Territoires

Bizkaia. Geografía

El territorio histórico de Bizkaia se inserta dentro de la macrounidad denominada Pirineos y, más concretamente, forma parte de los Montes Litorales, los cuales, a su vez, están integrados por el Anticlinorio de Bizkaia, el Sinclinorio de Bizkaia y la Franja Alóctona de Lekeitio-Tolosa o Anticlinal Norte de Bizkaia.

La estructura de la Cordillera Vascocantábrica es el resultado de una serie de procesos geodinámicos que han tenido lugar durante el Mesozoico y el Terciario. Los procesos de "rifting" y la deriva antihoraria de la placa ibérica marcan esta evolución. La colisión con Europa determina la aparición de los Pirineos y su prolongación occidental: Montes Litorales, Sierra de Cantabria, etc. Litológicamente, predominan los materiales Mesozoicos (flysch cretácico, calizas, dolomías y margas Jurásicas, areniscas, conglomerados, arcillas y yesos del Triásico, calizas urgonianas, formaciones detríticas supraurgonianas...) y, en menor grado, los Terciarios (lutitas y areniscas paleocenas-eocenas). Las estructuras zonales, típicas del Pirineo, se modifican sustancialmene hacia el oeste, ya que la existencia de una serie de núcleos paleozoicos emergidos durante el plegamiento Pirenaico perturbaron el trazado de los pliegues, adoptando éstos un dispositivo en arco que recibe el nombre de "Arco plegado vasco".

En Bizkaia, los materiales presentan un trazado noroeste-sureste que, al penetrar en Gipuzkoa, se incurvan adoptando una orientación oeste-este, primero, y suroeste-noreste después, dibujando un arco con concavidad norte. La red hidrográfica presenta un marcado carácter torrencial. Son ríos cortos (50-60 km) que deben salvar importantes desniveles en reducidos intervalos, modelando una serie de valles estrechos, de perfil transversal en V y de acusado perfil longitudinal. Todos estos ríos, -excepto el tramo final del sistema Nerbion-Ibaizabal y el Mungia-, inciden transversalmente las estructuras mencionadas anteriormente, modelando una serie de valles de trazado general sur-norte, estrechos y escarpados, separados por interfluvios abruptos, sobre todo cuando predominan los afloramientos de rocas duras. La red fluvial secundaria se encaja paralelamente a las estructuras dibujando ángulos más o menos rectos cuando conecta con la red principal.

Los Montes Litorales se caracterizan por presentar relieves de cabecera típicos de una zona de montaña media, con alturas entre los 1000 y 1500 metros. Una segunda característica es la escasa masividad de las estructuras (< 500 km²), con neta discontinuidad del relieve y una situación de proximidad al litoral muy acusada. Merece destacarse la importancia de las morfoestructuras calizas que van a constituir los relieves dominantes en cabecera y en los interfluvios, presentando éstos un típico modelado kárstico, tanto a nivel del exokarst como del endokarst. El resultado de todo es una serie de cuencas hidrográficas alargadas drenadas por cursos de perfil longitudinal marcadamente fluvio-torrencial (2-3 % de pendiente media, aunque en cabecera se rebasa el 50 %). Son cuencas pequeñas (< 1000 km², excepto la del Nerbion-Ibaizabal), de trazado dendrítico, alimentación pluvial y discordantes con la estructura. Los valles fluviales presentan perfiles transversales en V, muy marcados, con un relleno de fondo de valle exiguo, tanto longitudinal como transversalmente. Todos los cursos de agua importantes alcanzan el litoral mediante una serie de estuarios, del tipo ría, parcialmente colmatados por sedimentos Holocenos.

La costa es claramente estructural, puesto que la dinámica litoral actúa sobre flancos de pliegues o reversos monoclinales, lo que determina un modelado ligero que se traduce en una costa inaccesible, escasamente sinuosa y sumamente erosionada. Dentro del ámbito costero podemos diferenciar diversos tramos de características contrastadas:

