Écrivains

Añibarro, Pedro Antonio (1748-1830)

Areatza, 1748-1830.

El franciscano Pedro Antonio Añibarro nació en Areatza, Bizkaia, en 1748. Aunque no es mucho lo que conocemos de su vida -hay muy pocos datos sobre la época anterior a su llegada al seminario de Zarautz, y son realmente escasos los datos sobre los años, tal vez decisivos, transcurridos en Aranzazu- parece que en torno a 1773, durante su estancia en Aranzazu, tuvo la oportunidad de conocer a Ubillos, pues son abundantes las influencias del euskara de este en los escritos del autor de Arratia. Mikel Zarate (1970:58) menciona que en torno a esa época pasó una temporada en Burgos.

Sabemos, por otra parte, que durante la primera francesada de 1794 estuvo preso en Bayona durante dos años. En el segundo período, del 15 de octubre de 1809 a 1814, además, todos los miembros del convento fueron obligados a abandonarlo y a dispersarse. Es posible, como dice Blanca Urgell (2000:29), que sintiera atracción por la cultura euskaldun y su partida a Zarautz fuera consecuencia de este interés. En cualquier caso, su llegada a este seminario puede considerarse como punto de inflexión, pues la estancia supuso el florecimiento de su interés por el mundo euskaldun.

En 1790, cuando contaba 42 años solicitó el ingreso en Zarautz; llegó el 2 de julio de 1791 dando comienzo a una época de abundante y extensa producción. Allí permaneció, a pesar de los vaivenes de la guerra, hasta su muerte.

Aunque escribió numerosos libros y fue autor de los textos utilizados por los predicadores y el seminario de Zarautz, no se publicó toda su obra. Blanca Urgell (2011:28) en la introducción de la edición crítica de Gueroco guero propone una cronología de la obra de Añibarro situando los primeros escritos entre 1791 y 1793. Menciona algunas claras razones que hacen suponer que Sermones panegíricos. Doctrinas y sermones morales y Materiales para la obra bascongada de los tomos de Doctrinas escritas son sus primeras obras; entre las mencionadas razones, la de que el autor menospreció posteriormente el lenguaje utilizado en ellas. Para conocer algo más del autor, Urgell propone observar el primer acercamiento ofrecido por Xabier Altzibar pues "hasierako Añibarro honek ez du hizkuntza idatzi jator eta erdarakada gabeko baten hainbesteko ardurarik lexiko, sintaxi edo morfologian" (1992: 82) [este Añibarro de los comienzos no se preocupa tanto de un lenguaje correcto y sin castellanismos en el léxico, en la sintaxis o en la morfología"].

Según el investigador, las obras surgieron "samaldaka bezala" -como en tropel-, una tras otra: Cristau-Doctriña, ceñetan eracusten baitire gure Fede Santuco gauzaric beharrenac, aita Astetec erderaz, eta orai Nafarroaco euscaran izarraz adiarazten duena erantsiric (sin datar, 1802-1803?). Escu-liburua, ta berean eguneango cristiñau-ceregiñac (Tolosa, 1802). Misioco canta santuac (Donostia, 1803). Lora sorta espirituala, ta propositu santuac vicitza barri bat eguiteco Aita Palacios misiolariac Misiño ondoan emoten cituanac (Tolosa, 1803). Lau Evangelioac batera alcarturic (1804). Incluso la edición de la doctrina en dialecto navarro, que apareció sin datar, habría que situarla entre 1802 y 1803, a la luz de los últimos documentos aparecidos. Las fechas de edición (Urgell 2001: 32) evidenciarían un momento de bonanza económica y que, al parecer, el intervalo entre las dos francesadas fue más tranquilo, pues además de las obras de Añibarro se publican en esos años las de otros autores como Juan Antonio Mogel, Agirre o Bizenta Mogel...

