Peintres

Balda Berástegui, Javier

Pintor navarro nacido en Pamplona en 1958.

Su afición a la pintura le llegó pronto de la mano de su padre, conocido dibujante y pintor navarro autor de numerosos carteles de fiestas de San Fermín y uno de los pioneros en el dibujo de las pancartas de las peñas sanfermineras. Sin embargo los caminos plásticos de uno y otro nunca fueron en un mismo sentido a pesar de que Javier Balda también ha obtenido varios premios en diferentes concursos de carteles.

Javier Balda comenzó a exponer en 1980 y ya en esa década realizó importantes muestras individuales en la Sala de Cultura de Caja Navarra y en otras dependencias institucionales como el Pabellón de Mixtos de la Ciudadela. En esos años comenzó también a exponer en galerías como Altxerri, Kribia, Lekune o Salvador Díaz, entre otras. Con varias de estas salas ha participado en diferentes ediciones de la feria Arco de Arte Contemporáneo.

En diciembre de 2003 expuso en la Ciudadela de Pamplona la muestra Dietario 1998-2003, que recoge 140 obras de pequeño tamaño que, a través de la figuración, los collages o la apropiación de imágenes y mensajes, reflejan su "biografía plástica".

Su obra forma parte de colecciones públicas y privadas y puede verse en el Museo de Navarra en Pamplona, en el Hospital General de Navarra, en la Colección de Arte Contemporáneo Ayuntamiento de Pamplona, en la Colección N.H. Stock Art, en Arteleku, en la colección Caja Navarra, en la colección Vital Kutxa, en la colección de Arte Contemporáneo del Ayuntamiento de Vitoria, en el Museo de Arte Contemporáneo de Álava o en la Universidad Pública de Navarra, entre otras. Javier Balda realizó estudios de arquitectura y se puede decir que como pintor es autodidacta.

En 2010 se la concede la Beca de la Fundación Pollock-Krasner de Nueva York para el desarrollo de su obra.

De sus conocimientos arquitectónicos proceden buena parte de sus planteamientos plásticos, apoyados en la idea de construir nuevos espacios. Balda trabaja cada cuadro como una suma de formas que se van superponiendo. No siempre ha sido así, ya que con el tiempo su pintura ha ido ganando una nueva dimensión y se ha ido alejando de la propia pared, es decir, del espacio natural de la pintura como tal. Pero Balda no renuncia a la pintura ni quiere dar el paso necesario para despegarse de la pared y convertir sus cuadros en piezas escultóricas. Es el suyo un proceso creativo complejo, apoyado en los colores. Negros y blancos como tonos elementales igual que las líneas geométricas que siempre acaban delimitando el cuadro y colores como el verde, el azul, el rojo o el amarillo en un intento de quitar tensión a las obras. El dice que pinta como quien emprende un proceso gestual de construir imágenes sobre un soporte y el resultado gira siempre en torno a la arquitectura, la geometría, el gesto y la pintura como materia.


Art Aretoa

Puede verse una muestra de su obra en la sección Art Aretoa del número 540 de la revista Euskonews.