a) Costa transversal. Estos espacios se caracterizan porque los pliegues adoptan un dispositivo NNO-SSE (anticlinal de Galdames, sinclinal de Getxo), siendo atacadas las estructuras perpendicularmente por las olas y temporales del NO. Este tipo de costas se desarrolla entre la punta de Covarón (Cantabria) y el Cabo Billano (Bizkaia). Morfológicamente, predominan los acantilados labrados por el mar a expensas del flysch cretácico y terciario y de las calizas paleocenas. La existencia de materiales de dureza desigual ha favorecido el desarrollo de una amplia plataforma de abrasión salpicada de derrubios procedentes de los acantilados periféricos. Las zonas de acumulación son escasas, quedando restringidas al interior de las bahías y ensenadas: playa de Ereaga (en el Abra), playa de la Arena, playa de Arrigunaga y la playa de Gorliz. A lo largo de la costa aparecen las playas de Azkorri, Arriatera y Atxibiribil, todas ellas de reducido tamaño y situadas al amparo de salientes rocosos que favorecen la acumulación arenosa. El resto de la costa es una sucesión de acantilados verticales de hasta 50 metros de altura (Punta Galea), promontorios y puntas rocosas, tal y como se observa en Covarón, Astondo, Alpenerri, Musques, etc. Este dispositivo litoral se ve interrumpido por las rías de Somorrostro, Nerbion y Plentzia, que no son sino antiguos valles fluviales (hasta 100 metros de profundidad en Bilbao) invadidos por el mar y colmatados por sedimentos fluviales, marinos y coluviales. Mención especial merece la rasa de Punta Galea que puede definirse como una plataforma de abrasión de edad Pleistocena, modelada por las olas, que se sitúa a más de 50 metros por encima del nivel marino actual.

b) Tramo oblicuo. Abarca el espacio comprendido entre el Cabo Billano y la ría de Urdaibai. Estructuralmente, los pliegues se disponen oblicuos al litoral (dirección NNO-SSE) lo que facilita su desmantelamiento erosivo. Todo ello determina el desarrollo de una costa sinuosa y recortada, con numerosos entrantes y salientes y un índice de sinuosidad moderado. En el modelado litoral ha desempeñado un papel fundamental el complejo diapírico del Sollube y los relieves situados al norte del Ibaizabal. A partir de Billano se suceden una serie de sectores de características distintas, pudiendo diferenciar:

  1. Sector Billano-Bakio. Predominan las margas, arcillas y areniscas con eventuales intercalaciones de calizas y conglomerados, lo que determina el desarrollo de una costa rectilínea, únicamente interrumpida por algunas puntas y ensenadas, pudiendo destacar la punta de Monte Grande de Arminza, la ensenada del mismo nombre y la punta Barasorda.
  2. Triásico de Bakio. Aquí afloran las margas, yesos y ofitas del Keuper, lo que ha favorecido su desmantelamiento modelándose una costa muy sinuosa.Urgoniano de Gaztelugatxe. Es el tramo costero más espectacular. Litológicamente, predominan las calizas arrecifales, duras y masivas, lo que determina el desarrollo de una costa abrupta y escarpada dominada por importantes acantilados verticales que pueden alcanzar varias decenas de metros de altitud. En esta zona destacan San Juan de Gaztelugatxe y Aketx.
  3. Cabo Matxitxako-Bermeo. Predominan las calizas y margas aptienses y albienses. El accidente más importante lo constituye el Cabo Matxitxako, seguido de la ensenada del mismo nombre (punta Potorroatx, Txillarri y Galdes, playa de Gibela y punta de Ugerrei) y la ensenada de Bermeo. En definitiva, el paisaje litoral cambia según la litología; así, los afloramientos diapíricos de Bakio y Gernika han sido profundamente desmantelados por la erosión labrándose importantes calas, rías y ensenadas. El flysch negro tiende a generar costas rectilíneas puesto que la erosión afecta por igual a todo el frente costero, haciéndolo retroceder. Únicamente las intercalaciones rocosas duras permiten el desarrollo de algunas puntas. Frente a esto, las calizas urgonianas de Matxitxako-Bermeo y San Juan de Gaztelugatxe han resistido mejor los embates del oleaje formando importantes acantilados a cuyos pies se desarrolla una exigua plataforma de erosión. En Bermeo se ha conservado una importante rasa colgada más de 50 metros respecto a la línea de costa actual.

c) Costa longitudinal. Englobamos aquí la zona desarrollada al E. de la ría de Gernika. El litoral coincide con flancos de pliegues (flanco del sinclinal de Ispaster, anticlinal de Nabarniz), viéndose interrumpido por diversas estructuras diapíricas, pudiendo destacar el anticlinal diapírico de Gernika. Entre la ría de Urdaibai y la playa de Saturraran, el espacio costero está constituido por calizas arrecifales urgonianas (sector del Cabo Ogoño, tramo Ogella-Lekeitio, zona de Ea) y flysch siliciclástico (Lekeitio-Saturraran y alrededores de Ea). La costa es abrupta y escarpada, sobre todo allí donde afloran los materiales carbonatados (cabo de Santa Catalina y Ogoño), mientras que las pequeñas calas alcanzan cierta entidad en las zonas margosas. Los accidentes principales que afectan a este espacio son las rías de Gernika y Ondarroa.

