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Chávarri y Salazar, Victor Francisco (version de 1977)

Industrial vizcaíno nacido en Portugalete el 23 de diciembre de 1854. Fue una de las figuras meridianas de la revolución industrial vizcaína que parte de la explotación intensiva de las minas en el último tercio del siglo XIX. Personalmente explotó varias en Bizkaia, tales como la Escarpada, San Pedro, Berango y Montefuerte. Hizo los estudios de ingeniero en Lieja (Bélgica). Fue fundamental para la industria vizcaína la fundación, en 1882, de La Vizcaya, Sociedad Metalúrgica, empresa que estableció en Sestao con la finalidad de elaborar todo tipo de hierros y aceros. Para ello tuvo como socio a Gandarias, industrial y hombre de negocios, y él mismo desempeñó, desde sus comienzos, el cargo de secretario y gerente de la que más tarde (1901) constituirían, junto con la Iberia y Altos Hornos y Fábricas de Hierro y Acero de Bilbao, los famosos Altos Hornos de Vizcaya. Funda también Hulleras del Turón, empresa pionera de la minería asturiana, preside el ferrocarril de Santander a Bilbao que en 1889 se hizo con la línea Bilbao Las Arenas-Plencia, funda el tranvía eléctrico de Bilbao, los Talleres de Miravalles y, en 1892, la S. A. Basconia (junto también con Gandarias) que, comenzando a funcionar en 1894, producía hojalata para la industria conservera. Su nombre figura entre los primeros accionistas fundadores de la S. A. Bolsa de Comercio de Bilbao (1889). Presidió asimismo el Instituto del Hierro y del Acero. En política formó parte del grupo oligárquico denominado gráficamente La Piña, que hizo y deshizo las elecciones en Bilbao y región minera. Fue senador y diputado a Cortes desde 1885 a 1890, teniendo como más directo competidor político a Martínez de las Rivas. En las elecciones generales de 1891 fue candidato «liberal» -más por su amistad por Sagasta que por cualquier otro motivo-, frente a M. de las Rivas, conservador, y F. Perezagua, PSOE. Al año siguiente encabezó la oposición al librecambismo oficial aglutinando en torno a sí a la mayoría de los industriales vizcaínos. En las elecciones de 1893 su actuación en este sentido fue fundamental y en 1895 ingresaba en el Partido Conservador poniendo así acordes sus concepciones políticas y su praxis diaria. En 1897 se ganó la antipatía de un gran sector de la opinión -incluso no socialista- al hacer invalidar la elección de tres socialistas ganadores en las elecciones locales, alegando retorcidas razones legales de irregularidad en el empadronamiento y escasa solvencia económica de los electos. Por estas razones y como creador de la temida Liga Vizcaína de Productores, fue la cabeza visible del patronato fabril y minero en una época de ásperas luchas, en la que el proletariado, en su mayoría inmigrante, pugnaba por hacerse un lugar en la administración pública de Bizkaia y alcanzar una representación en Cortes. A su muerte, acaecida a temprana edad (Marsella, 29 de marzo de 1900), el ayuntamiento de Portugalete abrió una suscripción pública para erigirle la estatua que, desde 1903, puede verse en la plaza de su villa natal. De su inmenso poderío y capacidad maniobrera dan idea los comentarios de P. Gaminde en La Quiebra y los del Dr. Areilza en su Epistolario: «Vosotros creéis que Dios es como Chávarri, que va por la mañana al escritorio y le dice al dependiente, mientras ve los papeles: Hoy, que llueva; que le toque la lotería a Mauricio el de Belosticalle; que se muera la gorda de las Ollerías y que le den viruelas al barrendero tuerto...» «Nos habíamos acostumbrado al despotismo y a la dictadura... ¿Quién le sucederá? Si fuera posible condensar gráficamente en una palabra la representación futura del cacicato de Vizcaya, diría que el cacique es un pedrusco de mineral en el que tiene parte Allende, Chávarri, Martínez Rivas, Gandarias e Ybarra». Parece ser que no hizo los méritos suficientes para alcanzar del Gobierno un título nobiliario como los que obtuvieron su hermano Benigno (Marqués de Chávarri) y su hijo homónimo (Marqués de Triano).

Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA