Danse

Makil-dantzak de Bera

Makil dantzak de Bera es una colección de nueve danzas de paloteado y una zagi-dantza a la que hay que sumar un pasacalle también paloteado. Se representa en la plaza de Bera el día 3 de agosto, fiesta de su patrono San Esteban.

La jornada comienza con las dianas de los txistularis y los gaiteros y sobre las diez y media el Ayuntaminento acompañado por los txistularis y makildantzaris del Grupo Gure Txokoa y la Bandera de la Villa se dirige a la iglesia del titular de la Parroquia donde se celebra la Misa Mayor cantada por la coral de Bera. Tras la misa tiene lugar el baile de la bandera y la actuación de los dantzaris y txistularis que interpretan la bordon dantza y las makildantzak. Tras dar una o dos vueltas a la plaza, los makildantzaris forman en dos filas enfrentadas.

El makil dantza beratarra, conectado con las danzas de la vecina tierra de Lapurdi, tiene carácter sencillo y singular encanto. Parece concebido para la iniciación rítmica y memorística de muchachos adolescentes aunque admite fornidos mozos, si bien el folclore vasco lo trata como grupo de danzas infantiles. Frente a las octóstilas construcciones vizcaínas, riberas u ochagavianas, el makildantza beratarra exige doce makildantzaris para su ejecución. En la plaza de Bera actúan dos conjuntos completos de doce muchachos, uno formado por niños y otro por jóvenes.



Todos los números del ciclo comienzan con una llamada, atia, de diez notas ligadas que toca el txistulari. En ella los danzaris, en la posición básica -erguidos, mirando de frente al compañero y con los palos sobre los hombros- dan un rápido giro sobre sí mismos. Esta llamada, o entrada, tiene en Bera una clara función de aviso y preparación que permite iniciar cada parte de manera sincronizada. En apenas tres segundos el dantzari debe recordar y visualizar mentalmente el siguiente número y arrancar con un golpe preciso que debe darse al unísono, sin otra preparación que la de la neutral llamada.

Las nueve primeras danzas ofrecen diversas variaciones de paloteado que básicamente se ejecutan por parejas enfrentadas ya que, salvo algún número que rompe la formación binaria, la mayoría presentan únicamente golpes consigo mismo y con el compañero. Aunque algunas la tienen, la letra no suele ser cantada pero sí sirve a los dantzaris en los ensayos. La tercera de ellas en particular es también una makil dantza laburdina y se corresponde con una canción popular, de la que existe otra versión en Baztán, cuya letra dice:

Hiru xito izan eta lau galdu
gure xitoaren ama nor jan du?
purra purra egin nion atetik
ta kukurruku egin zatan eltzetik
gure txitoaren ama olloa
axeriak kendu dio lepoa.

Y en otra versión:

Iru txitu izan eta lau galdu!
Nere txituaren ama zeñek jan du?
Axeriyak jan diyo lepua
eta erretore jauna tronkua.

Y la coplilla descriptiva que ajustaban al cuarto número decía así: En mi pueblo hay tres hermanos / que se llevan muy bien / el alegre Bidasoa/ la carretera y el tren.

La zagi-dantza que cierra la serie requiere otros tres componentes que, ataviados con abarcas, boina y blusa negra, sujetan en sus espaldas sendos odres inflados sobre los que cae el contundente golpe final con derribo jocoso del porteador. De esta danza, quizá anterior al resto, hay variantes en el folclore vasco como la Jorrai dantza guipuzcoana. Para zagi-dantza solo se precisa un palo, por lo que los makildantzaris se desprenden de uno. Hay noticia de haber empleado uno más largo para esta mudanza que era facilitado por un colaborador en el momento, en tanto que los zagiak eran dos.

"Los de las pellejas se meten agachados entre las dos filas, y, al son de una melodía de aire monótono y primitivo, avanzan y reculan con los doce danzantes, que llevan el palo largo al hombro, y que cada vez que reculan, golpean las pellejas infladas, seis en cada pelleja, metiendo un ruido sordo, que causa el regocijo de la gente."