Constituye una banda (15-20 km) de materiales del Cretácico inferior que atraviesa el territorio de Bizkaia en dirección NO-SE, configurando la divisoria de aguas Cantábrico-Mediterránea. Es una estructura anticlinal que se dispone entre el Sinclinorio Vizcaino y la Plataforma Alavesa. Estructuralmente, esta subunidad se inicia en los alrededores de Bilbao mediante una serie de pliegues de dirección NO-SE, largos e isópacos que, paulatinamente, pasan a ser rectos o vergentes al NE. Son frecuentes las fallas inversas y los cabalgamientos, así como las fallas longitudinales rellenas de cuarzo. En la zona central del anticlinorio, podemos destacar la falla de Areatza-Villaro-cabalgamiento del Gorbea, el anticlinal de Dima, el sinclinal del Indusi y la zona plegada de Otxandio. Más al E. se desarrolla la antiforma de Aramaiona.

Topográficamente, el relieve se incrementa de NO a SE, con alturas que oscilan entre los 1.000 y 1.500 metros; así, en la zona de Galdames, destacan el monte Ereza (871 metros) cortado por el río Kadagua y el monte Ventoso (751 metros), constituyendo todo el conjunto una sucesión de crestas monoclinales separadas entre sí por un conjunto de valles transversales: Kadagua, El Regato, Mercadillo, etc. Al O. del anticlinal de Galdames se desarrolla la zona tectonizada de Trucios, intensamente karstificada, y al Sur, el anticlinal de Carranza, parcialmente desmantelado por la erosión, responsable del modelado del valle de Carranza (forma circular), que no es sino una cubeta erosiva modelada bajo condiciones semiáridas. Este valle, se cierra en su sector meridional por los Montes de Ordunte, que pueden definirse como un relieve monoclinal de dirección SO-NE, con cotas que superan los 1.000 metros: Zalama (1.535 metros), Ordunte (1.104 metros), Burgeño (1.037 metros). En definitiva, la zona de Encartaciones se resuelve mediante una sucesión de cubetas erosivas (Valle de Lanestosa, Carranza, Trucios y Arcentales), separadas entre si por relieves monoclinales de escasa altitud: Cotobasero (823 metros), El Moro (829 metros), Peñas de Ranero (731 metros).

La karstificación es muy intensa, tal y como se observa en las Peñas de Ranero, cueva de Pozalagua, la Torca del Carlista, en cuyo interior se aloja la sala más grande de Europa y la segunda del mundo (400 por 250 por 90 metros), las cuevas de Ventalaperra, desfiladero de Pondra, etc. Hacia el E. nos encontramos con el Ganekogorta (998 metros) y con el conjunto de alineaciones que articulan Gorbea y las Peñas del Duranguesado, constituidas por calizas urgonianas de color claro, masivas y homogéneas, lo que explica su acusada resistencia ante los procesos erosivos. Afloran también materiales margosos, areniscosos, arcillosos y limolíticos. La desigual composición litológica de los afloramientos, determina una marcada disimetría entre el dorso y el frente del monoclinal de Gorbea. Así, la vertiente septentrional, -donde se sitúan las calizas de Itxina-, es abrupta y escarpada, estando profundamente karstificada (zona de Itxina-Lekanda), mientras que la vertiente meridional es suave y accesible. La altitud media de esta zona oscila en torno a los 1.200 metros, pudiendo destacar Lekanda (1.302 metros), Aldamin (1.362 metros), Igalirintza (1.296 metros), Gorosteta (1.255 metros), Berretin (1.250 metros), Odoriaga (1.234 metros), Ipergota (1.229 metros), Gorbea (1.475 metros), etc.