Entre las obras que quedaron sin publicar, o no vieron la luz en vida del autor podemos citar: Misiolari euskalduna, kristiñau dotriña ta sermoiak Bizkai-errietan irakasten. (1897); Gueroco guero, publicado por fascículos en la revista RIEV, aunque a partir de 1923 la publicación quedó interrumpida; Curutze santearen, Aita Gure ta Ave Mariaren ganeco eracusaldiac (1897); Voces vascongadas diferenciales de Bizcaya, Guipuzcoa y Navarra... para el uso y alivio de párrocos y predicadores bascongados, publicada por L. Villasante en 1963; Gramatica vascongada, en la crónica de Zarauz se cita como La colección de conjugaciones regulares e irregulares del vascuence en sus dialectos, publicada por ASJU en 1969. Nequea arinduric. Munduko krutze, neke, penak, gozotu, laburtu ta arinduteko gogarte santuak, inédita; San Iñazioren gogo-jardunak, inédita. Por otra parte, en 1956 se publicó la relación de todos los pueblos vascos de Gipuzkoa, Bizkaia y Navarra, lista de gran importancia para constatar cuales eran los límites del euskara. En 1898 se publicó en Bilbao Meza entzukera bi escrita en euskara vizcaíno por Añibarro y Mogel.

En opinión de Xabier Altzibar, la gramática y el diccionario serían coetáneos de Escu liburua. Sin embargo, Urgell precisa que el manuscrito de la gramática que se ha conservado es posterior a 1801, tal vez de 1804 o incluso más tardío (2001: 35). Por otra parte, Nequea arinduric, siempre en opinión de Altzibar (1992: 90), puede datarse junto con las primeras páginas de Misiolari euscalduna de 1808, y en la misma época o algo anterior a Lau evangelio.... Además, según Urgell (2001: 39), en el caso de Gueroco guero, es posible que hubiera traducido ya algún fragmento previo a la composición de Lora sorta.... Aún así, según el parecer de los investigadores, la traducción semeja "garai ezberdinetan dauden atalen bilduma" [un compendio de fragmentos traducidos en diferentes épocas], entre la primera versión de Escu liburua y la segunda de 1821, escrita en un modelo lingüístico cercano a este último. Para terminar con la datación, podemos añadir que, según Urgell (2001:40), el momento culminante de aquella época fue la publicación de Escu liburua en 1821, y en ese intervalo se produjo la evolución de un escritor que se dedicó a escoger y moldear su estilo según la siguientes características:

  1. En cuanto a la grafía, las innovaciones van encaminadas a reflejar el lenguaje de la manera más correcta posible, sin mezclas ni vacilaciones.
  2. En la gramática reúne las diferentes versiones ampliando las posibilidades, corrigiendo los usos incorrectos e implantando formas más completas.
  3. En cuanto al léxico, disminuyen los préstamos pero sin cerrar las puertas a su utilización en caso necesario. Las acepciones de origen guipuzcoano tendrán su lugar pero nunca en detrimento de las de origen vizcaíno. Si desde un comienzo se muestra renuente al uso de la repetición intercalando la conjunción edo -edokeria-, este recurso desaparece prácticamente, y en su lugar prima el uso de sinónimos o términos de significado semejante.

Entre las obras mencionadas son realmente conocidas, la traducción de, Ramillete espiritual del Padre Palacios, es decir, Lore sorta espirituala (1803); Gueroco guero, versión vizcaína de la obra de Axular y Escu liburua (1802). Pero la mayoría de las obras se publicaron a partir de 1963: Voces Bascongadas eta Gramática Bascongada (Villasante 1963 y 1970), Esculiburua de 1802 (edición facsímil 1978), Nekea Arindurik... y Lora sorta espirituala (Urgell 1987 y 1988), Lau evangelioak... (Ciarrusta 1991) y "Voces bascongadas Labortanas sacadas de la Gramática bascongada y francesa de Harriet en su Arte" (Urgell 1992).

Según algunos investigadores, y como puede observarse por las fechas de publicación citadas anteriormente, Añibarro ha gozado de mayor atención que muchos escritores vascos tras la guerra de 1936-39. Esto sugiere una cuestión sobre el interés que despertaron los clérigos vizcaínos de los siglos XVIII y XIX entre los estudiosos vascos de finales del siglo XX -a partir de 1963 en adelante y durante treinta años-. La respuesta no es difícil de imaginar si se tienen en cuenta, la situación política de 1963-1975, la censura impuesta a las obras escritas en euskara y la preocupación de los estudiosos vascos por la claridad, adecuación y corrección del euskara.