Pío Baroja.

Los golpes son elementales y apenas existen mudanzas o cambios. Básicamente se golpea con un palo, derecho o izquierdo, o con dos palos al mismo tiempo. El golpe puede ser también del revés o inverso. Hay golpes bajo la pierna y vueltas sobre sí mismo con cinco golpes. También se da la curiosa figura, observada en otros folclores, en la que el danzari golpea el palo que su compañero mantiene horizontal entre sus piernas. Muchos de los movimientos bien podrían ejecutarse únicamente con las manos, como se hace en los juegos infantiles y en las esku-danzas.

Esquema de los distintos modos de entrechocar las makilas (según Antonio Goya):

  1. Golpes Normales
    1. Golpe Normal Derecho
    2. Golpe Normal Izquierdo
    3. Golpe Normal Con Los Palos Juntos
  2. Golpes Inversos
  3. Golpes Bajos
    1. Bajo La Pierna Derecha
    2. Bajo La Pierna Izquierda
    3. Bajo Detrás
    4. Bajo Delante
  4. Vuelta de los 5 golpes

Esta colección, que ya se bailó en las fiestas Éuscaras de 1880, debe en buena manera su pervivencia a un txistulari, maestro de danzas y amante apasionado de su Bera natal, D. Antonio Goya. Goya recogió en los años cuarenta del siglo XX con mimo y detalle la descripción gráfica, las partituras y las instrucciones para el baile de los diez números. El minucioso trabajo, que fue premiado en el Concurso Nacional Musical y Folklórico de 1947, ha sido publicado en más de una ocasión y ha servido, hecho insólito en la historia de la difusión de la danza, a diversos grupos folclóricos para aprender e interpretar las danzas. Es evidente que la sencillez de sus mudanzas y la casi ausencia de pasos de baile hacen posible esta forma inusual de transmisión. Al autor se debe, probablemente, la sustitución del palo largo y la introducción del tercer portador de zagi.

En cuanto a la indumentaria: los danzaris visten de blanco, pantalón y camisa, con faja y boina rojas, alpargatas con cintas rojas trenzadas y un vistoso pañuelo al cuello. Como en tantas danzas de fiesta ritual, sujetan bajo la rodilla con cintas de seda una suerte de telilla o zapa con cascabeles de distintos tonos. La originalidad de los beratarras está en el brazalete de cascabeles, similar al de las pantorrillas, que atan a los antebrazos. Este instrumento sonoro colocado en los brazos, habitual en lejanos ritos, no lo es en Euskal Herria. Es un tipo particular de sonaja en la que varios cascabeles están fijados a una tira de tela o cuero que se ajusta al cuerpo del ejecutante. Su uso está vinculado a determinadas danzas y sirve a los propios dantzaris para sostener una base rítmica. Se colocan en la pantorrilla (Lesaka, Otxagabia...), en los brazos (Bera) e, incluso, en la cabeza (cosidos en el zorongo, Ribera del Ebro). En Bera, el diseño de estos brazaletes debe respetar unas reglas cromáticas, ya que sólo son admitidas las combinaciones del rojo con ribetes amarillos, azules o verdes, del azul con ribetes amarillos o rojos, y del verde con ribetes rojos o amarillos. Las makilas son de mayor dimensión que en Otxagabia o Cortes, pero también su manejo es más tranquilo. Miden algo más de medio metro y rondan los tres centímetros de grosor. Las prefieren, por su sonoridad, de acacia, sin menospreciar la más asequible haya.

Estas son las danzas que componen el ciclo de makil-dantzak:

  1. Lehenbiziko dantza
  2. Bigarren dantza
  3. Hirugarren dantza (Hiru txito)
  4. Laugarren dantza
  5. Bostgarren dantza
  6. Seigarren dantza (Mitzeltzene)
  7. Zazpigarren dantza
  8. Zortzigarren dantza
  9. Bederatzigarren dantza
  10. Zagi Dantza
  11. Kalejira (Pasacalles)