Características similares presenta el cresterío del Duranguesado, constituido por el anticlinal de Dima, el complejo de Urkiola, el sinclinal de Indusi y las Sierras de Anboto, Aramotz, Mendiguna, Mandoia y Udalaitz, separadas entre sí por los valles de Zeberio, Indusi, Aramaiona e Ibaizabal, que han sido excavados por la erosión a expensas de los materiales blandos del Weald, Cenomaniense y Aptiense Albiense. En esta zona se rebasan los 1.000 metros de altura, tal y como se observa en Anboto (1.296 metros), Peña Udala (1.092 metros), Aranguren (1.127 metros), Alluitz (1.068 metros), Orisol (1.127 metros), etc. Las Peñas del Duranguesado constituyen un conjunto de alineaciones rocosas de dirección NO-SE, formadas por calizas urgonianas, de color gris claro, con eventuales intercalaciones margosas, fácilmente erosionables, lo que ha favorecido el modelado de diversos corredores como el de Urreztei. El borde SO está fracturado y levantado por una falla que se extiende entre el Mugarra y el Anboto. Además aparecen otras fallas como la de Atxarte (desfiladero del mismo nombre), Larrondo, etc. Al pie de estos escarpes se acumulan importantes masas coluvionares, sobre todo en la ladera NE del Anboto, al pie del Aitz-Txiki, Atxarte y Alluitz. Adoptan un trazado alargado cuando su formación está ligada a corredores, conformando taludes de derrubios y conos de acumulación. Junto a ellos se observan diversos nichos de nivación, tal y como puede apreciarse en Anboto-Alluitz (nichos de Agindui, Elgoin, pared de la Cóncava...).

En definitiva, el Anticlinorio de Bizkaia se resuelve mediante una serie de relieves monoclinales, más o menos complejos, que culminan en el Monte Gorbea. Los ejes fluviales se han encajado profundamente por sobreimposición, destacando el Nerbion, Llanteno y Okendo, casi paralelos entre sí. Un importante accidente es el diapiro de Orduña, que puede definirse como una cubeta erosiva flanqueada por cuestas/crestas: Peña de Orduña (1.039 metros), Alto de los Caminos (836 metros), Virgen de la Peña (927 metros). Una de las zonas kársticas más espectaculares del País Vasco es la formada por el Karst de Itxina. Puede definirse como una karst de zonas húmedas desarrollado sobre las calizas urgonianas, de color oscuro y parcialmente recristalizadas. Todo el conjunto ha sido intensamente fracturado lo que ha favorecido el desarrollo de lapiaces, dolinas, cuevas y simas. Las formas endokársticas están representadas por las cavidades de Uburun Trokea, Axlaor Trokea y Arco Axpe Trokea. Respecto a las simas, podemos decir que se conocen más de 200, con profundidades que varían entre los 11 y los 300 metros, ostentando el record la sima de Urrikobaso. Otras cavidades son Otxabide Pagozabala, Ganeko Aspea, Itulegor y Supelegor, Arko Axpe, etc. En el macizo de Aramotz merece la pena reseñar el karst de Indusi, en el que podemos destacar los sumideros de Balzola y Kobagan (las aguas sumidas reaparecen en Jentilzubi, formando el arroyo Balzola), el puente de Jentilzubi, el túnel de Abaro, la cueva de Balzola, el abrigo de Axlor. El Exokarst está ampliamente desarrollado en la parte alta de estas Sierras, pudiendo destacar el lapiaz, las dolinas, uvalas, simas nevero, sumideros y depresiones kársticas de origen mixto. Junto a ellas, son frecuentes los valles secos (Delika en Orduña, etc.) y los retazos de redes de galerías situadas al pie del epikarst. Mención especial merecen las depresiones kársticas de tamaño kilométrico y origen mixto, pudiendo citar la depresión de Austigarbe (Gorbea) y el conjunto de formas que articulan la plataforma de Itxina. También el endokarst está sumamente desarrollado.

Constituye una banda de 7 a 20 kmetros de anchura que se desarrolla entre el Anticlinorio de Vizcaya y el alóctono de Lekeitio-Tolosa (falla de Leiza y su prolongación noroccidental), adoptando un dispositivo NO-SE. Litológicamente, predominan las areniscas, los materiales volcánicos y el flysch, de edad Albiense, Cretácico Superior, Paleoceno y Eoceno. Es una estructura asimétrica puesto que su flanco meridional es más estrecho y verticalizado que el septentrional. El sinclinorio está constituido por materiales supraurgonianos y del Cretácico superior que cabalgan el Terciario del núcleo. Por el contrario, el flanco septentrional es más amplio, destacando las coladas basálticas del Cretácico Superior. Forman parte de este conjunto el anticlinal de Plentzia, el sinclinal de Gorliz y los diapiros de Bakio, Mungia y Gernika.