En este sentido, en la introducción de la edición crítica de Gueroco guero Urgell aduce la necesidad de un análisis exhaustivo de este aspecto pues el realizado por Julio Urkijo en RIEV, aún cuando ofrece a aquellos posibilidades de conocer testimonios muy valiosos, quedó inconcluso. Subraya la investigadora que en su edición crítica pretende dar respuesta a dos cuestiones: por un lado, cual pudo ser el interés de un autor vizcaíno del siglo XIX en versionar un texto labortano del siglo XVII teniendo en mente la evolución del lenguaje literario; por otro, cómo lo entendió y cómo lo versionó, sin olvidar la evolución del propio euskara y las diferencias de los dos dialectos. En opinión de Urgell (2001:24) el trabajo de versionar al vizcaíno Gueroco guero de Axular supuso un gran paso. Para entonces la gran tradición literaria de los dialectos del norte se consideraba ya un modelo clásico y su fama había llegado a oídos de los autores del sur, por lo que Larramendi se empeñó en unir el nuevo lenguaje literario del sur al modelo clásico del norte y que el nuevo estilo se alimentara de este. Esto fue de gran influencia en la actitud de de los futuros escritores cuando comenzaron a traducir. Cuando Añibarro decide traducir, comienza con el más afamado de los libros escritos por Larramendi, poniendo al alcance de todos los vascos aquella preciada literatura. La larga relación con la obra de Axular influyó directamente en el estilo de Añibarro, los ecos de Gueroco guero pueden percibirse en todas sus páginas.

Añibarro no es, pues, un escritor cualquiera; no es posible releer su obra sin tener en cuenta que fue el creador y representante de la literatura vizcaína. J.B. Orpustan (1996: 85) afirma que junto con Juan Antonio Mogel tuvo gran importancia en el afianzamiento y la expansión del vizcaíno literario: "Le franciscain Añibarro (1748-1830), Biscayen de naissance et principal fondateur, avec Moguel, de la littérature moderne dans ce dialecte...". Su flexibilidad en los criterios lo convierte en un personaje clave en la historia del euskara, siendo de gran importancia el texto a traducir a la hora de explicar la evolución de la lengua escrita, puesto que Gueroco guero ofrece la oportunidad de relacionar dos momentos diferentes y dos dialectos diferentes de la misma lengua.

Pero Añibarro y sus colaboradores solamente tuvieron noticia de Larramendi por escrito o a través de terceras personas. En cuanto al lenguaje escrito, poseían ya algunos modelos -aunque pocos- y, en caso de valorarlos según Mogel, el guipuzcoano iba ya camino de convertirse en el lenguaje literario de la literatura del sur. Por tanto, se habían alejado del maestro aunque se hallaban ante un mayor número de modelos teóricos y prácticos. Añibarro, el mejor representante de la época citó a Larramendi como "euskaldun guztien maixu" -maestro de todos los vascos- en la introducción de Gueroco guero, y además de corresponder a los proyectos de aquel, compuso tres obras significativas como continuación a las obras más importantes del maestro: un diccionario, la gramática y Gueroco guero. La gramática, que no sigue un modelo predeterminado, está dirigida a exponer el paradigma verbal, aportando la descripción y numerosas variantes de los verbos auxiliares y simples de los dialectos del sur. Incluye valiosas explicaciones sobre el acento y la pronunciación así como un intento temprano de establecer normas de ortografía. En cuanto al diccionario -los estudiosos del tema afirman que es deudor de la obra de Larramendi-, se trata de un gran trabajo de recopilación de vocablos tanto de la tradición oral como de la literaria.

En un primer análisis de Escu liburua se pueden destacar la estructura de la obra, el interés del autor y la importancia concedida al tema. Queda claro desde un principio cual es la naturaleza y la finalidad del libro: el autor pretende componer una obra que recoja lecturas devotas pues es consciente de la escasez de libros publicados en vizcaíno, y no olvida los beneficios que la lectura puede aportar al lector. La finalidad es la enseñanza y el buen ejemplo, no quiere dejar nada al azar, por lo que al final de cada capítulo se resumen las conclusiones, consejos y reflexiones que deben extraerse cada día. La elección del vizcaíno es de gran importancia, para hacer llegar directamente a los fieles que lo hablan las enseñanzas y buenos ejemplos, y para que, finalmente, la competencia lectora de estos se desarrolle y aumente la cantidad y variedad de lecturas disponibles. Es de mencionar que la preocupación del autor para con la lengua lo llevó a corregir algunas erratas y ofrecer variadas explicaciones en el apéndice final -"LIBRU ONETACO UTSEguiñen Zuzen-videá"- de Escu liburua.

