Sculpteurs

Araoz, Andrés de

Escultor vasco del siglo XVI, cuyo apellido delata su oriundez de Oñati, pero hasta la fecha no se sabe el lugar de nacimiento (1518?).

La primera noticia que se tiene es en Elvillar (Álava-Araba). Tuvo un hermano llamado Diego, un hijo, Juan, y un nieto, Andrés, también escultores, aunque no alcanzaran su relieve. En su estilo se observan influencias de Berruguete. Su obra cumbre se considera el retablo mayor de la parroquia de San Esteban de Genevilla (Navarra). También son suyos los retablos de Lapoblación, El Busto y Armañanzas que, según Uranga, forman todos ellos, con toda seguridad, el mejor conjunto de retablos navarros del renacimiento plateresco. Los últimos años de su vida trabajó en Gipuzkoa, en los retablos de Aia, Eibar, Oikina y Zarautz.

En 1565 trabajó en la sillería del coro de la parroquia de Getaria, destruida posteriormente por el fuego en la guerra de 1833 a 1839. Ejecutó también el retablo del santuario de Itziar, y en 1567 el de la iglesia de Eibar. Debió fallecer hacia 1580, sin terminar los retablos de Eibar y Zarautz, como ocurrió con tantas obras suyas, probablemente por simultanear varios trabajos que le impidieron cumplir los compromisos adquiridos. "En 1587 se finalizaron cuentas con Juan de Araoz, escultor, del dinero que su padre Andrés de Araoz recibió para cuenta del retablo...", según transcribió G. de Múgica en Monografía de la Villa de Eibar, pág. 125. Su obra ha merecido los mejores elogios de cuantos críticos y artistas la hayan contemplado. Sobre el altar de Eibar y la obra general de Araoz recogemos de Camón Aznar el comentario siguiente:

"Este retablo que sufrió diversas transformaciones en los ss. XVIII y XVIII es uno de los más monumentales de las provincias vascas. En su arte hay reflejos de la heroización de los tipos característicos de Briviesca y aun muchas resonancias formales. Sin embargo, Araoz se nos aparece más bien como un retsasado, influido sobre todo por Berruguete. Y berruguetesca es su nerviosidad, una movilidad en los paños y en las actitudes, una expresividad facial en donde se refleja el arte del maestro de Paredes de Nava. El retablo de Deba a él atribuido por Cardera, no puede ser suyo; Weisse le atribuye el púlpito de San Millán de la Cogolla".

  • BIURRUN, Tomás: La Escultura Religiosa y Bellas Artes en Navarra, durante la época del Renacimiento, p. 191. Pamplona, 1935.
  • URANGA GALDIANO, José E.: Retablos navarros del Renacimiento, pp. 11-17. Pamplona, 1947.
  • CAMÓN AZNAR, José: El escultor Juan de Ancheta, Pamplona, 1943.
  • ARRÁZOLA, M.ª Asunción: El Renacimiento en Guipúzcoa, t. II, p. 145. San Sebastián, 1967-68.
  • ECHEGARAY, Carmelo de: La tradición artística del pueblo vasco, p. 39. Junta de Cultura Vasca. Bilbao, 1919.