El anticlinal de Plentzia constituye un pliegue muy simple integrado por flysch hojoso y flysch negro, que han sido parcialmente desmantelados por la erosión habiéndose modelado un estuario tipo ría de 6 kilómetros de longitud. Topográficamente, el relieve presenta altitudes que, en ningún caso rebasan los 600 metros, siendo el monte Jata la cota dominante (592 metros). Entre las rías de Plentzia y Gernika se sitúa el complejo diapírico de Sollube (Sollube, 633 metros). En el núcleo del Sinclinorio se desarrolla el sinclinal colgado del monte Oiz (1.026 metros), que puede definirse como un relieve estructural invertido, ya que la erosión ha desmantelado el flysch Cretácico superior y los materiales del complejo supraurgoniano dejando en resalte las litologías calcáreo-areniscosas. Hacia el E. , el sinclinal del Oiz se cierra periclinalmente (en los alrededores de Eibar), en el monte Urko y la peña Egoarbitza.

El principal factor modelador del relieve es la red hidrográfica, representada por los ríos Lea y Artibai, los cuales cortan ortogonalmente las estructuras del Sinclinorio, dibujando una serie de angostos valles en V de marcado carácter torrencial. El perfil de los valles se cierra considerablemente cuando la red de drenaje incide los materiales volcánicos o los afloramientos de rocas carbonatadas. Únicamente, el río Butron y el Ibaizabal discurren concordantes con la estructura, lo que favorece el desarrollo de valles más amplios.

Esta unidad articula el sector comprendido entre la costa de Bermeo y el tramo final del río Deba. Presenta una orientación NO-SE, estando limitada, al N. por la cobertera Paleozoica de Cinco Villas, al S. por el Sinclinorio de Vizcaya y la falla de Leiza. Hacia el OE., la falla de Leiza se prolonga a través de Aulestia-S. de Gernika y Barrika.

En Bizkaia, podemos destacar el antiforme de Erlo, el cual se prolonga por Berriatua y Amoroto, por el antiforme de Markina-Aulestia y por el anticlinal diapírico de Gernika, este último de dirección general NNO-SSE. Topográficamente, el relieve no rebasa los 1.000 m, pudiendo destacar las cimas de Nabarniz (722 metros), Bedartzandi (690 metros), Otarre (618 metros), Agido (743 metros), Aranuza (609 metros), etc. Todo el conjunto ha sido incidido ortogonalmente por la red hidrográfica generándose un típico relieve en damero constituido por estrechos valles en V modelados a expensas de las calizas arrecifales urgonianas y separados entre si por abruptos interfluvios, profundamente karstificados.

Mención especial merecen los valles secos de Basondo y Oma. El primero es un valle alargado de 1.500 m de longitud y 500 metros de anchura en la zona más estrecha (1.500 metros en la más ancha). Tiene fondo plano, parcialmente rehundido por dolinas y sumideros. El valle de Oma (Gernika), también es alargado, siendo sus dimensiones de 2.500 metros de largo y 500 metros de ancho. Está recorrido por el río Omaerreka que desaparece en la cueva de Bolunzulo.

El endokarst está representado por numerosas cuevas, simas, surgencias y sumideros. Dentro de esta unidad, podemos citar la ría de Gernika. Es un estuario de 13,3 km longitud desarrollado entre la villa de Gernika y la playa de Laida. En este marco pueden identificarse diversos ambientes, pudiendo destacar las zonas arenosas representadas por las barras de la desembocadura y los tesos y barras de canal; las zonas mixtas están constituidas por fangales y márgenes fangosos de canal con contenidos variables de arena y las zonas fangosas, situadas en la parte más alta del estuario, están colonizadas por la vegetación constituyendo amplias marismas. En conjunto, podemos citar los arenales de Laida, los fangales de Murueta y las marismas de Kanala. Por último, destacar las ofitas de Sukarrieta y la isla de Izaro. En los bordes de la ría podemos señalar las dolinas de Akorda.

JEF