Añibarro se expresaba en tres dialectos, además de los vocablos y explicaciones del diccionario y la gramática publicó una doctrina en dialecto navarro: Cristau-Doctriña,... Nafarroaco euscaran... Pero la práctica totalidad de su obra la produjo en dialecto vizcaíno y aumentó considerablemente en calidad y cantidad la obra publicada en este dialecto durante el siglo XVIII. Hemos mencionado anteriormente la opinión de Orpustan (1996:85), es decir, que junto con J.A. Mogel podemos considerar a Añibarro el padre de la literatura en dialecto vizcaíno. Así lo había expresado el autor de Peru Abarca al referirse a su gran amigo y colaborador en Confesiño ona (1803):

"Gura dabenak siñistu Bizkaiko euskereak ez deutsala ezer zor giputzenai, irakurri begi liburu onek baiño lehenago urtengo daben neure adizkide andi ta gauza onetan neure bearlagun legez egiten dau Aita Frai Pedro Añibarro ..."

En cuanto al lenguaje literario, Añibarro es un personaje sumamente interesante, además de por su trabajo en favor de la literatura vizcaína, por el evidente parecido de su estilo lingüístico con el sentir actual. Los viajes que realizó recorriendo los pueblos de Euskal Herria, las estrechas relaciones con las variantes de los dialectos, el dominio de todos los dialectos del sur y el trabajo realizado tanto para componer la gramática vasca como el diccionario lo llevaron a la elección de un vizcaíno no excesivamente distintivo ni rígido, cercano al resto de los dialectos y, al menos en su intención, comprensible a cualquier hablante. Aunque en su origen se puede encontrar el habla de Arratia, su comarca, puso énfasis en cultivarlo primando la comprensión y dejando de lado los rasgos más distintivos.

En las obras versionadas y reeditadas se han conservado numerosos ejemplos de la evolución de la lengua. Entre los casos más conocidos, y tal vez más importantes, citaremos el de Escu liburua publicado por primera vez en 1802, remodelado completamente para su segunda edición en 1821 y vuelto a corregir para la de 1827. Si nos ceñimos a la importante remodelación de Escu liburua podemos observar que el autor tendió a un lenguaje claro y sin vacilaciones, cuidado, cultivado, rico y abierto al resto de los dialectos.

Pero este caso no es, en ningún modo, el único: Misiolari euskalduna, por ejemplo, fue escrito dos veces. Como dice en la primera versión, se trata de la remodelación de sermones y doctrinas escritas con anterioridad, y, como comenzó su trabajo en 1808, nunca pensó que lo acabaría. Los sermones y doctrinas escritas con anterioridad son los Sermones panegíricos, Doctrinas y sermones morales, y los Materiales para la obra bascongada de los tomos de Doctrinas escritas. En la edición de Añibarro (1992:82) nos dice lo siguiente sobre dichos escritos: "El bascuence ya no rige, pues lo escribí en mis principios, y por lo mismo tienen mucho que reformar todas estas doctrinas y sermones". Junto con la primera versión de Escu liburua, A. Zubizarreta halló un manuscrito de título Adicio[ne]s al Ramillete, que recoge algunos anexos que autor realizó a una versión desconocida de Lora sorta y que, al parecer incluye multitud de variantes en las puntualizaciones. Además de esto existe un borrador o preescritura de la obra Nequea arinduric encontrado por Altzibar (1992: 90).

En este incesante trabajo de reescritura, podemos ver más claramente, si ello es posible, el gran esfuerzo de Añibarro por establecer el vizcaíno como lenguaje literario de sólida base, a pesar de que dicho desarrollo fuera deudor de las obras de tema religioso.