Concept

Carnavales Rurales de Ilarduia, Egino y Andoin

Los actos dan comienzo en Ilarduia con una comida, invitando a las autoridades al ágape. Concluido éste, se dirigen al txoko de la localidad para disfrazarse de porreros. Desde allí sale la comitiva.

Los disfraces grupales son: "Gordos", "Cubiertas", "Ceniceros", "Puntillas" y "Colores". Máscaras, pañuelos, huesos o pintura ocultan su rostro, contribuyendo los sombreros a disimular su identidad. Portan en sus manos palos, escobas, horquijas o sardas, putxikas, crines de caballo y baldes con ceniza. No faltan los instrumentos con los que producen una fuerte algarabía: cencerros, cascabeles, carracas y txipli-txaplas (matracas). Los disfraces individuales son: la Vieja, la pareja de Novios, el Cura y los Monaguillos, los Porreros Mayores, el Quincallero, los Hojalateros, los Bueyes y el "Hombre Sangriento".

El toque de cuerno señala el inicio del recorrido. Desde Ilarduia a Egino el Hombre de Paja es transportado a lomos de un burro; allí lo cambian a un carro con aulagas, arrastrado por dos Bueyes. A lo largo del recorrido, de vez en cuando, los disfrazados le golpean y maltratan.

Los porreros recorren los pueblos al son de la música y la danza, pidiendo en algunas casas y robando en otras. Durante el recorrido los niños desafían con su retahíla a los disfrazados, los cuales tratan de atrapar a alguno de ellos para darle un buen escarmiento. Al pasar junto a los respectivos cementerios, la comitiva camina en silencio, en señal de respeto; sólo se escucha la txalaparta, como homenaje a los antepasados. En Egino, antes de partir hacia el último pueblo, reponen fuerzas con una animada chocolatada y torrijas.

En los límites jurisdiccionales entre pueblos hay cambio de Porrero Mayor, con el correspondiente traspaso de makila. En cada uno de los tres pueblos será una persona del lugar la que dirija a la comitiva.

Ya de noche, el grupo carnavalesco se adentra en el último pueblo, Andoin. Las antorchas se muestran con una estela de luz a su paso. En el recorrido por el pueblo surge el Hombre Sangriento.

En esta última localidad el Hombre de Paja es condenado y ejecutado. Alejados los males, en torno a la hoguera danzan porreros y visitantes, al son de la música. El festejo culmina con una cena popular, después de que propios y extraños han degustado un aperitivo preparado por los lugareños.