Médecine

Achúcarro y Lund, Nicolas

Neuropsiquiatra bilbaíno de fama internacional, nacido el 4 de junio de 1880. Muere en Neguri, Bilbao, el 31 de abril de 1918. Sus trabajos se ven interrumpidos, en plena curva ascendente de su quehacer científico, antes de cumplir los 38 años.

Ramón y Cajal.

Hijo de Aniceto Achúcarro y Mocoroa y de Juana Lund de Ugarte, descendiente ésta última de noruegos, hace sus estudios primarios y secundarios en su ciudad natal. A los diez años estudia latín con Unamuno en el Instituto Vizcaíno. Acaba el bachillerato en 1895, con sobresaliente en ciencias y sobresaliente en letras, dato muy significativo sobre su temperamento humanista cien por cien. En 1895 marcha a Alemania por primera vez. En la ciudad alemana de Wiesbaden se inicia en el conocimiento de la lengua y perfecciona sus estudios antes de entrar en la Universidad. A los diecisiete años se inscribe en la Escuela de Medicina de Madrid, donde se distingue por su espíritu independiente y su poco apego a la teoría. Es discípulo de Cajal, que era por entonces catedrático de Histología. Librepensador, conoce y cultiva la amistad de Giner de los Ríos, fundador de la Institución de Enseñanza Libre. En 1899, descontento por las deficiencias de la vida académica madrileña, marcha a Marburgo, Alemania, con su hermano, para seguir varios cursos de patología, química y fisiología.



Vuelve en 1900, obligado a ello por la tuberculosis que contrae su hermano y prepara los tres últimos cursos de licenciatura por su cuenta. Se relaciona con Marañón, Ortega y Juan Ramón Jiménez, al que conoce en 1902, en el laboratorio de Juan de Madinaveitia y Luis Simarro. En este laboratorio se inicia en histología, bajo la dirección de Simarro. Al acabar la carrera tiene 24 años; su inquietud y avidez de conocimientos le impulsan a visitar los principales laboratorios de su época. Entre 1904 y 1905 visita en París la clínica de Pierre Marie en la Salpêtrière. Asiste a las clases del profesor Babinsky y presenta un trabajo cuyo original, desgraciadamente, se ha perdido. Luego viaja a Florencia, donde Lugaro y Tanzi le inician en el estudio de las enfermedades mentales. Tras la grata estancia en Italia, vuelve a Alemania, en la que permanece tres años trabajando en la clínica muniquesa del gran psiquiatra Kraepelin, en el laboratorio de neuropatología del Dr. Alzheimer. Allí prepara su tesis doctoral Contribución al estudio de la anatomía patológica de la rabia, para cuya lectura hace una escapada a Madrid, en diciembre de 1906.

También de esta época es su informe sobre las células en bastoncillo, trabajo que publica en 1908. Requerido Alzheimer desde América, una gran oportunidad se ofrece al joven investigador al ser designado por éste para que ocupe el cargo que se le ofrece: Director del Manicomio Federal de Washington. "Yo no puedo ir, contesta Alzheimer, pero les envío a un joven que a pesar de su juventud, vale tanto como yo". Efectivamente, Achúcarro tiene sólo 28 años, lo que hace más apreciable el elogio del profesor alemán. Desde 1908 hasta 1910, lapso de su estadía en América, desarrolla una intensa actividad científica cuyos resultados comunica a las revistas inglesas y alemanas especializadas. En 1909 proyecta su vuelta definitiva a la península, que se halla convulsa -Semana Trágica de Barcelona- política y socialmente. Entretanto escribe en París el trabajo Células alargadas y Stabchenzellen, células neuróglicas y células granuloadiposas en el asta de Ammón del conejo, y visita Inglaterra. En 1910 vuelve a su tierra tras preparar su sustitución por Lafora. Tiene 30 años y sólo ocho de vida por delante. Es nombrado médico del Hospital Provincial de Madrid, dedicándose preferentemente a trabajos de laboratorio. Colabora en el Boletín de la Sociedad de Biología y en el Laboratorio de Investigaciones Biológicas, sobre temas de histología y fisiología de la neuroglía. Redacta el artículo dedicado a la rabia en la Enciclopedia de Histología e Histopatología de la corteza cerebral, de Nissl.

