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Errazkin, Pedro Telesforo (1834-1898)

Pedro Telesforo de Errazquin y Astigarraga, Bilbao, 6-01-1834 - París, 7-07-1898. Empresario bilbaíno.

El desarrollo de las ciencias físico-químicas en el País Vasco a lo largo del siglo XIX fue pobre. Varias son las razones que explican tal hecho; una, el atraso industrial vasco. Ahora bien, esto no significa que el terreno hubiera sido yermo.

De hecho, la que es considerada como primera empresa química industrial en el Estado, La Dinamita, fundada en 1872 en Galdakao, fue pionera -y aún hoy en día sigue siendo líder-- en el sector de explosivos, tanto para usos industriales como militares. Pedro Telesforo de Errazquin fue uno de sus dos fundadores.

Miembro de una familia de comerciantes (su abuelo había fundado Errazquin e Hijos, una consignataria de 'quincalla, vinos y paños'), el mayor de cuatro hermanos, Pedro Telesforo parecía destinado a heredar y, por qué no, ampliar los cargos directivos de su padre, Pedro Antonio. No le iba a resultar nada fácil, pues éste estaba adquiriendo peso en la incipiente burguesía financiera bilbaína, con su participación en la fundación del Banco de Bilbao (en 1857) y de la sociedad Ferrocarril Bilbao-Tudela. De su padre heredó un espíritu empresarial y un entramado de intereses financieros, con gran presencia de capital francés.

La misión a la que parecía destinado le vino en 1960, año en que falleció su padre. Con sólo 26 años, pasó a ocupar la dirección de la consignataria, que a partir de entonces se llamaría Viuda de Errazquin e Hijos, tras integrarse los intereses de dos clanes familiares, el suyo y la de su cuñado, Facundo Chalbaud, con propiedades siderúrgicas. La sociedad así fundada pronto le abrió muchas puertas: le proporcionó contactos con los banqueros Pereire y le acercó a empresarios establecidos en París. Allí él y Chalbaud conocieron de primera mano el interés de Alfred Nobel, además del de los Pereire y otros empresarios, por establecer una fábrica de dinamita en España: negociaron con todos ellos, el 6 de febrero de 1872, y lograron crear en Bizkaia una de las pocas empresas autorizadas, para explotar la patente de Nobel, en el mundo (sólo cuatro países lo podían).

Al apostar por esta inversión, con claras implicaciones económicas e industriales para la burguesía bilbaína, Errazquin se basó en diversas razones, tanto de mercado (interior -procedentes del ejército y del sector minero- y exterior) como estratégicas (la cercanía de las minas de Somorrostro y Gallarta y la buena red de comunicaciones). "Sociedad Española de la Pólvora Dinamítica-Privilegios A. Nobel" se denominó esta empresa de química industrial.

Aunque en 1874 el Grupo Nobel trasladó la fabricación a Lisboa a causa de la Tercera Guerra Carlista, una vez concluida ésta, volvió a Bizkaia, en concreto a la nueva Fábrica de Zuazo. Durante las dos décadas siguientes, Errazquin ganó presencia en el negocio de explosivos, primero en París, en la Société Centrale de la Dynamite (creada por el Grupo Nobel, en 1887), de la que fue primer presidente, y luego en la propia Bizkaia. En esta provincia, diferentes compañías de dinamita rivalizaron en los años ochenta: la Sociedad Vasco-Asturiana en Arrigorriaga, experta en nitroglicerina; la baracaldesa Explosivos de Burceña, empresa filial de una compañía alemana; y una filial de la compañía belga Société Espagnole de Nitramines, en Arbuyo. Para salvaguardar este mercado de la competencia extranjera, se constituyó, también en París, el Sindicat Espagnol d'Explosifs, una especie de gremio del que sería nombrado presidente, en 1891. Asimismo, en 1895 sustituyó a Germain Halphen en la presidencia de la SED. Por si todo esto fuera poco, en 1896 se materializó uno de los proyectos que más había impulsado: la aglutinación de los diferentes fabricantes del sector, en una única compañía, la Unión Española de Explosivos, con sede en Bilbao, de la que, cómo no, figuraría como presidente, si bien es verdad que en el ocaso de su vida.

La primacía y profusión de sus intereses permitieron a Errazquin emprender negocios en otros sectores afines. Participó en el negocio de los abonos (creando, por ejemplo, en 1883, una sociedad dedicada a la importación de nitrato de Chile), entrando, asimismo, en los sectores del superfosfato y del transporte, áreas en las que intervino a través de sociedades. Por todo su bagaje empresarial, nadie antes que él, presidió la prestigiosa y recién creada, en 1886, Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao.