Concept

Mateo-Txistu

Uno de los nombres del personaje que la mitología popular ha imaginado como causante de las violentas y repentinas ráfagas de viento. Mateo-Txistu es el nombre con el que se le conoce en Ataun y Amezketa; en Zerain le dicen Juanito Txistularia; En Gesalibar, Martin Abade; Errege Xalamon en Dohozti, Salomon Apaiza en Oiartzun y Pristi Juan en Usurbil.


Azkue


En las versiones registradas en el País Vasco, el cazador es casi siempre un cura incapaz de controlar su pasión por la caza, que hallándose celebrando misa, la interrumpe súbitamente y sale con sus perros en persecución de una liebre que ve pasar ante la puerta de la iglesia. Tras este episodio desaparece para siempre, sin que nadie haya vuelto a verlo jamás.

Ni siquiera su aparición es visible, ya que la gente no refiere que lo haya visto, sino que su presencia se revela por sus silbidos y el triste aullar de sus perros que a veces se escucha en bosques y montañas.

A principios del pasado siglo, refieren que una mujer del caserío Tellerietxe de Ataun vio las sombras del cazador y de sus perros a la luz de la luna en una noche de invierno, pero nadie lo ha visto directamente.

En Gesalibar, barrio de Arrasate, cuentan que el Abade Martin era el cura de la ermita de Udala, y que anda errante por el mundo en compañía de sus perros. Nadie puede verlos pero sí el fuego que desprenden los ladridos de los perros.

En Soraluze dicen que Juanito Txistularia era el cura de Elosua. Una vez que celebraba misa el demonio se disfrazó de liebre y pasó por delante. El cura dejó al punto la misa para perseguir con sus perros a la supuesta liebre.

Cuentan en Kortezubi que el cazador errante fue cura de Mallabia, y que vaga eternamente persiguiendo a una liebre. Una vez encontró a una mujer que cocía su pan y le pidió un bollo. La mujer se lo ofreció pero el cazador siguió su camino sin tiempo para cogerlo.

Aparte de las referencias anteriores, recopiladas por Barandiaran, podemos añadir otras semejantes registradas entre otros por el vascólogo alemán Gerhard Bähr o por el etnógrafo tolosarra Juan Garmendia, ya que se trata de un relato ciertamente popular. El citado Bähr menciona que "cuando un golpe de viento pasa rápidamente arrastrando consigo hojarasca y sacudiendo los árboles más firmes con un ruido extraño que recuerda un revoltijo de voces confusas y el aullido lejano de perros suele decir el vulgo "An dabiltz eiztarie ta txakurek", "ahí andan el cazador y los perros" (Bähr, 1931).