistas. En la Junta Suprema de 1810. En la Declaración de la Independencia de Cundinamarca. En el Memorial de Agravios de Camilo Torres. En el Acta de la Independencia, el 20 de julio, en Bogotá, y en la de Cartagena.

En las campañas militares continentales rodean al Libertador Bolívar numerosísimos nombres vascos, cuya cita sería interminable. Anotemos éstos: los Ansoategui, Baraya, Ricaurte, Villavicencio-Barástegui, D'Elhuyar, Sabarain, Urdaneta, y los de estas heroínas: Policarpa Salabarrieta, Eugenia Arrázola, María Josefa Esguerra, Rosa Zárate, y el de la patriota americana del Valle de Upar, María Concepción Loperena Ustaris. En las listas de los fusilados, agarrotados, arcabuceados y ahorcados por Morillo, Sámano y otros jefes realistas, llegan a 43 los mártires de la libertad grancolombiana con nombres de fonética vasca. Hay en la guerra magna, en el ejército independentista, vascos e hijos de vascos de primera generación como los Campo Larraondo y los Dorronsoro. A la batalla de Puente de Boyacá la hacen definitiva tres nombres. Junto al de Santander, los de Bolívar y Ansoátegui.

Después, en el siglo y medio de vida independiente, los descendientes vascos que se instalaron en Colombia en los siglo XVI al XVIII, se hacen sentir en todas las manifestaciones de la República. Para resaltar solamente algunos datos, basta advertir que entre los presidentes de Colombia ha habido 23 con apellidos vascos. En las letras brillan figuras tan relevantes como José María Vergara y Vergara y Rufino Cuervo y Urisarri y en las ciencias Ezequiel Uricoechea y Enrique Pérez Arbeláez. Es así que al repasar la historia del régimen republicano en La Gran Colombia, los nombres vascos siguen ocupando jerarquías del Estado, del Ejército y de la Iglesia. En el Congreso de Angostura, en las primeras misiones diplomáticas, en la constituyente de Cúcuta, en las campañas del sur de la actual Colombia, abundan los próceres, hombres de gobierno y de armas con marcados apellidos de contextura vasca. Lo mismo sucede en la Nueva Granada republicana y en los Estados Unidos de Colombia, períodos distintivos de la historia de Colombia. Los nombres vascos de familia están presentes en la política, las ciencias, la religión, las armas, las artes y las letras. Por todo eso, el máximo poeta colombiano, el maestro Guillermo Valencia, cantó al aporte vasco en estos versos: "El cancroso pilar de Guernica / Mil renuevos a América dio".