Biologistes

Balcells Rocamora, Enrique

Zoólogo. Nacido en Barcelona el 31 de marzo de 1922; fallecido en Jaca (Huesca), el 5 de febrero de 2007.

Autor de un estudio sobre murciélagos en el País Vasco y otros aspectos de la zoología. doctor en Ciencias Naturales y miembro del Consejo de Investigaciones Científicas. Colaborador de la revista Munibe junto con Ramón Margalet sobre el tema "Crustáceos interesantes de las aguas salobres de Guipúzcoa" en 1951.

Afincado en Aragón, concretamente en Jaca desde 1963. Se licenció en Ciencias Naturales por la Universidad de Barcelona en 1943. Tras licenciarse viajó por Francia, Suiza, Alemania, Cuba y Estados Unidos, realizando trabajos de especialización sobre embriología, neurología, microscopía y ecología de plagas que le permitirían doctorarse en Ciencias Naturales por la Universidad de Madrid en 1950. Pronto comenzó a trabajar en el Instituto de Biología Aplicada del CSIC, y en el departamento de Fisiología Animal de la Universidad de Barcelona, donde impartió entre otras la asignatura de Biología. También fue encargado de cátedra en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Tarrasa. En 1963 fundó en Jaca un centro dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el llamado Centro Pirenaico de Biología Experimental, hoy Instituto Pirenaico de Ecología, dedicado a investigaciones sobre ecología de montaña, y en el mismo desarrolló una gran parte de su labor investigadora. Ha sido Consejero de Número del Consejo Superior de Investigaciones Científicas desde 1969 y Profesor de Investigación de dicho Consejo desde 1971.

También ha sido miembro honorario de la Société Zoologique de France, del Instituto Ecuatoriano de Ciencias Naturales, del Comité Científico del Parque Nacional de los Pirineos Franceses, profesor honorario de la Universidad de Navarra, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Zaragoza, Académico de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona y además de los antedichos ha ocupado diversos cargos relacionados con la gestión de la investigación en España, entre ellos los ligados a la dirección de los centros de investigación antes mencionados: Centro Pirenaico de Biología Experimental desde 1963 hasta 1983, e Instituto de Estudios Pirenaicos desde 1966 hasta 1984. Fue Vicepresidente del Patronato Alonso de Herrera del CSIC. Formó parte de la Comisión Científica Internacional para el Estudio del Mar Mediterráneo, del Patronato de la Estación Biológica de Doñana, del Comité Español para el Programa Biológico Internacional, del Comité para el Programa de la UNESCO "Hombre y Biosfera" (Comité del que fue presidente) y desde 1982 representó al CSIC en el Patronato del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el que siguió trabajando a pesar de su jubilación ocurrida en 1987.

Sus primeros trabajos versaron sobre estructuras nerviosas y sobre ecología de insectos plaga, tema éste último sobre el que realizó la tesis doctoral. Durante los años 50 organizó y dirigió diversas expediciones científicas para el estudio de los Pirineos, que le ayudaron en los años 60 a la creación de su instituto de investigación y le orientaron hacia la ecología de montaña. Trabajó mucho en ecología de distintos grupos de vertebrados, en especial aves, murciélagos y anfibios, siendo uno de los promotores de los estudios bioespeleológicos en el estado. También incluyó en su interés la ecología humana, apoyando la misma a menudo en un análisis histórico de los territorios estudiados. Prácticamente ha tocado todos los temas relacionados con la ecología terrestre.

Además de su labor científica es de destacar su empeño por llevar a la práctica las teorías procedentes de su investigación. En este sentido, dedicó esfuerzos, y capital, a la recuperación de la vaca pirenaica, raza que había sido marginada por los ganaderos pirenaicos sustituyéndola por otras que consideraban más rentables económicamente. Las teorías del profesor Balcells defienden que la vaca pirenaica es la que mejor se adapta a las características del medio físico pirenaico: aprovecha mejor los pastos naturales y es más resistente a las enfermedades. Hoy, la política Comunitaria tiende a impulsar las razas autóctonas, ligadas a la tierra, de tal forma que los esfuerzos de este investigador-vaquero por recuperar y conservar una de nuestras razas más representativas, perfectamente adaptadas al medio pirenaico, supone un importante punto de partida para planificar el futuro del sistema ganadero en el Pirineo, y un ejemplo a seguir en la recuperación de otras especies autóctonas.