En 1911 contrae matrimonio con su prima Lola Artajo. Este año culminan sus investigaciones sobre la coloración microscópica con el hallazgo de un método original, llamado desde entonces Técnica de Achúcarro, mediante el uso del tanino y el óxido amoniacal. Se incorpora al Laboratorio de Investigaciones Biológicas, de Cajal, y es uno de los promotores de la creación del Laboratorio de Histología de la Residencia de Estudiantes donde trabajarán más tarde Río Hortega, Severo Ochoa, Isaac Costero y otros. En 1912 da una serie de conferencias en la Universidad de Fordham, Nueva York, junto a Jung y es nombrado Doctor Honoris Causa de la Universidad de Yale. Publica Las células amiboides de la neuroglía teñidas con el método de la plata reducida, Los núcleos de las células gigantes de un glioma, La membrana de la célula nerviosa, Nuevo método para el estudio de la neuroglía del tejido conectivo, Tumores del sistema nervioso central, Inuestigaciones histológicas sobre la glándula pineal humana (con Sacristán), La corteza cerebral en la demencia paralítica con el nuevo método del oro y sublimado de Cajal (con Gayarre). Al año siguiente aparecen: Estructura y funciones de la neurogelía, Gefässverördung und Erweichung in der Hirnrinde, Las células ganglionares de la glándula pineal humana (con Sacristán), y El método del tanino y la plata amonical aplicado al estudio del tejido muscular cardíaco (con Calandre).

En 1914 es nombrado adjunto numerario de Cajal en la cátedra de Histología de la Universidad en espera de la creación de una cátedra de neurología. Publica Alteraciones del ganglio cervical superior, Estudio gliotectónico de la corteza cerebral, La neuroglía de la corteza en la demencia senil y en la alteración celular de Alzheimer (con Gayarre). Este mismo año es nombrado director del Patronato de Anormales en el que da cursos de anatomía y psicología del sistema nervioso a los maestros. Realiza una gran labor a favor de los niños subnormales a pesar de desempeñar su cargo durante sólo dos años; el ministerio de Instrucción Pública clausuró el patronato en 1916, año en que empiezan a manifestarse los primeros síntomas de su penosa y larga enfermedad final -linfogranulomatosis de Hodgkin-. Entre 1915 y 1916 aparecen sus últimas publicaciones Evolución de la neuroglía y sus relaciones con el aparato vascular y Alteraciones del sistema nervioso en los animales tiroidectomizados. Después se retira del laboratorio para vivir en un sanatorio de Guadarrama donde lo visitaban sus amigos y seguía con angustia las incidencias de la guerra europea.

Sin embargo, Achúcarro no fue, como podría creerse, un árido investigador de laboratorio. Dotado de una sensibilidad equilibrada, su interés por todos los aspectos de la vida le hicieron amar la literatura, pintura y música (tocaba el violín). Su conversación era amena, ingeniosa y a veces hasta picante. Practicó el alpinismo y gustaba de estar a solas con la naturaleza. Sus discípulos, entre los que se puede contar a Río Hortega, Rodríguez Lafora (amigo íntimo), Sacristán, Calandre, Gayarre, Fortúa y otros, siguieron los caminos abiertos por su joven maestro en la investigación de la neurología, las células en bastoncitos y el tercer elemento de Cajal, así como en su afán de aplicación inmediata de los avances técnicos a los casos clínicos. Es sumamente interesante, sobre todo para médicos y especialistas, el artículo La obra científica histopatológica de Nicolás Achúcarro publicado por el profesor Fernando de Castro en la revista Hospital General, vol. II, n.° 4, julio-agosto 1962. Trae al final una relación de todos los trabajos publicados por Achúcarro tanto en el país como en el extranjero. También interesa el número extraordinario dedicado a Achúcarro de la Gaceta Médica del Norte, junio, 1968.