Dramaturges

Alzaga Anabitarte, Toribio

Donostia, 1861-1941.

José María Toribio Altzaga Anabitarte nació en donostia el 16 de abril de 1861. Cuando estalló la guerra carlista de 1872 tuvo que exiliarse junto a su familia y a otros muchos donostiarras en Ziburu, temiendo las consecuencias del conflicto. Realizó los estudios de bachillerato en la costa labortana. Precisamente fue entonces cuando descubrió el mundo del teatro, y es que puede considerarse que el "teatro vasco moderno" nació en el mismo Ziburu, sobre todo de la mano de los miembros del grupo El Trueno, cuyo miembro más conocido fue Martzelino Soroa.

El joven Soroa escribió la zarzuela Iriyarena [=La del buey] en Ziburu allá por 1876, y la obra fue representada, entre otros, por Toribio Altzaga cuando solo contaba trece años de edad. Se trata de una obrita de teatro escrita en lengua española que intercala algunos pasajes en eusquera, todo ello con la vida tradicional vasca como telón de fondo. Parece que la afición al teatro de Altzaga data de aquella época.

Una vez finalizada la guerra carlista, la familia Altzaga retornó a Donostia, pero la situación hallada poco tenía que ver con la ciudad que habían dejado atrás pocos años antes: los fueros de Hego Euskal Herria habían sido abolidos y ello supuso la pérdida de numerosos derechos. Aquella situación tuvo, sin embargo, otra cara: la pérdida de los fueros vino seguida por todo un renacimiento cultural (fueron creadas e impulsadas nuevas publicaciones, concursos, festivales culturales y similares) y político (con la creación del nacionalismo vasco moderno). El mismo Altzaga participó en dicho renacimiento político y recorrió numerosos pueblos siendo el presidente del partido EAJ-PNV en Donostia. Fue, asimismo, miembro del consejo de dirección del periódico Gipuzkoarra.

Parece que Donostia era un lugar idóneo para llevar a cabo labores teatrales en aquella época, y muestra de ello es la firme continuidad que el género dramático tuvo en la capital guipuzcoana hasta el estallido de la Guerra Civil Española. Con el objetivo de articular mejor el mundo del teatro, se creó el grupo Euskal Iztundea en 1915. Dicho grupo preparó, probó y formó a numerosas personas, convirtiéndose en una especie de escuela de teatro. Tratándose de una entidad pública, se realizó una convocatoria abierta para lograr la cátedra correspondiente, que fue conseguida por Toribio Altzaga.

Junto a los quehaceres ya mencionados, fue habitual ver a Altzaga como organizador de otros actos culturales: Juegos Florales, competiciones de versolarismo, concursos literarios, etcétera. Asimismo, escribió numerosos artículos, dirigió la revista Euskal-erria creada por José Manterola en 1880 y fue nombrado académico correspondiente de Euskaltzaindia.

Por lo que a la obra literaria de Altzaga respecta, una vez mencionado todo lo anterior, no hace falta decir que, sobre todo, escribió obras de teatro (más de treinta, sumando las traducidas y adaptadas). Su primer trabajo fue Martin Tiñacu (1886), escrita en lengua española, lengua que el protagonista de la obra no domina demasiado bien. La primera obra en lengua vasca de Altzaga fue Aterako gera (1888) [=Saldremos], tras la cual aparecieron Santo Tomase'ko feriya (1894) [=La feria de Santo Tomás], Axentxi ta Kontxentxi (1914) [=Asentxi y Kontxentxi], Berñaiño'ren larriyak (1915) [=Las urgencias de Berñaiño], Oleskari berriya (1916) [=El nuevo poeta], Andre Joxepa trompeta (1921) [=La señora Joxepa trompeta], Elizatxo'ko ardazlea (1922) [=La hilandera de la capilla], Bost Urtian (1922) [=En cinco años], Etxietan (1923) [=En las casas], Zalaparta (1923) [=Alboroto] y Osaba (1926) [=El tío], entre otras. Burruntziya (1926) [=El cazo] es considerada, por otra parte, la obra cumbre del donostiarra.

El crítico Iñaki Aldekoa ha determinado dos etapas en la obra de Altzaga:

"La obra de Toribio Alzaga se divide entre juguetes cómicos -Burruntziya (El cazo) (1926) sería su expresión más lograda- y piezas de más enjundia como Osaba (El tío) (1926), que, abandonando el trillado estereotipo del ingenuo campesino que se acerca al mercado de La Bretxa (recurso, por cierto, explotado hasta la saciedad), penetra en los entresijos de una familia burguesa nacionalista" (2004: 108).

Junto a las obras de teatro, Toribio Altzaga también escribió tres óperas: Txanton Piperri (1899), Amboto (1906) y Gli kornamenti (1906). Las primeras fueron compuestas por el músico Buenaventura Zapirain, pero no tenemos noticias claras acerca de la autoría de la tercera.

Martzelino Soroa había trabajado el soliloquio con anterioridad. Era un género literario conocido ya a comienzos del siglo XX y, precisamente, Altzaga también optó por recorrer dicho género, sobre todo en las obras escritas en la década de los años veinte: Arpuxa kalian (1922) [=En la calle Arpuxa], Urdallekua (1925) [=Dolor de estómago] y Txingurri (1925). En esa misma década publicó las traducciones de Ramuntcho (1920) de Pierre Loti y Macbeth (1926) de Shakespeare.

Con los trabajos publicados a lo largo de varias décadas, Altzaga consiguió fortalecer enormemente el teatro vasco, llegando, incluso, a superar a su maestro Martzelino Soroa:

"Podemos decir que Toribio Altzaga fue el rey del teatro vasco de su época. Él fue el autor más prolífico y representado, tanto en las actuaciones de Iztundea como en las actuaciones de los numerosos grupos surgidos durante la República (1931-1935)" (Mendiguren, 1993: 23. La traducción es nuestra).

Altzaga consiguió crear obras más trabajadas que las producidas por los autores de generaciones anteriores por lo que respecta a la temática, a la estructura y a las técnicas teatrales. Sus obras gozan de gran viveza (y en ello influyó mucho el uso del soliloquio), buscan la risa del lector / espectador, son breves y fácilmente inteligibles para el público general. Según Patxi Salaberri, "sin embargo, no consiguió crear personaje firme alguno" (2002: 214).

Durante los años de posguerra (posteriores a 1939), cuando Altzaga tenía 75 años las autoridades franquistas decidieron cerrar Euskal Iztundea y enviar a su presidente a la cárcel de Ondarreta. Murió poco después, debido a problemas respiratorios, el 27 de mayo de 1941.